Marian Moncho Borja
CrónicaMarian Moncho Borja

La indignación de Paiporta: «Unos menas entraron a robar a una pareja mayor diciendo que iban a ayudar»

Zonas devastadas por una DANA sin precedentes, testimonios desgarradores, vidas rotas y muchas horas de incertidumbre en la zona cero de la DANA

Actualizada 09:52

Una de las calles de Paiporta, Valencia

Una de las calles de Paiporta, ValenciaMarian Moncho

El periódico El Debate ha tenido acceso a las zonas inundadas de la localidad valenciana de Paiporta, viviendo en primera persona cada caso, cada historia, cada desaparición. Pero en este dolor hay una cosa que se respira entre tanto fango, los valencianos son un equipo, y el efecto llamada ha hecho que españoles de cada rincón de España hayan aparcado su fin de semana y se hayan sumado a esta ola de solidaridad ante la DANA.

La respuesta de las autoridades ha tardado demasiados días, según los vecinos. Esta situación ha provocado la ira de parte de la ciudadanía este domingo, cuando abuchearon y lanzaron barro y objetos a los Reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Carlos Mazón.

«Estoy sacando agua de mi casa desde el miércoles por la mañana, y aquí no ha llegado nada, ni bomberos, ni militares, solo jóvenes con ganas de ayudar», contaba, desolada, este viernes una señora mayor vecina de Paiporta. No tienen luz, no quieren comida, ni ropa, quieren manos para poder empezar a ver, aunque sea, el suelo de la calle al bajar de sus casas. «Venga chicos, que ya se ve el paso de cebra», chillaba emocionada una voluntaria en Paiporta.

Calle de Paiporta, Valencia, ayer por la tarde

Calle de Paiporta, ValenciaMarian Moncho

Entrar en las zonas anegadas por el agua crea una sensación de vacío, y de impotencia, y cuando llega la hora de volver a casa, uno se va con la sensación de no haber ayudado lo suficiente. «Después se quejan de los jóvenes, pero han sido los primeros que han venido a ayudar, sin ellos aun estaríamos con las casas encharcadas y llenas de barro», relata otra vecina, que estará eternamente agradecida a un grupo de adolescentes que entraron en su domicilio y en una hora habían sacado casi el 90 % de fango que quedaba en su casa, orgullosa y emocionada de ver cómo el pueblo estaba más unido que nunca.

Farmacias, centros de salud, residencias de la 3ª edad que han desaparecido o que tardarán días o semanas en estar operativas. Sitios donde todavía no se ha podido acceder, siguen siendo islas dentro de un mar de barro. Todo ello mientras tardaba en llegar la ayuda institucional y solo con los 10.000 voluntarios que el sábado estaban esperando destino en la Ciudad de las Artes.

El Debate vivió en primera persona cómo en Paiporta, la llamada zona cero, empezaban a llegar el sábado a última hora de la tarde los efectivos militares a abrir calles y rescatar personas que puede que aún estén con vida. Han pasado casi seis días y la sensación es de que es tarde, de que llegan tarde. Los militares, algunos vestidos de paisano, se acercaban a las zonas desde el primer momento, pero sin órdenes explícitas.

Calle de Paiporta, Valencia, ayer por la tarde

Calle de Paiporta, Valencia, ayer por la tardeMarian Moncho

Los vecinos estiman que los desaparecidos se cuentan todavía en casi 2.000 personas y siguen apareciendo algunas con vida dentro de los coches, aunque no hay cifras oficiales al respecto. Es desgarrador escuchar a familiares pidiendo que vacíen sótanos con urgencia por si siguen con vida familiares que bajaron a por el coche.

«Yo vivo en un edificio con garaje comunitario que aún está lleno de agua, pero eso hasta que no vengan los bomberos con una bomba no lo podremos vaciar. Sabemos que dentro hay gente que fue a sacar el coche y nunca volvió», relataba llorando una vecina mientras sacaba agua de su segunda residencia, también inundada por el desbordamiento del barranco.

Escuché tiros desde mi casa, eran de la PolicíaUn vecino de Paiporta

«Llevamos tres días esperando una autorización para poder montar operativos sanitarios en la zona», cuenta por su parte una miembro de una ONG con sede en Valencia. «Dentro de tres días me pongo en contacto con vosotros y os damos instrucciones», le comunicaban delegados del Gobierno valenciano a los responsables, aseguran. En Paiporta, la gente pedía medicamentos, sobre todo insulina. Las farmacias de esta localidad han quedado, la mayoría, inoperativas y las que no, han sido saqueadas.

Calle de Paiporta, Valencia, ayer por la tarde

Calle de Paiporta, Valencia, ayer por la tardeMarian Moncho

Y es que los efectivos policiales en Valencia no pueden asumir todo lo que está ocurriendo con los saqueos a centros comerciales, tiendas y casas particulares. «Ayer por la noche, escuché tiros desde mi casa, eran de la Policía. Unos menas entraron a robar a una pareja mayor diciendo que iban a ayudar», asegura otro vecino, que afirma que, «una vez dentro, cerraron la puerta y empezaron a robar lo poco que les quedaba en pie». Los voluntarios, exhaustos después de todo el día, lamentan: «Es peligroso que permanezcáis después de las seis de la tarde en estas zonas, de noche no deberías estar aquí».

En los próximos meses se empezará a notar la verdadera catástrofe de todo esto, cosechas, gente con problemas psicológicos y vidas destrozadas mientras crece el temor entre los afectados a que se los olvide.

comentarios
tracking