
Los compradores aprovechan la lejanía del origen de producción para acceder a reembolsos
Estafas
La nueva estafa de las devoluciones online que la gente está aprovechando
Las compras online no paran de crecer. El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad publicaba a finales del pasado mes de noviembre que el comercio online en España rozaba la cifra de 100 millones de euros en el 2024, muy probablemente siendo alcanzada con las compras navideñas propias del último mes del año. El auge en compras sin presencialidad conlleva una mayor dependencia en los sistemas de mensajería contratados para la entrega de paquetes, lo cual implica un coste para el consumidor a la hora de la compra, y para el vendedor, si se diera una devolución.
En sectores como el de la moda, cada vez son más los gigantes asiáticos (como Hacoo, Temu o Shein) que atraen a gran parte del mercado con sus precios bajos, pero muchas veces esto va de la mano de una calidad muy inferior. El largo viaje desde el origen de producción del producto y la baja calidad conllevan, en muchos casos, el deterioro de los artículos cuando alcanzan su destino. El problema que suponen las devoluciones para estas empresas es que, debido a la lejanía con el cliente, los costes de envío para devolver los productos de vuelta les son menos rentables que la devolución del dinero al cliente directamente.
En qué consiste el engaño
Esto está siendo aprovechado por compradores deshonestos que buscan recibir el dinero de vuelta después de haber hecho una compra, alegando que el producto está defectuoso sin estarlo y recibiendo su dinero de vuelta como compensación. En muchas ocasiones, la única prueba que piden las empresas es una foto que demuestre el daño en el producto, que es fácilmente falsificable. Además, hay personas que no las falsifican y que de verdad dañan sus productos, aunque sea parcialmente, para optar al reembolso. Cada vez más están pidiendo fotos en las que se vea el producto siendo destrozado —pisado o cortado— para asegurarse de que no podrá ser utilizado.
Esto en el medio y largo plazo podrá resultar negativo para todos los compradores, ya que cada vez habrá menos confianza hacia los consumidores y aumentarán los costes de devolución para los mismos.