La falta de acuerdo en el bloque Frankenstein obliga a aplazar la votación sobre el último impuestazo
Es la segunda vez en lo que va de semana que el Gobierno aplaza las conversaciones para no sufrir un batacazo parlamentario
El PSOE ha vuelto a posponer la votación de su paquete fiscal (que contemplaba una subida de impuestos que va desde la gasolina a los seguros médicos y hasta los vapeadores) por la falta de apoyos suficientes para sacarlo adelante. Es la segunda vez que el Ejecutivo aplaza esta votación por miedo a un nuevo batacazo parlamentario, como ocurrió con el techo de gasto.
La Comisión de Hacienda prevista para este jueves se ha desconvocado en el último minuto y se pospone hasta el próximo lunes a las 17.00 horas, después de días de vetos cruzados a las propuestas del PNV y Junts, de una parte, y de ERC, Bildu y Podemos, de otra.
Esta mañana, el PP se ha abierto a apoya el texto del Gobierno si sólo se ciñe a la transposición pactada en Bruselas que impone un nuevo impuesto del 15 % para empresas multinacionales y a combatir el fraude a los hidrocarburos, pero sin incluir el resto de tributos negociados entre el PSOE y Sumar.
Este nuevo aplazamiento deja en entredicho, una vez más, la debilidad parlamentaria del Gobierno, y las posiciones cruzadas que existen entre sus socios del Gobierno. Y es que, mientras que Junts ha pactado con el PSOE dejar morir el impuesto a las energéticas, ERC, Bildu y Podemos exigen la permanencia de ese tributo y lo han situado como una línea roja en la negociación. Al mismo tiempo, PNV y Junts han señalado que no aceptan la idea de Sumar y los socialistas de gravar la sanidad privada.
Estos vetos cruzados ponen en peligro no solo el acuerdo entre el PSOE y Sumar, también la propia transposición de la directiva, que ya está fuera de plazo y que todavía tienen que pasar por el Pleno, el Senado –probablemente– volver al Congreso antes de que acabe el año para entrar en vigor a tiempo.