
El consejero delegado de Banco Santander, Ignacio Juliá
Santander España reestructura el organigrama de su banca minorista en seis divisiones
Dichas divisiones están agrupadas, a su vez, en tres unidades
El consejero delegado de Santander España, Ignacio Juliá, ha reestructurado el organigrama de su banca minorista con seis divisiones que están agrupadas, a su vez, en tres unidades.
En concreto, hay tres grandes unidades: Clientes, Líneas de negocio y Canales, tal y como adelanta hoy el diario Expansión. Fuentes del banco consultadas por Europa Press han declinado realizar comentarios.
En Clientes, se sitúa Pablo Reboiro como vicepresidente de banca minorista y director de clientes y canales digitales que, a su vez, agrupa cuatro subdivisiones: Estrategia de Clientes, con Elena Ballabriga a la cabeza; Coordinación Multicanal, con Óscar Calleja; Clientes y Evolución de Modelo, con Rafaela Toquero; y Gestión de Márgenes e Impulso de Rentabilidad, con Pablo Alonso.
Dentro de la unidad de Líneas de Negocio hay cuatro divisiones, con cuatro directivos: Ángela Sánchez se encargará de la división de Pagos, EveryDay Banking y Ahorros e Inversión; Francisco Giménez de la de Seguros; Alberto Fernández Tomé, para la de Vivienda, Consumo y Nuevos Servicios; y Jaime Uscola para la de Negocio Internacional y Financiación.Por último, en la unidad de Canales hay una sola división: Canales Asistidos, con Maribel Peláez al frente. Dentro de esta división, hay otras dos subdivisiones: la Dirección Comercial Universal, cuyo responsable es Carlos Blesa, y Canales Remotos, liderada por Gregorio Pantoja.
Recientemente se conocía que Juliá, quien asumió el cargo de CEO de Santander España en septiembre de 2024, había reorganizado las banca comercial, tecnología y gestión de canales remotos para incorporar equipos multidisciplinares formados por profesionales de las áreas de Negocio y Tecnología, y Operaciones.
El resto de las áreas del banco en España mantienen su estructura, según adelantó a principios de febrero El Español-Invertia. Dicha decisión se da en el marco del plan de la compañía para transformar su modelo operativo y mejorar su rentabilidad. Además, busca darle a la gestión una visión transversal, que incluya todo el proceso de interacción con el cliente.