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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dialoga con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dialoga con la ministra de Trabajo, Yolanda DíazEFE/ Juanjo Martín

El coste de la vida

El cheque alimentario: la última ocurrencia del Gobierno contra la inflación

Hacienda, que descartó públicamente el impuesto a los beneficios de las grandes distribuidoras, estudia ahora esta nueva idea de ayudas directas

El Gobierno asiste, impertérrito, al encarecimiento de la vida a causa de la inflación y sus diferentes corrientes van soltando ocurrencias, más propias de una campaña electoral que de la acción concreta de un Ejecutivo, cada día que pasa.

Así, la última en llegar hasta nuestras páginas será lo que ya se conoce como cheque alimentario. La cesta de la compra está suponiendo un tira y afloja entre los dos socios de coalición. Hace unos días, Unidas Podemos fue mas allá al pedir al PSOE un impuesto a los beneficios extraordinarios de los grandes supermercados.

Una propuesta que llegó a la prensa antes que a los propios afectados. Fuentes de ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) consultadas por El Debate aseguraron a este medio no tener conocimiento de esa medida.

Con este escenario, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, salió rauda para dar portazo a esta nueva tasa que querían sus socios 'morados'. «No hay pretensión de poner un nuevo impuesto», contó en una entrevista en Antena3. Pero desde su departamento no han cerrado aún el análisis de otra propuesta polémica: el cheque alimentario.

¿Habrá cheque alimentario?

PSOE y Unidas Podemos se sentarán a negociar otra de las iniciativas de los segundos para crear lo que se conoce como cheque alimentario, con el que pretenden ayudar a las familias que más dificultades tengan para llenar la cesta de la compra con hasta 300 euros, aunque otros dirigentes 'morados' hablan de llegar hasta los 500 euros.

La propuesta, según fuentes de Unidas Podemos, ha llegado a las negociaciones entre la coalición como parte de la batería de medidas que el Ejecutivo desea presentar antes de que acabe el año, en plena campaña navideña.

Sin embargo, y más allá del resultado final, cuyos detalles se van conociendo a cuentagotas –Montero y Hacienda aún no han dicho nada claro sobre el tema en público– resulta muy complicado saber con exactitud que hoja de ruta desea seguir Moncloa para atajar el contexto inflacionista ya que cada día que pasa se filtra una nueva ocurrencia que provoca un choque entre ministerios. Sin ir más lejos, Yolanda Díaz ya se las tuvo que ver con el ala socialista del Ejecutivo cuando soltó su idea de topar algunos alimentos básicos.

Ahora, es la vicepresidenta la que se pelea con Unidas Podemos para aparecer ante la opinión pública como verdadera líder de las iniciativas más sociales, siempre, si seguimos hablando de materia alimentaria, con las grandes distribuidoras como objetivo, al igual que ocurre con la banca en términos financieros. Pero los socialistas no acaban de verlo claro.

Ayudas directas

Venimos de un año en el que el Ejecutivo, con más o menos tiranteces, ha sacado adelante nuevos impuestos temporales: a la banca, a las energéticas y a las grandes fortunas.

Para Unidas Podemos, son insuficientes y por eso, ahora que entramos en la recta importante de las Navidades, con las cenas de Nochebuena, Nochevieja y otras celebraciones, siguen empeñados en gravar los beneficios de los grandes supermercados como Mercadona, Carrefour, Alcampo o Día.

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, enfrió esta posibilidad que sí ha aplicado el país vecino, Portugal, pero no negó que Moncloa trabaje en la aplicación de ayudas directas que deberían ir a parar a los bolsillos de los ciudadanos con menor renta.
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