Valencia
El relato de un estudiante sudanés de Informática en la UPV: del infierno de la guerra a soñar con un futuro
El estallido de la tercera guerra civil sudanesa cogió a Ayoub estudiando en la Universidad Politécnica de Valencia, pero gracias a la mediación de varias instituciones, ha podido prolongar su estancia y actualmente se encuentra realizando su TFG
Esta es la historia de Ayoub, un estudiante sudanés de Informática en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Aquí llegó en febrero con la intención de acabar sus estudios, donde le ha sorprendido un nuevo conflicto armado en Darfur, la tercera guerra civil sudanesa.
Ante la imposibilidad de volver a su país una vez acabado el semestre, a Ayoub le quedaban pocas alternativas. Tenía muchas dificultades para comunicarse con su familia, debido a los cortes de electricidad y de la conexión a internet en el país, y con el Comboni College of Sciencia and Technology de Jartum inoperativo.
Así, la universidad valenciana, en colaboración con la Embajada Española en Sudán, la Embajada Española en Kenia, y el padre Jorge Naranjo –director del Comboni College–, inició los trámites necesarios para que Ayoub pudiera continuar en la UPV un segundo semestre, completando así su formación.
«Volver allí, o al menos intentarlo, supone con casi total probabilidad dejar de estudiar, o algo peor», señala Elena Taulet, técnica de la UPV y responsable del proyecto Erasmus+ K171, a la página web de la universidad. «Por ello nos pusimos en marcha para que se le concediera la oportunidad de estudiar un segundo semestre aquí, además de hacer el TFG y acabar la carrera».
Pero había más problemas. Los documentos necesarios para solicitar la prórroga estaban en su universidad de origen. Ante la imposibilidad de entrar y salir de Sudán, le gestionaron un visado en Kenia, a donde acudió para continuar con el proceso. Ello ha permitido que este sudanés esté en la actualidad realizando su TFG bajo la supervisión del profesor Antonio Martí.
Su familia sigue en Sudán
«Cuando salí de Sudán el pasado 4 de febrero, era un país en paz y en buenas condiciones, y la guerra lo ha cambiado todo», lamenta Ayoub. «Vine para hacer un semestre y regresar a mi país con mi familia, pero todavía no he podido volver, no había manera, y ellos siguen allí, una parte en Jartum, en el centro del conflicto y, afortunadamente, otra parte lejos de allí, en un lugar más seguro».
«Es difícil contactar con mi familia. A veces, están 20 días o un mes sin electricidad y sin Internet, por lo que tengo que estar semanas enteras sin saber nada de mi mujer y mi hijo. Cuando puedo, hablo con ellos a través de redes sociales, especialmente por whatsapp, que es el único servicio que pueden utilizar debido a la debilidad de Internet. No se puede usar Teams o Skype», relata.
«El Comboni College está en un área muy sensible, por lo que fue la primera universidad en ser cerrada por el estallido de la guerra. El personal de la universidad tuvo que huir. Algunos se marcharon a Egipto, otros a Etiopía, a Sudán del Sur…», explica Ayoub, que añade: «No tengo más conexión con la universidad que la ayuda del padre Jorge, el director español del Comboni College, que está trabajando desde Egipto».
Jorge Naranjo, de la Orden de los Misioneros Combonianos, es el responsable, junto a la UPV, de que Ayoub tenga una oportunidad de futuro pese a la guerra. «Le estoy muy agradecido tanto al padre Jorge como a la UPV, y a las embajadas de España en Kenia y Sudán. Me han ayudado mucho a poder conseguir seguir estudiando aquí mientras ojalá se acabe la guerra en mi país».
Cuando Ayoub abandonó el país en dirección a España, Sudán había puesto fin a los 30 años de dictadura de Al Bashir en julio de 2019 con una revolución pacífica que debía dar paso a una democracia, pero ya con él en España, se recrudecieron los combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).