La universidad griega, sin ley: unos alumnos retienen a su profesora por haberlos suspendido

Uno de cada tres estudiantes había suspendido la materia. Este fue el motivo por el que un grupo de alumnos de la Universidad de Salónica decidió retener durante unas tres horas a su profesora en su propio despacho.

El suspenso del 28 % del alumnado de la asignatura fue el detonante. Tras comunicar las notas de evaluación del primer cuatrimestre, un grupo de los que no aprobaron acudieron al despacho de la docente, adscrita al departamento de psicología de la Facultad de Filosofía.

Con el objetivo de influir en la corrección de la prueba, estos estudiantes le pidieron «que no contase los errores en las preguntas de respuesta múltiple», según recoge ABC citando fuentes del diario griego 'Kathimerini’'

Y es que esta asignatura es del último año de la carrera y los alumnos entendían que ese suspenso retrasaba la obtención del título. Pero el hecho está lejos de ser anécdota.

La jefa del departamento de psicología, Meri Kosmidou, declaraba a medios locales que no era la primera vez que un grupo de alumnos de esta facultad intentaba imponer su criterio empleando la violencia. La junta directiva del centro ha denunciado que los docentes reciben habitualmente presiones para influir en los contenidos que tienen que entrar en los exámenes, las materias que deben ser objeto de estudio, e incluso las formas de evaluación.

Disturbios habituales

Lo sucedido refleja la situación de violencia e intimidación que se vive en los campus griegos. En 2022, los medios helenos reportaron los disturbios que se produjeron en esta misma universidad tras la caída de un estudiante de 19 años desde el segundo piso de la Facultad de Derecho.

Ello provocó que personas con el rostro cubierto atacaran con piedras a los antidisturbios apostados en los aledaños del campus. La policía se vio obligada responder con bengalas y granadas 'flash-bang’'(aturdidoras). Hasta el momento, nadie pudo determinar las causas por las que el estudiante, que estaba sentado en el alféizar de una ventana, se precipitase al vacío.