Juanma Moreno: el candidato desahuciado convertido en fenómeno del centro-derecha
De cosechar el peor resultado del PP en unas elecciones andaluzas a obtener, por descontado, el mejor: el presidente triunfa gracias a la moderación y su gestión al frente de la Junta
Quién le hubiera dicho a Juanma Moreno en 2018 que, en 2022 iba a obtener una mayoría absoluta en Andalucía. El 2 de diciembre de 2018, le vino Dios a ver, y a pesar de cosechar 26 escaños, el peor resultado histórico del Partido Popular en unas elecciones andaluzas, Moreno pudo erigirse en la alternativa, por fin factible, a 37 años de socialismo en la comunidad autónoma. Ni Javier Arenas habiendo sido el ganador de las andaluzas de 2012 pudo hacerlo.
Como candidato raso, el actual presidente de la Junta de Andalucía no exhibía el carisma que ha derrochado en estos últimos tres años y medio; resultaba, incluso, insulso. De ahí que en el PP ya estuvieran hablando de «dimitirle» tras unos comicios de los que no se esperaba nada nuevo: el PSOE volvería ganar (lo hizo) y podría pactar con Adelante Andalucía (Podemos y compañía), y el PP registraría su peor resultado en la comunidad autónoma (pasó) y se mantendría en la oposición.
Sin embargo, hubo milagro: daban los números para desalojar al PSOE del Palacio de San Telmo por primera vez en democracia. La suma delcentro-derecha, que se presentaba fragmentado –circunstancia que, en principio, restaba opciones a una alternativa–, hacía posible que Juanma Moreno, desahuciado como candidato, fuera el primer presidente no socialista de la Junta de Andalucía, como así resultó. Los 26 escaños del PP más los 21 de Ciudadanos más los 12 de Vox –toda una sorpresa–: 59 escaños para el cambio en la comunidad.
Igualmente, en Andalucía se producía un cambio de percepción respecto a Moreno, quien, a pesar de ser del PP en el feudo socialista por antonomasia, empezaba a caer cada vez mejor. Las señoras comenzaron a pararlo por la calle y a verlo como el yerno que toda suegra quisiera tener, y las encuestas, a reflejar un cambio de tendencia que respondía a su perfil cercano y tranquilo. Las alertas antifascistas y los autobuses que fletó el PSOE para rodear el Parlamento andaluz el día de su investidura se mostraron infundados.
Por otro lado, en el Partido Popular, Pablo Casado, quien en la previa de las andaluzas ya tenía preparado el certificado de defunción política de Juanma Moreno, empezó a verlo como un aval para su llegada a la Moncloa. No obstante, en 2019, Moreno aún suscitaba reticencias en Andalucía, y Casado y él, además, no eran lo mismo. Así pues, el PP se quedó lejos del PSOE en las dos generales que se efectuaron ese año, siendo incluso adelantado por Cs en las de abril; al contrario de lo que podría ocurrir hoy, a tenor de la mayoría absoluta que ha logrado el dirigente andaluz, más parecido al actual presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo.
En apenas tres años y medio, Juanma Moreno ha pasado de cosechar el peor resultado del PP en unas elecciones andaluzas a obtener, por descontado, el mejor, más amplio incluso que el que consiguió Isabel Díaz Ayuso en las madrileñas de 2021. Y la victoria de Ayuso, cercana a la mayoría absoluta en la Asamblea de Madrid, convirtió a la presidenta de la Comunidad de Madrid en fenómeno.
Ahora, teniendo un perfil muy distinto a Ayuso –más beligerante con la izquierda–, los andaluces han convertido a Moreno en un fenómeno, en el nuevo Feijóo del Partido Popular. Los electorados madrileño y andaluz no son iguales; el segundo, de hecho, se ha inclinado por la izquierda históricamente.
Así, el éxito del PP, en esta ocasión, ha radicado en la moderación que ha sabido transmitir Juanma Moreno –alejado de definiciones ideológicas, pues Andalucía no ha podido dejar de ser mayoritariamente de izquierdas en tres años y medio– y en la gestión que ha llevado a cabo al frente de la Junta.
A la tercera fue la vencida, porque también hay que recordar la derrota que sufrió en 2015 ante Susana Díaz, cuando todavía lo veían como el típico señorito por las patillas que lucía. Al final, Moreno ha gobernado para todos, y las cifras económicas, además, lo han avalado para lograr un triunfo histórico que puede cambiar el rumbo de España. Como ya dijera él en el primer debate de campaña, es el hombre de moda, y desde este domingo, un (el) fenómeno del centro-derecha.
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