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Análisis económicoJosé Ramón Riera

La industria española pierde casi un punto de importancia sobre nuestro PIB

Dado que lo que queremos ser es una economía sostenible y circular, lo seremos, pero en quiebra, sin faltar mucho

Mientras estamos inmersos en una carrera maratoniana de subidas de impuestos —más de 80 desde que llegó Sánchez al gobierno—, y las que se quieren aprobar en los próximos días, que van a dejar a las economías domésticas tiritando y a las empresas llorando amargamente, Eurostat no para de publicar datos que colocan a España como un país perdido, sin saber qué es lo que quiere ser de mayor.

Perdón, sí que lo sabemos, queremos ser un país sostenible, con una economía circular que desacelere el cambio climático. O algo así…

A Sánchez le da igual todo. Salvo tener satisfecho a todos los que medran a su alrededor para que se forren como se forraron antes Chaves y Griñán y ahora Ábalos y sus amigos, David o Begoña y que Delcy venga a España con maletas llenas de oro. También le gusta viajar, porque todos los meses, como presidente del Gobierno y de la Internacional Socialista, viaja con el avión presidencial a tantas cumbres como le es posible, para seguir siendo el líder mundial de un cambio climático que es el que mata cuando se produce una gota fría.

Y mientras lo único que le importa a Sánchez es el cambio climático, la agricultura y la ganadería están a punto de desaparecer y dentro de poco, ni existirán, porque los pedos de las vacas contaminan mucho y los agricultores son una panda de facinerosos que solo quieren fondos europeos para vivir del cuento.

Luego está la industria, a la que hay que freír a impuestos porque no hace otra cosa que contaminar y acelerar el cambio climático.

No importa que esa industria fabrique automóviles que cada día contaminan menos por sus motores de combustión mejorados; que den empleo a más de 2 millones de trabajadores; que sea la mayor fuente de ingresos por exportaciones; que hayan adaptado sus técnicas de producción para reducir al máximo la emisión de gases invernadero y que estén pagando una factura energética mucho más cara que la industria francesa o que la alemana, quedándose cada vez en una industria menos competitiva y entrando en un proceso de decadencia.

Porque lo único importante en estos momentos para Sánchez es evitar el cambio climático, aunque sea viajando en aviones que aunque contaminen más que los pedos de las vacas no importa porque dentro va la 'insigne figura' de un presidente mítico por su defensa de la sostenibilidad y la economía circular.

Los últimos datos publicados por Eurostat, sobre los datos definitivos de los sectores productivos de la economía reflejan que la industria en la Unión Europea (UE), a pesar de no ir las cosas bien, ha pasado de representar un 18,1 % del PIB a un 18,2 % y que en la zona euro ha pasado del 17,6 % al 17,7 % —muy poco, pero suben—.

En cambio, en España pierde un 0,9 % de peso sobre el PIB. Aquí va el detalle de los preocupantes datos que les estoy contando y que muestran que España no solo no va bien, sino que vamos muy mal.

La tan denostada Alemania, por la terrible gestión de Olaf Scholz que gobernaba con los liberales y los comunistas verdes, va y resulta que, a pesar de decrecer el año pasado un 0,2 %, la industria ha pasado a representar el 21,9 %, cuando en el 2022 representaba el 21,3 %. Esto lo que nos quiere decir es que la industria ha aguantado mucho mejor los problemas de Alemania que otros sectores, que son los que han llevado a la economía alemana a su decrecimiento en 2023.

Francia, que en 2023 su PIB en términos reales creció un 0,7 %, su industria lo hizo mucho más pasando de representar un 11,3 % en 2022 a un 13,4 % en 2023. Esto demuestra que a pesar de la inutilidad de Macron, la industria francesa no ha sido machacada, sino todo lo contrario, y por ello crece un 2,1 %.

Italia, que en 2023 crece un 0,9 % en su PIB, no lo hace tan bien y la industria pasa de representar un 17,8 % a un 18,1 %, perdiendo un 0,3 % de peso en su PIB.

La España de Sánchez crece un 2,5 % en su PIB, en parte gracias a las modificaciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero nuestra industria, machacada por los costes, pasa de representar un 15,6 % del PIB a bajar al 14,7 %, esto supone una perdida de 0,9 puntos.

Está claro que al Gobierno de Sánchez nuestra economía no le interesa demasiado, salvo para incrementar la recaudación y darle más dinero al Estado para poder gastar en todo lo que solo le interesa al Presidente del Gobierno.

Por lo tanto, dado que lo que queremos ser es una economía sostenible y circular, lo seremos, pero en quiebra, sin faltar mucho.