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Una señora mayor camina por una calle de Madrid.

Una señora mayor camina por una calle de Madrid.EP

Fedea pide una cotización adicional para las madres en lugar del complemento por brecha de género

A partir de las cohortes entre 1955 y 1960 la brecha empieza, lentamente, a cerrarse, pero la mayoría aún no han entrado en la etapa de jubilación

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha publicado un trabajo sobre las reformas y las pautas de jubilación en España en el que aboga por conceder años cotizados adicionales a las personas responsables del cuidado y crianza de los hijos, fundamentalmente madres, en lugar del complemento monetario actual, a fin de paliar la brecha de género existente en sus pensiones.

El estudio, realizado por Sergi Jiménez-Martín, investigador asociado de Fedea y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, argumenta que, para las cohortes nacidas en los 40 y 50, el español se presenta como un sistema de pensiones pensado para hombres, «que casualmente también utilizan las mujeres (madres)».

«A día de hoy, después de todos los errores cometidos, en lugar de un complemento monetario de maternidad, la mejor solución sería compensar a las personas responsables del cuidado y crianza de hijos, fundamentalmente madres, con años cotizados adicionales, en una cuantía a determinar, pero ostensiblemente mayor a la actual, para que las mismas pudieran decidir óptimamente su momento de jubilación», apunta el informe.

Según argumenta Fedea, en la última década todas las opciones de jubilación antes de la edad legal de jubilación (65 años hasta 2013 y 66 años y medio en la actualidad) llevan aparejada una condición de elegibilidad –jubilación anticipada involuntaria (30 años cotizados) y voluntaria (33 años), jubilación parcial (36 años cotizados actualmente) y jubilación normal anticipada a los 65 años (38 años cotizados)– «que siempre es más probable que cumplan los hombres y mujeres sin hijos que las personas a cargo de la crianza y cuidado de los hijos, en general, las madres».

«Es decir, para las cohortes nacidas en los 40 y 50, estamos frente a un sistema de pensiones pensando para hombres que casualmente también utilizan las mujeres (madres)», sostiene.

Fedea subraya que las diferencias en participación y empleo en las cohortes que han venido jubilándose en las dos últimas décadas explican las «enormes diferencias» en la carrera contributiva según el género.

Ello fue debido, precisa Fedea, a las numerosas restricciones de entrada en el mercado de trabajo a las que se enfrentaban las mujeres, especialmente las que tenían hijos a cargo, en España durante el franquismo.

A partir de las cohortes entre 1955 y 1960 la brecha empieza, lentamente, a cerrarse, pero la mayoría aún no han entrado en la etapa de jubilación.

Según Fedea, la combinación de diferencias de participación y empleo de estas cohortes y reglas de jubilación «fuertemente condicionadas por la elegibilidad» se trasladan a diferencias de años cotizados (entre 15 años para las cohortes nacidas antes de 1940 y 6-7 años para las de 1956 en adelante), pensión efectiva (70 % para la cohorte de 1939 y 29 % para la de 1956) y edad media de jubilación según el género (0,4 años para la cohorte de 1944 y 0,9 años para la de 1956, ya plenamente afectadas por la reforma de 2011).

El estudio recuerda que se han introducido varios mecanismos para compensar la brecha en la pensión efectiva, como los complementos a mínimos, la pensión no contributiva y el complemento de maternidad/brecha de género.

Analizando los datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales, Fedea señala que tras la aplicación del complemento de maternidad, la brecha para las cohortes nacidas antes de 1950 no cambia y para la de 1956 cae hasta un 25 %. Tras incorporar el complemento a mínimos, la brecha cae hasta un 56 % para la cohorte de 1939 y un 20 % para la cohorte de 1956.

Para Fedea, cambiar las condiciones de elegibilidad para la jubilación al final de la vida laboral «puede ser injusto con determinados colectivos», por ejemplo, las mujeres de las cohortes que accedieron al mercado laboral en la época franquista y las madres que dedicaron años a los hijos con etapas de baja o nula cotización.

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