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El presidente del Principado, Adrián Barbón, en una imagen de archivo

El presidente del Principado, Adrián Barbón, en una imagen de archivoEFE

Bable obligatorio en los colegios y rotulación marginando el castellano: los planes de Barbón para la oficialidad

El presidente decide llevar el debate al parlamento a sabiendas de que no será aprobado y después de no hacerlo la legislatura pasada, donde sí que había una mayoría 'asturianista'

El presidente del Principado de Asturias, el socialista Adrián Barbón, está decidido a llevar al parlamento regional una reforma del estatuto de autonomía para reconocer al asturiano y al eonaviego como lenguas oficiales. Algo que, con toda probabilidad, no se va a llevar a cabo debido a la oposición de PP y Vox, y es que para que eso sucediera se necesitan tres quintos de la cámara.

Sorprende que Barbón lo vaya a llevar ahora –que sabe que no le dan los números– cuando la legislatura pasada sí que se podría haber materializado, ya que la suma de la izquierda y el posible voto favorable de Foro Asturias (el partido que fundó el exministro Francisco Álvarez-Cascos) podrían haber dado el visto bueno a la oficialidad de las dos lenguas asturianas.

El socialista apuesta por lo que llama una «oficialidad amable» y ha concretado en los últimos días la que sería su hoja de ruta una vez el bable y el eonaviego sean oficiales. En concreto, la propuesta la presentó el presidente de la Academia de la Llingua Asturiana, Xosé Antón González, que Barbón ha hecho suya.

Entre las medidas a tomar se encuentra la inclusión del asturiano y el eonaviego en la educación, en concreto con tres clases obligatorias a la semana a partir de los seis años y con «materiales sencillos que todo el profesorado» pueda usar en Infantil, como cuentos, leyendas o adivinanzas. Estas lenguas tendrían, por tanto, las mismas horas lectivas que otras materias como Geografía e Historia o Física y Química.

Según el texto de la Academia, «en contra de la complejidad que podría suponerse, la escolarización del asturiano (y del eonaviego en su ámbito) constituiría un proceso bastante sencillo». Barbón, en los debates que se han producido al respecto, ha mirado al modelo navarro, en el que existen varias zonas (vascófona, castellana y mixta) para la diferente implantación en función del territorio, algo que la Academia no ve con buenos ojos.

En el texto citado anteriormente sí que se refieren a que algunos escolares puedan estar exentos del estudio de bable y eonaviego, en concreto aquellos con situaciones particulares, como los que van a estar «de paso» o los que no tengan un conocimiento mínimo de castellano.

Rotulación priorizando el bable

En la propuesta de la Academia que ha hecho suya Barbón se incluyen otras medidas polémicas, como la creación de un «esqueleto básico» dentro del Gobierno con una secretaría general de Política Lingüística y una Oficina de Planificación y Coordinación Lingüística aparejada en Navia y la zona del Eo, así como una Unidad de Traducción.

De igual manera, creen necesario que el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) se redacte en castellano y asturiano y que la rotulación de edificios públicos sea en ambas lenguas, «o en su caso priorizando a veces el uso del asturiano con propósito de reforzar el prestigio de la lengua». Se ven aquí, por tanto, los primeros atisbos de relegación del español, tal y como ha ocurrido ya en otras comunidades con dos lenguas.

En cuanto a la televisión autonómica –la TPA– y la radio –la RPA–, se elaborarían estrategias de planificación para que parte del actual personal «pudiera reciclarse» en su conocimiento del bable. Igualmente, plantean una radio donde el asturiano sea la lengua mayoritaria y una televisión donde su presencia sea del 50 % compartida con el castellano.

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