Milei: un éxito que no es ningún milagro
El libertario aguantó. Aguantó gracias al apoyo comprensivo de la gente común, que tras los fracasos del kirchnerismo y de Macri, entendió que tocaba poner el hombro; la alternativa era el abismo

Giorgia Meloni y Javier Milei, esta semana en Roma
A los pocos días de empezar el gobierno de Milei, el 10 de diciembre de 2023, entre los kirchneristas circulaba un chiste:
– ¿Sabés cómo le dicen al gobierno de Milei?
– No
-'Semana Santa', porque no se sabe si cae en marzo o en abril.Las probabilidades de que el gobierno de Milei continuara un año después de haber comenzado eran muy bajas. El kirchnerismo había hecho todo lo posible para que fuera así. Por ejemplo, habían convertido todos los instrumentos de absorción del Banco Central en pases a un día para que la base monetaria (efectivo en circulación más depósitos de los bancos en el Banco Central) pudiera multiplicarse de un día para el otro. De ahí a una hiperinflación solo hubiera faltado un paso.
La situación económica de Argentina hace un año no podía ser peor
La situación económica no podía ser peor. La inflación de diciembre de 2023, pese a múltiples controles de precios, era de 211 %, la mayor en más de 30 años. La economía estaba en recesión. El déficit fiscal era del 5 % del PIB, a lo que había que sumar otros diez puntos del desequilibrio «cuasi fiscal» (las pérdidas del Banco Central). La cotización del dólar en el mercado informal más que duplicaba su precio oficial (400 y 1.000 pesos por dólar, respectivamente). El riesgo país rondaba los 2.000 puntos base (es decir que la deuda pública argentina tenía un rendimiento que era 20 puntos porcentuales mayor que los bonos del mismo plazo del Tesoro de EE.UU.). El 41 % de la población tenía ingresos inferiores a la línea de pobreza.
Para peor, Javier Milei es el presidente con menor número de legisladores propios: de inicio, apenas 7 de 72 senadores y 38 sobre 257 diputados. Ninguno de los 24 gobernadores (equivalen a un presidente autonómico) es del partido de Milei.
Así, los kirchneristas daban a su chiste una alta probabilidad de ocurrir. Muchos más pensaban lo mismo, pero con pavor ante un eventual regreso al poder del peor peronismo.
Pero Milei aguantó. Aguantó gracias al apoyo comprensivo de la gente común, que tras los fracasos del kirchnerismo y de Macri, entendió que tocaba poner el hombro; la alternativa era el abismo. Milei ayudó mucho al sostenimiento de ese apoyo, con una herramienta poco común: decir la verdad y cumplir lo prometido.
Milei ayudó mucho al sostenimiento de su apoyo con una herramienta poco común: decir la verdad y cumplir lo prometido
Eliminó el déficit fiscal desde el primer mes recortando masivamente el gasto público, suprimió los controles de precios, los cortes de calles por parte de «piqueteros» pasaron a ser un mal recuerdo, se inició una ciclópea tarea de desregulación (solo para regular el mercado cambiario, el kirchnerismo aprobó 80.000 normas; se van eliminando a un ritmo medio de 100 por día), cerró la agencia de noticias oficial y muchísimos organismos (el último, la «Conami», una agencia para dar microcréditos que desde 2006 costó, a precios de hoy, unos USD 450 millones aunque su cartera activa de créditos es de apenas USD 0,7 millones), se saneó el balance del Banco Central, se multiplicó por cuatro la asistencia a los más pobres (gracias, en parte, a haber eliminado la «comisión» del 50% que les cobraban los «gerentes de la pobreza») y muchísimas cosas más.
Recuperación del poder adquisitivo
Ya se recogen los primeros frutos. Por caso, la economía se recupera desde abril, los salarios ganan poder adquisitivo, la inflación mensual de noviembre fue 2,4% (la más baja en cuatro años y medio), el riesgo país ronda los 700 puntos base (el más bajo en casi 6 años), se anunciaron inversiones extranjeras por USD 12.000 millones gracias a nuevos incentivos (el régimen «Rigi»), la brecha entre las cotizaciones oficial y paralela del dólar casi ha desaparecido.
Sería un error decir que se trata de un «milagro». No lo es. Es la consecuencia lógica de poner en práctica las ideas de la libertad de forma coherente, sin mirar encuestas, sin buscar réditos políticos de corto plazo, sin mentir. Con coraje y un altísimo nivel de convicción, fruto de años de estudio, que resulta extraño en un mundo en el que abundan pusilánimes, iletrados y socialistas.
Al fin de cuentas, la inflación y el orden de las cuentas públicas son temas técnicos que se resolverán. Por eso, en verdad, lo más relevante de este primer año es haber puesto a la defensiva a los socialistas de todos los partidos; es la guerra sin cuartel contra las ideas socialistas, que Milei ha iniciado a escala global. Difundiendo las ideas de la libertad allí donde vaya, estrechando lazos con Trump, Meloni y todos los que se opongan al globalismo liberticida y empobrecedor.
¡Viva la libertad, carajo!
- Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)