Destruimos más empresas y creamos menos que en la crisis de 2008: nos vamos al carajo
Somos un avestruz que se tapa su cabeza con sus alas y no queremos reconocer la verdad
La crisis financiera del 2008, que duró hasta el 2013, tuvo una serie de consecuencias muy duras para toda la sociedad española.
Todo se nos torció. Nuestro PIB en términos reales cayó un 8,5 %, lo cual fue tremendamente doloroso para todo el tejido empresarial y los trabajadores. El paro llegó a los 5,8 millones oficiales y superó el 27 %, pero es que en el paro juvenil, todavía fue mucho más dramático porque se alcanzaron a estar por encima el 50 %.
En PIB per cápita, en términos reales, vimos cómo pasábamos de 24.530 euros a la cifra de 22.000 euros por habitante en 2013 y, además, tuvimos que soportar que muchos de los culpables de la historia salían indemnes y nos teníamos que echar a la espalda, entidad financiera tras entidad financiera, porque el Banco de España presidido durante los años anteriores por Miguel Ángel Fernández Ordóñez nos mintió a todos los españoles, convenciéndonos de que en España no habría problemas en la banca.
Veíamos con sorpresa que apenas 2 años antes a la crisis éramos una locomotora que tenía entre sus planes adelantar a Italia en PIB y en PIB per cápita, y tuvimos que aguantar con sonrojo un Plan E, cogido de un libro de primero de Económicas donde te explican las teorías de Keynes y que fue de pura chanza económica, que no sirvió para nada salvo para que Zapatero tuvieses visiones con brotes verdes y que saldríamos más reforzados.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se negaba a aceptar la realidad de que el mundo había entrado en una terrible crisis, que las cosas se iban a poner peor y en lugar de tratar de arreglar problema tras problema, cada mes sumaba más leña a una caldera que estaba a punto de explotar por falta de liquidez en el sistema y porque las entidades bancarias, aunque nadie lo decía, estaban más de la mitad al borde de la quiebra.
Nadie quiso asumir la realidad en la que vivíamos y nadie tomó medidas para evitar lo que pasó.
Entre 2019 y 2024 han desaparecido 148.448 empresas, un 24,5 % más que en el peor momento de la historia económica moderna de nuestro país
Aunque no lo parezca, estamos acercándonos, cada vez más, al mismo precipicio. Esta vez, en lugar de con las instituciones financieras, vamos hacia el mismo destino con un gasto público descontrolado, con unos impuestos que dejan sin liquidez a las empresas y a los particulares y, a pesar de ello, con un incremento de una deuda que va camino de cerrar el 2025 por encima del 1,7 billón de euros.
La Unión Europea ya se ha dado cuenta de que hay que invertir en defensa, por favor, vamos a ver si en lugar de gastar y tirar el dinero con los Fondos Next Gen, aprovechamos y creamos una industria europea de la defensa, pero Ursula von der Leyen dice que para gastar, no para invertir, tenemos que dedicar 800.000 millones y solo se le ocurre la brillante idea de hacerlo con deuda.
Pero es que hay que sacar otros tantos 800.000 millones y Draghi dice que también tiene que ser con deuda, lo cual nos produciría otro agujero de deuda de 70.000 millones más.
Eso sí, con un Gobierno como el de Zapatero, que no se entera de que estamos al borde del precipicio de la deuda, que tenemos un déficit que, según Ángel Gavilán, director General del Banco de España, se va a cerrar 2024 con un déficit contable del 3,4 % (54.000 millones).
Ese déficit se convierte en deuda siempre y aunque dice que nuestra deuda no va a crecer en términos de porcentaje sobre el PIB, si lo va a hacer en valores absolutos y con el bono a 10 años alemán alrededor del 3 %, vamos a pagar la deuda mucho más cara que hace 8 años, casi 3 puntos más, que suponen otros 15.000 millones más de intereses que cuando llegó este gobierno al poder.
Somos un avestruz que se tapa su cabeza con sus alas y no queremos reconocer la verdad y hay un dato que va a dejarles a todos ustedes más que sorprendidos, tal como me ha dejado a mí: la comparación de la creación y disolución de sociedades mercantiles entre 2008 y 2013 durante la gran crisis financiera con el periodo entre 2019 y 2024, el «gran éxito económico» de Pedro Sánchez y sus sueños.
Por favor, les ruego que se asusten, porque si se asustan lo mismo le podemos decir al gobierno que no nos haga otro agujero como el que nos dejó Zapatero.
Este cuadro es muy sencillo. Entre 2008 y 2013, 6 años, perdimos 119.204 empresas, según el INE y creamos 527.177 empresas, es decir, teníamos una tasa de letalidad del 22,6 %.
Entre 2019 y 2024, los mismos 6 años, han desaparecido 148.448 empresas, un 24,5 % más que en el peor momento de la historia económica moderna de nuestro país. La creación solo ha subido un 15,8 % hasta las 610.326 sociedades mercantiles y la tasa de mortalidad de las empresas ha crecido hasta el 24,3 %.
Si con esto no tenemos claro que las empresas están cayendo como chinches, y esta vez no es un problema de liquidez en préstamos, sino un problema de liquidez por impuestos, el día que el bono alemán se vaya al 3,5 % y nuestra prima de riesgo se coloque en un 1,5 puntos en lugar de 0,7-0,8 %, ese día estaremos en la misma situación que nos dejó Zapatero.
Aviso, el reloj está en cuenta atrás, cuando llegue a cero no tendremos solución. Tic tac, tic tac... y la Moncloa, como en 2008, que no quiere reconocerlo.