Hoy pagamos cuatro veces más IRPF que cuando llegó Aznar
A Zapatero nunca le interesaron ni la economía ni España, y por eso se entiende tan bien con Sánchez
Tenemos un presidente que se ha puesto en manos de José Luis 'Ojo de lince' Zapatero como ayudante y consejero. El leonés, que fue el primero de los presidentes en recibir un legado en buenas condiciones al llegar al poder, se encontró con una economía que, efectivamente, iba como un auténtico cohete. Vivió durante cuatro años del relato económico que nos dejó José María Aznar.
Tal fue la herencia que recibió, que por primera vez en la historia de nuestro país, el PIB en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) se situó por encima de la media de la Unión Europea. Sin embargo, cuando llegaron las dificultades con la crisis financiera, solo supo recurrir a la receta keynesiana de gastar, gastar y seguir gastando, dejándonos un país con cuentas públicas maquilladas y al borde de la intervención económica.
Hoy, ese personaje de opereta cómica, que se está enriqueciendo asesorando a Nicolás Maduro —un narcotraficante sentado en una poltrona presidencial—, al ver su propio declive ha decidido dar un salto más y se ha convertido en el principal defensor y asesor global de otro dictador: el presidente chino.
Zapatero ha enviado a Pedro Sánchez a abrir mercados en China justo el mismo día en que Donald Trump, que cambia de opinión más rápido de lo que habla, decide centrar todos sus ataques arancelarios en ese país y suspende, durante 90 días, el resto de los aranceles que había anunciado apenas una semana antes. Además, advierte que su enemigo es China, a la que impone un arancel del 125 %, y señala que, en cuanto el país asiático reaccione, seguirá subiéndolos hasta alcanzar niveles sin precedentes. Nos advierte, también, que tengamos mucho cuidado con las relaciones que mantenemos con su enemigo.
A 'Ojo de lince' ya vimos que nunca le interesaron ni la economía ni España, y por eso se entiende tan bien con Sánchez. Pero estamos abriendo la puerta a que Trump se levante un día con el pie torcido y decida imponernos un arancel del 100 % a los productos españoles, excluyendo al resto de la Unión Europea. Y entonces, habrá que ver qué cara se nos queda a todos. Este viaje, desde el punto de vista de la política económica, ha llegado en un momento muy inoportuno y puede traer consecuencias inesperadas.
En cualquier caso, hoy lo que quiero contarles es cómo ha ido creciendo la recaudación del IRPF. En el año 1996, todos los españoles que trabajábamos pagábamos al Estado español 31.674 millones de euros, y en 2024 hemos pagado 129.408 millones.
No me he equivocado: la carga impositiva del IRPF se ha multiplicado por cuatro en 29 años. Y, desde luego, ni nuestros salarios, ni nuestras rentas, ni nuestro PIB per cápita, ni nuestro PIB per cápita en PPA, ni la riqueza del país se han multiplicado en esa proporción.
Para que vean lo que ha sucedido, y con datos de la Agencia Tributaria, he preparado este gráfico donde se aprecia con claridad la tendencia de la recaudación. Fíjense en la pendiente de la curva desde que Sánchez llegó al poder y compárenla con la que existía entre 1996 y 2003:
Si además observan con detenimiento, verán que esta tendencia es muy similar a la que se produjo entre 2004 y 2007, cuando gobernaba 'Ojo de lince'. Observen bien y se darán cuenta de que, cuando gobierna la izquierda, la pendiente de la recaudación del IRPF siempre es mucho más pronunciada que cuando gobierna la derecha.
Pero si además analizamos lo recaudado por cada presidente, en promedio anual, veremos que las diferencias entre Aznar y Sánchez son abismales. Durante sus ocho años de mandato, Aznar recaudó una media anual de 37.490 millones de euros. Esa media se elevó a 63.731 millones con Zapatero, subió ligeramente a 64.737 millones con Rajoy y prácticamente se duplicó con Sánchez, quien en seis años ha recaudado una media de 104.764 millones, lo que implica un incremento de 2,7 veces respecto a la media de Aznar.
Sabemos ya que en enero y febrero la recaudación del IRPF ha vuelto a crecer un 10 %, y el acoso fiscal continúa imparable. Este año, lo único que podría frenarlo es que el comercio internacional provoque una recesión económica.
Cada día está más claro que este socialismo viejo y trasnochado, que llegó con Zapatero, solo aporta efectos negativos para el españolito de a pie: voracidad recaudatoria, acoso fiscal y un gasto público no orientado al bienestar de los ciudadanos, sino al de los socialistas.
El modelo Ábalos ha sido el modelo socialista generalizado a lo largo de la historia, y ya ha llegado el momento de pedir elecciones anticipadas, para que el pueblo vuelva a expresarse.
Si la derecha es inteligente, debería poner sobre la mesa una nueva coherencia económica entre el gasto y los ingresos del Reino de España. Nuestro país no merece que la clase trabajadora –la que realmente sostiene el IRPF, y que no son los ricos– haya visto multiplicadas por cuatro sus retenciones en 29 años.