Educación
Desmontando los mitos de la educación separada por sexos: «Para nada complica la relación de las chicas con los chicos»
Aunque el modelo de enseñanza diferenciada está actualmente señalado por muchos sectores, todavía sigue latente en nuestro país, con más de 100 centros que ofrecen esta alternativa educativa
«Las niñas no tienen ni medio problema. Salen a la calle, se divierten los fines de semana, y algunas entre semana, y no tienen ningún problema con los chicos». Con estas palabras y entre risas, Madre Lourdes Tafur, directora del Colegio Orden de Nuestra Señora de Talavera de la Reina, rompe con uno de los grandes estigmas de la educación diferenciada: la complicada relación de entre chicos y chicas por no haber compartido clase en el colegio.
La educación diferenciada es un modelo pedagógico presente en numerosos países del mundo que consiste en separar a los niños por sexos en la educación. Aunque es un modelo actualmente señalado por muchos sectores, todavía sigue latente en nuestro país, con más de cien centros que ofrecen esta alternativa educativa.
«Los ritmos de maduración del hombre y de la mujer son diferentes. Es mas fácil adaptarse al ritmo de las alumnas en el aprendizaje. Además, el modo de impartir los contenidos a niños y niñas no es exactamente igual», explica Madre Lourdes a El Debate. El colegio que dirige lleva 125 años en la enseñanza, es de carácter privado y religioso, y está orientado únicamente a las mujeres.
«La experiencia de 125 años como colegio dando clase demuestra que la educación diferenciada no fomenta la desigualdad. Llevamos muchos años en la educación de las chicas. Cuando las mujeres no tenían acceso al mercado laboral, el colegio se lo permitía, porque muchas alumnas en aquellos años salían con un puesto de trabajo», argumenta la directora del centro.
Madre Lourdes explica, además, que al sesgar por sexos la enseñanza «se puede acceder a la educación del sujeto en la unión como clase, porque hay aspectos comunes que se pueden tocar. El grupo es más homogéneo. Con la educación diferenciada tenemos la suerte de poder sacar de dentro lo mejor de uno mismo con una educación integral».
Libertad de elección
Raúl Adames, director del Área de Colegios del CEU, centros cuyo modelo educativo es mixto, es claro con su opinión sobre la enseñanza separada por sexos: «Tiene que haber modelos educativos. Yo no excluiría la educación diferenciada de las opciones. En la libertad de educación deben existir modelos educativos diferentes para que los padres puedan elegir».
Adames relata a El Debate que ha dirigido también escuelas de educación diferenciada y sostiene que «mi experiencia es que curiosamente no es tan diferenciado, no cambia tanto la configuración del colegio». Por otro lado, defiende que «la educación mixta permite compensar mucho a los grupos, ya que el clima que se genera en las aulas está muy compensado porque el varón y la mujer están muy compensados».
Experiencias de los alumnos
Javier (28 años) estudió hasta Bachillerato en el Colegio El Prado, centro que pertenece al Opus Dei y cuyo alumnado está formado únicamente por hombres. En conversación con este medio confiesa que «es un regalo que he tenido de mis padres el poder tener una educación así, el poder conocer a tantos chicos y gracias a eso tener tantos amigos como tengo a día de hoy».
Al acabar el colegio, Javier estudió Ingeniería de Organización Industrial y se sorprendió de que en su clase le preguntasen constantemente si no le costaba el trato con las chicas: «Les decía que tengo madre, tías, abuelas, amigas. Con las niñas del cole de al lado empecé a quedar desde los catorce años y siempre hemos tenido un trato fenomenal con ellas, muy cordial, muy respetuoso. Son personas con las que he tratado toda mi vida y el hecho de que no haya compartido con ellas tiempo en clase no significa que las conozca menos o que mi forma de tratarlas sea peor».
Begoña (24 años y exalumna del Mater Salvatoris, de solo chicas) destaca, al igual que Javier, «la piña que se hace» en los colegios con un modelo de educación diferenciada. Asegura, además que separar la educación por sexos «es una forma de evitar distracciones. Yo creo que todas las niñas y los niños en la edad del pavo o en la adolescencia nos podemos distraer porque nos volvemos un poco tontos con las hormonas».
Por otro lado, respecto al gran estigma de la dificultad para socializar con el otro sexo de los alumnos de esta modalidad, Begoña sostiene que «no he tenido ningún problema en relacionarme con hombres, y eso que soy hija única. Es verdad que al principio sí que te daba un poco más corte, aunque yo lo relaciono más con la adolescencia. Ahora mismo trabajo en una empresa donde son todo hombres menos una mujer y yo y no hay ningún tipo de problema».
Problemas de relación con el otro sexo
Una opinión muy contraria a estos alumnos sostiene María (24 años). Durante la primera etapa de sus estudios, hasta 6º de Primaria, María estudió en un colegio de educación diferenciada. Al pasar a la ESO se cambió a un colegio concertado de modelo educativo mixto, para posteriormente cursar el Bachillerato en un instituto público.
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«Mi primer colegio, de educación diferenciada, a nivel docencia es un diez: de exigencia, de nivel, de preparación. Es muy superior a otros centros», relata María a este medio. Sin embargo, argumenta que «a nivel psicológico el modelo educativo de colegios de un solo sexo creo que no ayuda al desarrollo de los niños, porque son edades muy tempranas en las que todo importa. Todo lo que recibas a tu alrededor importa y el hecho de estar con chicos y chicas es importante para tu desarrollo, porque al final es una forma de ir evolucionando e ir asemejándote a lo que vas a vivir el día de mañana en el mercado laboral».