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Diego Vigil, en la redacción de El Debate

Diego Vigil, en la redacción de El DebateThorun Piñeiro

Entrevista | Representante de Qveremos

Diego Vigil: «Es posible que la educación diferenciada vuelva a la enseñanza pública»

Bajo el título La España que queremos, el grupo de pensamiento Qveremos comenzará a colaborar con El Debate para abordar los temas que más conciernen a nuestra sociedad

Diego Vigil es el representante del grupo de pensamiento Qveremos, entidad que elabora informes bajo el nombre de La España que queremos y que desde mañana comenzarán a colaborar con El Debate. En cuanto a los temas concretos que se tratarán en este serial destacan la educación, la vivienda, la solución a la corrupción en nuestro país y la regeneración democrática e institucional.

— Ustedes abogan por una educación en libertad alejada de ideologías. ¿No les resulta un poco utópico en el mundo tan politizado en el que vivimos hoy en día?

— Puede resultar utópico, pero precisamente hemos llegado a un punto excesivamente politizado, porque la educación ha estado excesivamente politizada y la forma de corregirlo es que la educación deje de convertirse en un elemento instrumental de políticas y pase a ser un ámbito libre de ideologías en donde se pueda ir propiamente al conocimiento.

— ¿Dónde se ve esa politización dentro de las escuelas?

— Bueno, se ve en que los contenidos y los métodos muchas veces vienen determinados por posiciones ideológicas. Determinado tipo de igualitarismo ha penetrado en la organización de la escuela y eso ha determinado a veces una ruina de la estima del profesor y de la carrera docente, una anarquía en el funcionamiento del alumnado y, en determinados casos, también caídas de exigencia y en general pérdida de nivel, que es una opinión generalizada en la sociedad.

Diego Vigil, durante un momento de la entrevista con El Debate

Diego Vigil, durante un momento de la entrevista con El DebateThorun Piñeiro

— Hablan también de blindar la concertada. ¿Cree que hay un ataque a ese tipo de educación por parte del Gobierno?

— Allí donde la Administración puede ha tendido a reducir las líneas de la educación concertada, intentando reducir así su tamaño en beneficio de la educación estatal. Y luego, por otra parte, se ha intentado reducir también el ámbito al que la concertada puede servir, por ejemplo, eliminando la de la educación diferenciada. Y entonces, efectivamente, nosotros abogamos por que haya un blindaje y por que se pudiese extender la concertada a más ámbitos de los que actualmente sirve y que no estuviese en permanente cuestión si se puede concertar o no un colegio de educación diferenciada.

Habría que recordar que la educación diferenciada era diferenciada en la estatal hasta cierto momento. Es decir, la estatal tenía institutos femeninos e institutos masculinos. A día de hoy se identifica excesivamente la diferenciada con centros católicos, pero lo cierto es que en países nórdicos, al parecer hay colectivos completamente alejados de la visión católica, como pueden ser determinadas asociaciones feministas que abogan por la educación diferenciada de las mujeres. Entonces, en el futuro, a medida que determinadas posiciones pedagógicas se puedan acoger, se replanteen y se vea la diferencia de resultados, es probable que la diferenciada no solo deba protegerse con conciertos para los centros privados, sino que vuelva a estar presente en la enseñanza pública.

— Sostienen que la educación nacionalista alza al poder a los políticos más radicales y rupturistas. Con la creciente imposición de lenguas como el catalán o el vasco en las aulas, ¿qué situación van a tener las generaciones futuras?

— Creo que la situación del español no va a empeorar, porque es una lengua con una potencia inmensa. Y precisamente los intentos de los nacionalistas de imponer en la educación sus lenguas es para preservarlas. De hecho, la queja, por ejemplo, de los nacionalistas gallegos en comparación con los catalanes y vascos es que allí el Partido Popular de Galicia no ha protegido suficientemente el gallego. Entonces, por tanto, yo creo que la posición del español no va a salir perjudicada. Pero en la educación sí que es cierto que cada vez se utiliza más el vascuence en los territorios de la Comunidad Autónoma Vasca y el catalán, a pesar de la de la legislación. Y, por supuesto, ya no hay libertad de elección.

Entonces vemos que ahí hay muy mal futuro. Sobre todo viendo también lo que ha hecho el Partido Popular en Baleares y en la Comunidad Valenciana, en donde se prometió a los electores la libertad de elección de lengua y tampoco se ha llegado a implantar. Entonces, el futuro es tendente a que la educación va a llevarse a cabo en las lenguas cooficiales, lo cual, sumando el conjunto de Cataluña, Valencia y Baleares, quiere decir que prácticamenteun tercio de la población de España no va a poder estudiar en español, lo cual tiene tela.

— En plena ebullición de la corrupción en el PSOE, ¿qué tipo de regeneración cree que necesitaría el partido?

— Cuando un partido ha caído en una situación de degeneración, seguramente todo lo que se genera tiene que ser reformado y seguramente hay que cambiar a las personas. Y también hay que cambiar los procedimientos de control que tengan en el partido respecto de las situaciones de corrupción.

A nivel del Estado, tienen que seguir funcionando todos los mecanismos que más o menos funcionan, porque gracias a ellos salen los casos de corrupción. Está funcionando la Policía, están funcionando los jueces, están funcionando organismos como el Tribunal de Cuentas, pero efectivamente un partido que de manera casi cíclica produce algún caso de corrupción grave tendría que reformar sus procedimientos internos y darse cuenta de que probablemente la selección de personas no está siendo la adecuada.

— El primer informe que publicarán trata sobre vivienda. Es un tema que atañe principalmente a los jóvenes, ya que muchos encuentran dificultades para pagar el alquiler y no se plantean la opción de comprar. ¿Qué solución plantean para esto?

— A día de hoy en España, el 47 % de la población vive en una casa propia y ya pagada, es decir, que mensualmente ni paga alquiler ni paga préstamo hipotecario. Eso son fundamentalmente personas mayores que tuvieron la oportunidad de acceder a precios limitados a la propiedad y en muchos casos a través de viviendas de protección oficial, ya que se hicieron más de 6 millones entre 1950 y 2011. A día de hoy, como ya no existe una política agresiva de viviendas de protección oficial y tampoco existe una política agresiva de favorecimiento del acceso a la propiedad con préstamos hipotecarios en buenas condiciones, los jóvenes no pueden acceder a la vivienda, la demanda del alquiler se dispara y también el precio.

Los jóvenes están pagando el peor alquiler de la historia y encima sin opciones de acceder a la propiedad. Y lo malo es que eso a futuro puede ser un drama, porque a día de hoy esa mitad de la población que no paga casa cada mes puede sobrevivir en muchas ocasiones con una pensión media o baja. Pero el día que haya que pagar alquiler siendo pensionista, tendremos un problema. Si vamos a una sociedad de ricos propietarios y pobres inquilinos, la vejez de la actual generación va a ser muy difícil después de que encima haya sido difícil su vida por unos alquileres muy altos. Habría que volver a unas políticas activas y agresivas de favorecimiento del acceso popular a la propiedad.

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