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La CNMC ha recordado que el apoyo público a sistemas de acceso a efectivo en zonas rurales puede hacerse a través de licitaciones públicas y la concesión de ayudas

El uso de efectivo es cada vez más minoritario entre los métodos de pago de muchos paísesEuropa Press

Métodos de pago

Suecia acelera para convertirse en el primer país que dejará de usar el dinero en efectivo

El banco central sueco augura que las monedas y billetes podrían dejar de usarse en aquel país a partir de marzo de 2023.

El dinero en efectivo sigue cediendo terreno frente a la tarjeta de crédito o las plataformas de pago instantáneo. Ante esta situación, son muchas las quinielas que tratan de dilucidar qué país o países apostarán finalmente por descartar los pagos con monedas y billetes.

De momento, es Suecia la que ha cogido la delantera para decidirse por dar la sentencia de muerte al dinero físico. Según un informe del banco central de ese país, el Risbank, los habitantes de este país pagan cada vez menos con efectivo, un método cada vez más reducido a los pequeños pagos o a las personas mayores.

El Risbank asegura que el efectivo podría dejar de usarse en Suecia a partir de marzo de 2023. De concretarse, su uso no quedaría eliminado al cien por cien por parte del banco central, pero su circulación sería tan residual que sería inexistente en los hábitos de la mayoría de los ciudadanos.

Otros países nórdicos que irán detrás

Los países nórdicos son los que mayor delantera están cogiendo para desprenderse de su efectivo. Noruega, Dinamarca y Finlandia son otras de las naciones que irían detrás de Suecia a la hora de tomar esta decisión. El banco central noruego, el Norges Bank, dice que los habitantes de este país solo utilizan los billetes para el 4 % de sus transacciones. Dinamarca y Finlandia aparecen también, junto a los dos países ya citados, en el top-10 de la clasificación que recoge los países que menos dinero en efectivo usan en el mundo.

Dependencia del efectivo

Aunque el final definitivo de las monedas y los billetes parece una consecuencia imparable de la digitalización de todas las áreas económicas y financieras, hay que tener en cuenta que aún hoy existe un porcentaje nada desdeñable que depende del dinero en efectivo.

​El Deutsche Bank considera que habría «unas 1.400 millones de personas en todo el mundo –es decir, más de una de cada cinco–, que no están bancarizadas y dependen del dinero en efectivo».

Además, los expertos recuerdan que la moneda tradicional sigue teniendo ventajas merecedoras de tener en cuenta en el caso de proceder a su total eliminación. Son necesarias en caso de desastres naturales o ataques informáticos que dejen fuera de juego a los pagos digitales, ya que el efectivo no es tan vulnerable como este método a los ataques de piratas.
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