Reportaje | DANA Valencia
La 'generación de cristal' se organiza en masa por su cuenta: «No sabemos dónde dormir, pero nos da igual»
Cada día desde el pasado 29 de octubre, miles de jóvenes se desplazan hasta las zonas afectadas para aportar su granito de arena ante la catástrofe vivida en las pedanías de la capital valenciana
La terrible DANA que ha azotado Valencia ha dejado imágenes dantescas de vidas arrebatadas, hogares destruidos y un fango que empaña tanto el suelo como los reproches entre políticos de distinta cuerda. Sin embargo, en el retrato de la tragedia hay una generación que ha destacado por su afán de ayudar a todas esas personas que han perdido todo, aquella tantas veces denominada «generación de cristal».
Cada día desde el pasado 29 de octubre, miles de jóvenes se desplazan hasta las zonas afectadas para aportar su granito de arena ante la catástrofe vivida en las pedanías de la capital valenciana. «Entrar al pueblo es como adentrarse en otro mundo», relata Natalia (25 años) a El Debate, una joven residente en Gandía que fue a ayudar a Catarroja, una de las localidades más afectadas por las fuertes riadas.
«A mi novio le dijeron los vecinos que ayudase en las calles y las chicas nos quedamos limpiando una casa. El dueño, un señor de 86 años nos decía: 'Sois ángeles'. Y yo le dije: 'Gracias a ustedes, porque nos están dando ánimo para la vida'. Esta gente que no tiene nada nos ofrecía comida, aunque la tuviese contada», cuenta esta joven.
Aunque desde varios colectivos se han organizado equipos de voluntarios, la realidad es que una gran masa de jóvenes españoles se han organizado por su cuenta para llevar material, quitar lodo y ponerse a disposición de los vecinos de los pueblos devastados por la DANA.
Miguel tiene 24 años y sale por la noche con otros cinco amigos para Valencia. «Vamos con dos furgonetas que nos ha dejado un colega llenas de comida y herramientas». Este joven, residente en Madrid pero natural de Talavera de la Reina, cuenta a este medio que entre las donaciones que han hecho amigos y conocidos han podido comprar maquinaria a presión para ganar eficiencia a la hora de limpiar.
«La verdad que no sabemos donde vamos a dormir y, sinceramente, nos da igual. No tenemos organizado ese tema. Solo tenemos claro que queremos ir al problema. Nos pondremos a andar con las herramientas buscando a quien lo necesite», explica Miguel.
A través de las redes sociales
Guillermo estaba en Santander cuando recibió una llamada de Jaime para ir a ayudar a Valencia. Estos dos jóvenes de Oviedo organizaron por su cuenta una recogida masiva de alimentos, medicinas, palas y utensilios para ayudar. «Gracias a Marcelino tuvimos un local esta semana para almacenar las cosas y nos consiguieron dos furgonetas. Lo comenté por el grupo de familia y se unió mi hermano», explica Jaime a El Debate.
A través de Instagram, estos jóvenes abrieron una página para donar en la que han recaudado más de 3.000 euros para ayudar a las víctimas de la tarde del fatídico 29 de octubre. «No nos importa dormir en la furgo. No sabemos lo que nos vamos a encontrar allí. Nuestra intención es sumar un granito de arena, como está haciendo todo el mundo», concluye.
Hay muchísima gente joven. Es lo que más se necesitaVoluntaria
María Elena, Sandra, Laura y Ana son cuatro jóvenes que estudiaron Trabajo Social en la Universidad de Castilla-La Mancha y que sin pensarlo dos veces han cogido el coche y se han desplazado hasta Beniparrell: «Anita dijo el martes pasado por el grupo de WhatsApp: 'Chicas, me voy a Valencia'. Y dijimos: 'Pues nosotras también'. A partir de ahí empezamos a movilizarnos. Conseguimos bastante dinero y pudimos comprar todo. Cogimos el coche y vinimos a Valencia».
Mientras María Elena conversa con este periódico se encuentra de camino al coche, aparcado a las afueras de uno de los pueblos afectados por la DANA. Estas cuatro chicas salieron de Toledo a las tres de la mañana y han llegado a la zona cero del desastre a las ocho. «Tardamos unos 40 minutos hasta el coche. Mañana Ana trabaja y hoy Sandra se ha pedido el día libre para poder venir a ayudar», resalta.
«Sabíamos donde se necesitaba ayuda por unas páginas de Internet, como ayudaterreta.com, en la que te pones en contacto con gente de aquí. Aunque si vas por tu cuenta el pueblo está muy bien organizado», explica.
«Hay muchísima gente joven. Es lo que más se necesita. Por la mañana hemos estado limpiando en un centro social y por la tarde hemos estado en una tiendecita muy pequeña de una mujer. Hemos ayudado a limpiar porque había casi dos metros de agua. Estaba ella sola», concluye.