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Fernando Rayón
Fernando Rayón

Las malas personas, las buenas y lo que viene

Cuando dije que Yolanda Díaz se había vestido de Navidad para su pacto con los sindicatos y reducir la jornada laboral no me imaginaba que la fiesta iba a continuar

Actualizada 04:30

Yolanda Díaz y Carlos Cuerpo tienen visiones opuestas de materias clave

Yolanda Díaz y Carlos Cuerpo tienen visiones opuestas de materias claveEuropa Press

El año empieza como acabó. Con espectáculo en el Consejo de Ministros: casi como las campanadas de fin de año. Cuando dije que Yolanda Díaz se había vestido de Navidad para su pacto con los sindicatos y reducir la jornada laboral no me imaginaba que la fiesta iba a continuar. Y es que la realidad siempre supera la ficción. Y en el Gobierno mucho más.

Yolanda dice al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, «…que es de mala persona decirle hoy a la gente trabajadora de nuestro país que se niega a reducir la jornada media hora al día». Alguien podría pensar que se le calentó la boca a la vice pero no. O al menos no solo a ella. Porque va y sale la ministra de Defensa, Margarita Robles y dice que no comparte esos comentarios: «Creo que el ministro Cuerpo es un hombre que tiene una gran formación económica y (…) yo comparto plenamente sus consideraciones». Le faltó decir que Yolanda no tenía ni idea de lo que hablaba. Empezamos bien: pasando a lo personal. Cuanto antes vuelva Pedro Sánchez de hacer snowboard mejor.

Esta semana, en una entrevista en Radio Nacional, Cuerpo volvió a la carga en la necesidad de «acompañar a las empresas» en este proceso. Acompañar incluía ofrecer un paquete de ayudas a las pequeñas empresas, que precisamente son las que se verán más afectadas por esta medida, que hay que recordar que incluye el mantenimiento de los salarios. La cosa tiene lógica, pues la medida de Yolanda prometía, además, disparar la inflación.

Pero Yolanda salió de sus vacaciones para decir que era «muy grave» que Carlos Cuerpo pretendiera modificar su acuerdo. Y luego fue a lo personal con lo de mala persona. Y remachó: «Uno debe elegir si está con la patronal o con los sindicatos». También corrigió a Cuerpo recordando que eso de llevar leyes complicadas al Parlamento ha sido una constante en este Gobierno y que no entiende ahora el cambio. Hay que reconocer que en esto la vice tiene razón.

Pero Yolanda sabe que ya no es la que era. Y cada vez menos. Casi me dio pena cuando dijo: «Vuelvo a ser la única a la que se le invaden las competencias. Imagínese que yo ahora dijera lo que pienso de las prácticas bancarias que se autorizan desde el Ministerio de Economía, cosa que no hago». Todo esto el viernes pasado, casi en víspera de los Reyes Magos.

Y por si éramos pocos, parió la abuela. Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Trabajo, y fiel paje de Yolanda, salió en su defensa. «Lo que pedimos a nuestro socio de Gobierno y coalición es que no ponga palos en las ruedas. Que el Consejo de Ministros envíe cuanto antes al Parlamento la reducción de la jornada a 37,5 horas de trabajo semanales en 2025». A lo que contestó Elma Saiz, ministra de la Seguridad Social, que volvió al mantra de «no olvidar la realidad parlamentaria, porque los acuerdos luego tienen que encontrar su translación» y mandó un recadito Yolanda: «Mi compañero Carlos Cuerpo es un gran ministro de Economía, un gran compañero, un gran amigo, y si hablamos a nivel personal, desde luego, es todavía mejor persona que todo lo que acabo de decir». Pidan palomitas mañana a los Reyes que la cuesta de enero promete.

El dato de inflación de 2024 ha caído en el Gobierno como un jarro de agua fría

Pero como les decía el dato de inflación de 2024 —que cerró el año en el 2,8 %— ha caído en el Gobierno como un jarro de agua fría. Han querido taparla con los buenos datos de empleo pero ni con esas. Quizá Cuerpo debería explicar a la vice lo que es la productividad, pero, tal como están las cosas, mejor que lo deje para más adelante.

Mientras tanto, la vida sigue y las empresas apuran sus movidas dentro del caos del Gobierno para prepararse a las doce subidas de impuestos que aprobó el Ejecutivo. Pero quizá hay dos operaciones, al margen de la opa BBVA-Sabadell, que están hoy en boca de todos los inversores. Los socios de Talgo: la familia Oriol, el fondo británico Trilantic y la familia Abelló, que controlan más del 40 % de la empresa, han dado por finalizado su acuerdo para vender en las mismas condiciones. Se prepara una venta parcial a Sidenor. Seguramente a 5 euros por acción y no a los 4 que ofrece la empresa vasca, pero… ¡será por dinero! Hacienda ya está preparando la pasta para comprar, a través de la Sepi, el 40 % que daría salida a los actuales socios.

Y en otro orden de cosas, las espadas están en todo lo alto en Prisa. Su presidente, Joseph Oughourlian está que trina con las pegas que le está poniendo Moncloa para aumentar su participación en Indra. No entiende que a los hermanos Escribano les hayan dejado crecer a costa de otros accionistas y que a Prisa le exijan que se metan en el marrón del nuevo canal de televisión sin nada a cambio. Amber Capital, el fondo del empresario armenio, necesita ganar dinero y, ya que no lo hace en Prisa, quiere hacer caja en Indra. No hay nada sutil en la operación, pero ya anuncié movida en el grupo de prensa. Y es que, como dice Cuerpo, las empresas están para ganar dinero y si no lo ganan… pues a otra cosa. Es lo que tiene ser mala persona: que encima quieren ganar dinero.

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