Barcelona no levanta el vuelo (y III)
Los otros fracasos de Colau
La degradación de Barcelona se agrava con polémicos proyectos impulsados por el Ayuntamiento a cargo del erario público, y calificados de «absurdos» por los propios vecinos
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no sólo es cuestionada por sus políticas de fondo, a largo plazo, sino que también han levantado polvareda decisiones como la creación del Centro de Nuevas Masculinidades, talas de árboles para construir un carril bici, o pagar más de 300.000 euros por una escultura consistente en varias piedras de grandes dimensiones que simbolizan los muros de una cárcel.
Centro de nuevas masculinidades
En octubre empezó a funcionar Plural, como así se llama el Centro Municipal de Nuevas Masculinidades, y al que el ayuntamiento ha destinado más de un millón de euros. Fue poco antes del verano cuando el gobierno municipal anunció la iniciativa, y lo hizo en medio de las críticas por considerar que lo que se pretendía era «reeducar» a los hombres, además de abrir unos debates «ficticios».
¿Y cuál es el objetivo de este centro? Revisar el «modelo patriarcal» de hombre y abrir un debate sobre lo que significa «ser un hombre». En definitiva, se trata de promover, dicen, «nuevas masculinidades», nuevos modelos «abiertos, plurales y heterogéneos, alejados de formas relacionales desiguales o injustas».
Durante su presentación, la alcaldesa de Barcelona y la concejal de Feminismos, Laura Pérez, aseguraron que se ofrecerán cursos y terapias a aquellos hombres que crean que tienen que cambiar de conducta y evitar cualquier tipo de relación violenta.
Colau y las esculturas
Tampoco ha tenido mucha suerte Ada Colau a la hora de encargar según qué esculturas. Dos de ellas han levantado especial polvareda.
Es el caso de la escultura piedra, un monumento formado por seis piedras grandes, que están desparramadas por la calzada y que simbolizan los muros de una antigua cárcel. El ayuntamiento destinó 338.129 euros a esta obra situada en el mismo lugar en el que estuvo la prisión provincial de mujeres del barrio de Les Corts. La escultura se titula «La prisión invisible» y es obra de Nuria Ricart, profesora de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. El presupuesto inicial eran unos 202 mil euros, pero al final ha acabado costando más de lo presupuestado.
Y la otra escultura objeto de polémica se llama «Himno, mito y paraíso» 2019-2021 y está situada en el parque de Ca l’Aranyó de Sant Martí. ¿Su coste? Casi 70.000 euros, concretamente 69.500. Una obra que no ha sido comprendida por los vecinos, porque creen que se parece «a una jaula» o incluso a la «entrada de un parking subterráneo».
También la oposición en el ayuntamiento ha pedido explicaciones por destinar recursos públicos a este tipo de esculturas que «parecen una tomadura de pelo», en palabras del popular Óscar Ramírez.
La tala de árboles
La tala de 103 árboles es el precio a pagar para la construcción de un carril bici en la calle Tánger, en el distrito de Sant Martí. El gobierno municipal aseguró que gran parte de ellos estaban enfermos o en malas condiciones, y que, en cualquier caso, se decidió eliminarlos para favorecer «una movilidad sostenible».
Sin embargo, un informe de la Comisión de Ecología y Urbanismo reveló que sólo un 2% de ese centenar de árboles estaba enfermo.
Y eso que el objetivo de Colau, sobre todo si se lleva a cabo en su totalidad el plan de la Superilla Barcelona es que haya 4.000 árboles más. No es la primera vez que los carriles bici proyectados por el Ayuntamiento soliviantan a los vecinos. Ha ocurrido, por ejemplo, con el de Ganduxer, Sant Antoni Maria Claret o el de Taulat.
Los Juegos Olímpicos
Desde el gobierno de la Generalitat se apuesta por la celebración en Cataluña de unos Juegos Olímpicos de Invierno en 2030, que rechaza la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, entre otras cosas porque considera que sostenibilidad y Juegos no son compatibles. De entrada, pide que se haga una consulta en Barcelona sobre esta candidatura olímpica. «Si se hace una consulta a los Pirineos y se pide a Barcelona que acompañe este proyecto poniendo el nombre de la ciudad, doy por hecho que también se consultará a la ciudadanía de Barcelona. Me parece que es un mínimo exigible», aseguraba la alcaldesa, que también considera que el proyecto olímpico debe garantizar unas determinadas «condiciones de sostenibilidad ambiental y económica».
Barcelona no levanta el vuelo (II)
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Por cierto, esta cuestión también divide a los socios de gobierno. Y es que, si Colau no se muestra ni mucho menos entusiasta con la idea, desde el PSC sí que son partidarios, teniendo en cuenta que un alcalde socialista, Jordi Hereu, ya puso sobre la mesa la posibilidad de unos Juegos de Invierno.
Barcelona energía
Es la comercializadora pública de Barcelona. Aspiraba a alcanzar los 20.000 clientes, pero tres años después, ha conseguido poco más de 4.000. Lo cierto es que la eléctrica no prometía una diferencia de ahorro espectacular con respecto a las privadas: calculaba unos 80 euros anuales, que se han visto reducidos por el alza del precio de la energía. Y es que esta compañía pública también ha replicado los incrementos de precios en sus tarifas, y no es ni mucho menos la más competitiva. Por todo ello, la oposición dice que esta eléctrica pública no es ni barata, ni es verde (su principal fuente de alimentación es la térmica), y encima tiene pérdidas.