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Pablo Casado y José María Aznar, minutos antes de comenzar su coloquio

Pablo Casado y José María Aznar, minutos antes de comenzar su coloquioMudarra

Convención del PP

Aznar, a Casado: «Vas a ser presidente del Gobierno y, además, lo vas a hacer bien»

«España se está latinoamericanizando, en el mal sentido», advierte el expresidente

Bajo el título de La fortaleza de las instituciones, se ha producido una de las intervenciones más esperadas de toda la convención itinerante del PP: la de José María Aznar. No ha defraudado. Junto a Casado, mano a mano con él, el ex presidente del Gobierno ha dejado un reguero reflexiones sobre la situación internacional y española y el significado de la política y su ejercicio.

«Este es un país desordenado, las cosas están desordenadas, y lo que necesita la España del futuro es orden». Esta podría ser la idea principal que guiado la intervención de Aznar, a la que ha vuelto una y otra vez con varios ejemplos a lo largo de conversación.

Que la Abogacía del Estado se emplee para «impedir extradición de Carlos Puigdemont» es «un escándalo y auténtica vergüenza», señaló el veterano político como caso práctico y recentísimo del desconcierto actual, al tiempo que Casado asentía.

Aznar también se refirió a la reciente crisis de Afganistán. «No es posible que en una crisis internacional de semejante calibre no comparezca el presidente del Gobierno en el congreso de los diputados, a petición propia, a dar cuentas sobre lo que está pasando en Afganistán o ante la pandemia, en la sede de la soberanía internacional» son responsabilidades básicas que, a juicio del político madrileño, no se están cumpliendo.

Crisis territorial

En el caso de la situación territorial, Casado trajo a colación como caso de éxito la forma con la que Aznar, en sus años de Gobierno, acabó con el plan del entonces Lehendakari Ibarretxe. El expresidente creó un delito de referéndum ilegal que, como recordó el propio interfecto, «fue derogado por Zapatero». La situación presente, con «Aragonès diciendo en público que va a forzar al Estado a negociar, con Puigdemont paseándose por Europa o con el impedimento lanzado desde la Abogacía del Estado para que la Euroorden se cumpla, resulta, según la visión de Aznar, palmarios ejemplos de desorden.

La reflexión sobre los movimientos nacionalistas hizo que Aznar considerase que este reto es «la situación muy grave, la más grave. España es una nación. No cuatro ni siete. Plural, sí, pero una», reitero el también presidente del think tank FAES. La curva descendente nace en 2004, señaló Aznar. «Desde año 77 a 2004. La política funcionó. Desde 2004, falla la política», comentó.

José María Aznar y Pablo Casado, en la convención del PP

José María Aznar y Pablo Casado, en la convención del PP

Un ejemplo, otro más, de desorden es, para el expresidente, la pretensión de emplear «en las instituciones nacionales de Madrid» lenguas que son cooficiales en determinadas comunidades autónomas. Aquí, en la cuestión nacionalista, y como paradigma de «propuesta ridícula» Aznar ha recodado una reciente propuesta del lehendakari Urkullu de volver a los fueros de 1839, o de implantar el monolingüismo en euskera, dado que el modelo educativo bilingüista está fracasando. Abundando en este mismo asunto, Aznar ha subrayado que España es una nación, «no siete, ni tres, ni 17, ni 25. Una. Una nación plural, pero una, constitutivamente plural, pero una. Ni es un estado plurinacional, ni un estado multinivel ni la madre que los parió».

Referencia tácita al Papa

«España es una nación plural, pero una, constitutivamente plural, pero una. Ni es un estado plurinacional, ni un estado multinivel ni la madre que los parió»José María Aznar

La reflexión sobre la nación española y su papel histórico abrió paso a uno de los temas candentes del coloquio. «Yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón. Lo diga quien lo diga. Por defender las creaciones históricas voy a sentirme muy orgulloso, pero no voy a pedir perdón», reiteró Aznar ante la reciente misiva que el Papa Francisco ha enviado al episcopado mexicano en la que, siguiendo la estela de San Juan Pablo II en Santo Domingo en el año 1992. Con motivo del 200 aniversario de la independencia de México, el Pontífice recordó que «en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización».

El nuevo comunismo, señaló Aznar abundado en la cuestión, «se llama indigenismo». «Volver a sociedad pre-colombinas. Y quien lo dice, además. Alguien que se llama Andrés, que no parece un nombre muy azteca, Manuel, que no suena muy inca, López, de primer apellido, y Obrador, que proviene de Santander, para más señas. Sin España no podría haberse producido la evangelización de América», reiteró Aznar.

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