La plantilla de Correos, a la espera de su destino tras la tensión creada por CCOO y el director de Recursos Humanos
Después de un primer año de mandato muy difícil para el nuevo presidente de la compañía, la situación debería empezar a aclararse en los próximos meses
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El nuevo presidente de Correos, Pedro Saura, lleva ya un año en el cargo, pero le está costando horrores sentar las bases para enderezar el rumbo de la compañía. La pesada herencia que le dejó su predecesor, más de 1.200 millones de euros en pérdidas en cinco años, y la demora en confirmar si el Gobierno pondría 3.000 millones encima de la mesa para reflotar la empresa, han sumado incertidumbre en torno al futuro de la firma.
Hacienda confirmó por fin en diciembre que destinaría los 3.000 millones en cuatro años, y con ello la reorganización de la compañía ya ha podido ponerse en marcha. Los últimos doce meses han estado plagados de incertidumbre para una plantilla de 47.000 empleados que además se ha visto sorprendida por un hecho: la negociación sobre su futuro no se estaba llevando a cabo entre todos los representantes de los trabajadores y la dirección de la empresa, sino entre un sindicato (CCOO) y el director de Recursos Humanos, Fernando Ramírez, el hombre que representa en la compañía a la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), el principal accionista.
Esta dupla, que negociaba sobre el futuro de la compañía a espaldas de los demás sindicatos desde principios del año 2024, tenía al parecer el objetivo de cerrar el nuevo convenio colectivo a finales del pasado mes de diciembre y con ello lanzar una nueva oferta de empleo para 2025, objetivo prioritario para CCOO según comentan fuentes de un sindicato minoritario que aún no ha firmado el acuerdo pero prevé hacerlo en breve. La oferta para nuevos empleados de Correos sería la base de la escuela de formación de CCOO, su gran fuente de ingresos. Pero el plan, según las fuentes citadas, les salió mal.
La clave ha sido el presidente de Correos, Pedro Saura, que había dejado claro que no se hablaría del plan de personas (prejubilaciones y nuevo convenio colectivo) hasta que tuviera la confirmación de que el Gobierno destinaría a la empresa los 3.000 millones necesarios para poder llevarlo a cabo y reflotar la compañía. Saura comunicó en la última mesa sectorial a todos los sindicatos que su idea es priorizar el plan de prejubilaciones y la reorganización interna, consensuando ambas cosas con los sindicatos. Una vez realizadas estas dos acciones, se definirá la plantilla necesaria. CCOO y Ramírez tendrán que esperar para aflorar una nueva convocatoria de empleo.
El futuro de Correos, a juicio de unas declaraciones de Saura ante los sindicatos, depende en buena medida de que tenga un número de empleados acorde al negocio que genera, como ocurre en cualquier empresa, aunque esté asociada al servicio público. Como ya hemos contado en otros artículos, mantener la actual plantilla de Correos supone unos 1.600 millones de euros al año, prácticamente lo mismo que factura la empresa en su actividad postal y de paquetería. Esta cifra, de mantenerse, haría la empresa inviable.
De ahí que la dirección haya acordado en el preacuerdo con los sindicatos referenciar el coste del personal en un 70 % de los ingresos de la compañía en un plazo de dos años. Para lograrlo será clave que funcione el nuevo plan estratégico, que incluye las nuevas áreas en las que Correos será compensada por cubrir Servicios de Interés General (SIEG): ventanilla para gestiones administrativas, servicios financieros y bancarios... Correos desarrollará este tipo de actividades en su extensa red de oficinas.
El Gobierno destinará 1.600 de millones de euros -400 millones al año- a sufragar el Servicio Postal Universal (SPU), que hace que lleguen los envíos a cualquier parte de España, y al SIEG, y 1.400 millones de euros al nuevo convenio colectivo y al plan de prejubilaciones.
Estos 3.000 millones servirán para mantener viva a la compañía, que además necesitará que funcionen los tres pilares de su nuevo plan estratégico: reforzar el servicio postal tradicional, impulsar la paquetería y diversificar las actividades e ingresos de la empresa.
La dirección y la compañía empezarán a ver en breve el detalle del nuevo plan estratégico 2024-2028 y las áreas a las que más afecta, algo vital de cara a la reorganización y rejuvenecimiento del personal de los departamentos.
De momento, lo que está cambiando es que se informa de las medidas que se quieren tomar y se negocian, algo que no ocurría antes con el presidente Juan Manuel Serrano, el amigo de Sánchez. Por otra parte, las fuentes sindicales aludidas consideran que Saura no ha contentado a CCOO con la nueva oferta de empleo para 2025, su reivindicación estrella, pero le ha satisfecho proponiendo llevarla a cabo en el primer semestre de 2026.
Prejubilaciones
En el plan de empleo de la actual reorganización está previsto implementar un plan de salidas voluntarias entre los años 2025 y 2028 para el personal fijo que tenga al menos 61 años y un plan de excedencias voluntarias para el personal funcionario.
En el plan de salidas voluntarias incentivadas para el personal laboral fijo se incluirán en principio tres colectivos: personas mayores de 65 años a las que se compensará con el equivalente a un año de salario bruto anual, con un máximo de 50.000 euros; personas de entre 63 y 65 años, a las que se compensará con el equivalente a un año de salario bruto anual, con un máximo de 50.000 euros, hasta alcanzar la edad de jubilación ordinaria; personas menores de 63 años, que hasta los 63 años recibirán hasta el 80 % del salario bruto anual, una prima de adhesión para compensar el efecto del IRPF sobre la compensación económica, y a partir de los 63 años una compensación económica adicional pagada hasta la edad de jubilación ordinaria equivalente al salario bruto anual, con un máximo de 50.000 euros.
También está previsto un plan de salidas voluntarias incentivadas para el personal funcionario, que incluye estudiar un programa para facilitar la movilidad del personal funcionario a otros ministerios, diseñando las condiciones económicas para dicha movilidad.
Reajustes horarios
La dirección y los sindicatos tendrán que negociar también a partir de ahora sobre cuestiones como la organización del trabajo y el tiempo que se le dedica.
Se parte de la idea de que se elaborará un plan de implantación progresiva de 35 horas semanales que irá vinculado a una serie de medidas. Entre ellas se hablará de que las horas de trabajo diarias de cada empleado vayan en función de la carga prevista en cada estación, pero que nunca sean menos de cinco horas ni más de nueve; de implementar una jornada de cuarto turno, de martes a sábado tarde, donde las unidades operativas lo aconsejen y remunerándolo como corresponde; de redistribuir los turnos de la plantilla de modo que los de mañana y tarde sean de 60-40 %, no del actual 80-20 %, poco útil para este tipo de trabajo; se actualizará la regulación de permisos, licencias y excedencias.
Otras medidas que se negociarán serán la posible implementación de una bolsa de horas, que será voluntaria y compensada, sobre el 10 % de la jornada anual en positivo y negativo, para poder regular las variaciones de carga de trabajo con un preaviso de quince días; incentivar de manera voluntaria el disfrute de las vacaciones fuera del periodo de verano; movilidad funcional y geográfica.
Como se ve, hay mucho que negociar. La finalización de la primera fase de las conversaciones está prevista para el 15 de marzo de 2025, y concluirá con un pacto de modificación del III Convenio Colectivo de Correos, que se incorporará como un anexo. La segunda fase de negociación está prevista continuación, en el mes de abril, con la idea de que termine el 1 de octubre de 2025 con la aprobación del IV Convenio Colectivo de Correos.