La Generalitat prohíbe el uso del móvil en infantil y primaria y restringe su uso en secundaria

A partir del próximo curso estará prohibido el uso del teléfono móvil en las escuelas de infantil y primaria, y solo se permitirá este aparato para «usos educativos específicos» en secundaria. Así consta en el documento de instrucciones que ha aprobado el Govern, y en el que también se apunta que será cada centro el que decida si este uso queda totalmente prohibido, o no. En cualquier caso, los alumnos de ESO deberán apagar sus móviles cuando accedan al instituto y se los podrán retirar si hacen un uso «indebido».

La consejera de Educación, Anna Simó, ha dejado claro que no es partidaria de hacer «una prohibición por decreto», y por este motivo decidió mantener un diálogo con la comunidad educativa, que ha dado como resultado estas instrucciones. Según su opinión, se reduce «al mínimo» la presencia de los móviles en los centros. Ha recordado que en el caso de infantil y primaria están prohibidos completamente en horarios lectivos y no lectivos. Por lo tanto, no se podrán usar ni en la hora del patio, del comedor, o en las actividades extraescolares.

En el caso de secundaria, a la práctica, asegura, solo se podrán usar con la autorización del docente y para un uso educativo concreto. Y esto también se hace extensivo a otras actividades fuera del centro, como excursiones o colonias, además de que su uso en horario lectivo tampoco será «libre».

En este caso, será cada instituto el que fijará qué procedimiento va a seguir para garantizar que los móviles están en un espacio seguro durante la jornada escolar. Pueden pedir, por ejemplo, que los alumnos los dejen en la mochila, en las taquillas, si es que el centro dispone de ellas, o en una caja en el aula. Y si se hace un uso indebido del dispositivo, el centro podrá quitárselo al alumno, siguiendo el protocolo que considera adecuado, pero «debería incluir la custodia hasta el final de la jornada y el aviso a la familia».

Los padres, a favor

Unas medidas que han sido bien recibidas por parte de los padres. Desde la plataforma Adolescencia Libre de Móviles, ven bien que se haya dado este paso, pero consideran que la restricción del uso del móvil debe ser «total», y debe extenderse también a secundaria. Según este colectivo, los riesgos son mucho mayores que las ventajas, y consideran que el hecho de que se pueda utilizar el dispositivo en actividades lectivas «no ayuda al cambio de conciencia en la normalización» que se tiene que hacer del uso de estos aparatos en etapas preadolescentes.

También ve con buenos ojos esta medida la Fapel, la Federación de Asociaciones de padres de Escuelas Libres, que piden, eso sí, que se reconozca también el papel «fundamental» que juegan las familias como modelo «para el buen uso de los dispositivos móviles». De hecho, deja claro que las familias «son las responsables primeras y principales» de la educación de los hijos y recae en ellas la decisión de gestionar los aparatos.

Los profesores, al menos desde el sindicato USTEC lo consideran un paso adelante, teniendo en cuenta que la regulación era «un llamamiento de los centros», que, en algunos casos, ya habían decidido limitar el uso del móvil por su cuenta. También consideran positivo que se haya dejado margen de maniobra a las escuelas para aplicar la regulación, porque las realidades de cada centro «son muy diferentes».