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07 de septiembre de 2024

Francisco Reynés, presidente de Naturgy

Francisco Reynés, presidente de NaturgyEFE

Empresas

La guerra altera el calendario de Naturgy el año en el que pretendía dividir la compañía

Reynés ya anticipó a mediados de marzo que los plazos de la operación Géminis podrían cambiar debido al entorno

El recrudecimiento de la crisis energética ha estallado en un año clave para Naturgy. En plena negociación con Argelia para renovar el contrato del suministro del gas, el contexto sociopolítico derivado de la guerra en Ucrania podría alterar el calendario fijado por la dirección de la empresa para culminar el proyecto Géminis.

La división de Naturgy en dos –presentada a los medios el pasado 10 de febrero– podría dilatarse. El presidente de la energética, Francisco Reynés, ya anticipó esta posibilidad en la pasada Junta General de Accionistas celebrada a mediados del mes de marzo.

Desde Naturgy se remiten a las palabras de su presidente. «Ya se dijo que el calendario iba a ser flexible por el entorno», asegura una portavoz preguntada sobre esta posibilidad. Aun así, el objetivo sigue adelante. La empresa prepara la fractura de sus negocios en dos cotizadas diferentes. Una de ellas dedicará su negocio a la gestión de las infraestructuras, la otra a la comercialización de la energía producida.

Los planes iniciales incluían que la operación podría consumarse a lo largo de este 2022. Sin embargo, todo lo ocurrido desde febrero podría alterar el calendario. Por el camino se ha producido la detonación de la guerra en Ucrania y todas las consecuencias derivadas del conflicto. Además, los planes de desconexión del gas ruso han presionado las negociaciones que la compañía mantiene abiertas desde hace siete meses con Sonatrach, dueña a partes iguales de Medgaz, el único gasoducto que surte a España.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz AkhannouchEFE

Las conversaciones se han visto alteradas por el viraje político del Gobierno con respecto al Sáhara. Pedro Sánchez ha propiciado un acercamiento a Marruecos, enfadando por el camino a Abdelmadjid Tebboune. El presidente argelino ha dejado la puerta abierta a un incremento del precio que a estas horas negocia Naturgy con la empresa pública del país.

A ello hay que sumar a un nuevo actor. Italia habría cerrado un importante aumento de las importaciones del gas procedente de Argel. Mario Draghi quiere utilizar ese colchón energético para ir reduciendo su dependencia del gas gestionado por el Kremlin. Aun así, las acciones de Naturgy resisten.

Desde el anuncio del proyecto Géminis sus títulos se han revalorizado desde los 24,49 euros, a los 29,30 euros con los que cerró la acción la sesión este miércoles. Una vez consumada la división que implica Géminis, cada accionista de la actual Naturgy reciba dos títulos, uno el que ya mantiene, y un segundo de la nueva compañía creada.

Punto y aparte merece el impacto que el tope del precio del gas presentado por los gobiernos de España y Portugal pueda tener sobre la compañía y sus planes estratégicos. La Comisión Europea sigue estudiando el planteamiento ibérico que limita en los 30 euros el precio del gas con el objetivo de rebajar el MWh de la electricidad por debajo de los 100 euros.

El Gobierno sigue sin aclarar de donde saldrá la compensación a empresas que –como Naturgy– que generan electricidad a través de sus centrales de ciclo combinado. Desde la compañía no harán una valoración hasta que el planteamiento no cuente con el visto bueno del Ejecutivo comunitario.

Naturgy, a la espera del tope al gas

Desde el sector cuestionan el posible éxito de la propuesta. Bruselas podría devolver una contrapropuesta con un tope más elevado. Inicialmente el Ejecutivo dejó entrever que el límite podría fijarse en los 50 euros, lo que –según los cálculos de los expertos consultados por El Debate– 136,80 euros/MWh.

Varios analistas energéticos ya han alertado de que el planteamiento de Sánchez y Costa podría chocar con el propio contenido del documento europeo sobre el que se sustenta. La Comisión Europea se abrió a recibir medidas de contención de precios motivados por las consecuencias de la guerra en Ucrania. El mercado del gas ya marcaba precios altos antes de la invasión rusa, en el entorno de los 80 euros.

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