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Fernando Rayón
Fernando Rayón

Yolanda y la reducción de jornada: muchos heridos y el runrún de una próxima derrota

Este acuerdo va contra las empresas, contra la economía española, contra los trabajadores y contra el propio Gobierno

Actualizada 04:30

Pepe Álvarez, Yolanda Díaz y Unai Sordo, tras la firma del acuerdo.

Pepe Álvarez, Yolanda Díaz y Unai Sordo, tras la firma del acuerdo.EFE

Yolanda Díaz se vistió el viernes de campanadas de fin de año para anunciar con Pepe Álvarez y Unai Sordo, secretarios generales de la UGT y de Comisiones Obreras, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas a finales de 2025. Un acuerdo sin la presencia de las empresas que son las que tienen que aplicarlo. El mundo al revés. Conclusión: más costes y menos empleo.

Pero al margen de las sonrisas de la foto —todas de Yolanda— la medida deja muchos heridos en la negociación, entre otros a varios ministros del Gobierno que se opusieron a ella. Pero es sorprendente lo que es capaz de conseguir Sumar —una coalición en vías de disolución— con su presencia en este Gobierno. ¿O es un espejismo? Vayamos por partes.

Además, este es un acuerdo contra la economía española. Según Fedea, la reducción de la jornada laboral restará 9.000 millones de euros al PIB. Y eso por no hablar de cómo afectará al paro y a la propia existencia de algunas pequeñas empresas que, a la vista de esta medida, echarán definitivamente el cierre. Pero además, como recuerda José María Rotellar en un magnífico artículo, no se puede reducir la jornada laboral en un momento en que está bajando la productividad, pues esto implicaría una caída en la producción porque las empresas no podrán contratar más trabajadores al no poder costearlos.

Por eso este es también un acuerdo contra los trabajadores. Las primeras estimaciones calculan que la reducción del empleo se situaría en una caída del 1,8 %, lo que echa por tierra las estimaciones de crecimiento del empleo del Gobierno para 2026. La productividad y competitividad no se consiguen con más rigidez laboral ni aumentando los costes de producción, sino con reformas que dinamicen y flexibilices el mercado laboral.

Cuerpo ha advertido del impacto que una medida así implica en las pequeñas empresas

Este es también un acuerdo contra el propio Gobierno. Recordarán que Carlos Cuerpo, ministro de Economía y Empresas ha pedido en varias ocasiones una aplicación gradual de esta medida, más o menos lo mismo que en su día reclamó Nadia Calviño, antes de marcharse al Banco Europeo de Inversiones. Cuerpo ha advertido del impacto que una medida así implica en las pequeñas empresas. También recordó que en 2024 se había reducido la jornada a 38,5 horas y por eso proponía retrasar la nueva reducción a 2026. Pero nada. Nueva batalla perdida contra la minoría de Sumar. Una más como el tope a los alquileres, las subidas del salario mínimo, la reforma laboral, la cotización de los repartidores, los impuestos a la banca y energéticas, o el subsidio por desempleo. Sumar necesita sacar la cabeza y Yolanda la cabeza y los pies. Las encuestas les señalan en caída libre.

Y este es finalmente un acuerdo contra la legislatura. Y lo es porque el decreto ley deberá ser convalidado por el Congreso de los Diputados; y Junts ya ha avisado —como hizo y cumplió con el impuestazo a las energéticas— que votaría en contra. De nada han servido la visita de Pepe Álvarez a Bélgica para entrevistarse con Carles Puigdemont. El silencio —bastante perplejo por cierto— de su sindicato y las críticas de Comisiones Obreras tampoco han ayudado. Y es que el expresidente de la Generalitat no solo es consciente de su dependencia del empresariado catalán, radicalmente opuesto a esta medida, sino que también conoció esta semana los datos sobre fugas de empresas de Cataluña: la sangría que no cesa.

En los nueve primeros meses de 2024 unas 275 empresas abandonaron Cataluña y se fueron a otras regiones de España

En los nueve primeros meses de 2024, unas 275 empresas abandonaron Cataluña y se fueron a otras regiones de España. ¡Más del triple que en el mismo periodo de 2023! Todo un contraste con Madrid, que sumó 200 nuevas empresas en este mismo periodo, muy por encima de las 38 del mismo periodo en 2023. Alguien dirá que el pacto PSC-ERC no ayuda. Ni tampoco el supuesto rigor presupuestario que anuncia Salvador Illa, aunque no se vea por ningún lado. Lo que sí ha ayudado a Madrid es la bajada de impuestos y la liberalización y recorte de la burocracia para las empresas. Quizá por eso el Gobierno se lo quiere cargar.

Así las cosas es más que probable que Junts vote en contra y el PNV se vea arrastrado a hacer lo propio. Tan es así que los sindicatos UGT y CC. OO. incluso ya está amagando con posibles movilizaciones si perciben que el Congreso amenace con tumbar la propuesta de Yolanda Díaz. Pero ni veinte viajes de Pepe Álvarez a Waterloo aseguran el apoyo de Junts a la reducción de la jornada laboral. Ya lo dijo el secretario general de UGT: «Queda mucho trabajo por hacer». Mucho dice Pepe… ahora metido a negociador gubernamental en catalán quizá recordando cuando ya de niño era liberado sindical de la UGT en Cataluña.

De hecho hay quien piensa que la ausencia de miembros del Gobierno en las negociaciones con Junts, al menos de momento, ya pronostica una falta de acuerdo que, como he dicho más arriba, la parte socialista del Gobierno incluso aplaudiría. De hecho, ya empieza a llegar un runrún de los terminales monclovitas que hablan de una votación impredecible en el Congreso. Y ya saben que cuando hablan de algo impredecible, es que van a perder la votación.

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