Al descubierto
El «Ministerio de la Verdad» cumple un año de trabajos en la sombra al servicio de Sánchez
La Comisión Permanente contra la Desinformación, de la que solo forman parte altos cargos y funcionarios del Gobierno, se declara preocupada por la «polarización»
El escrito firmado por los jefes de prensa en el Congreso del PSOE, Unidas Podemos y otra decena de partidos pidiendo la expulsión de algunos medios y periodistas porque crean un «clima de tensión» ha vuelto a poner en evidencia el concepto que tienen los socios del Gobierno de la libertad de prensa e información.
Los «ataques» del Ejecutivo para «señalar a periodistas y coartar la libertad de expresión» –en palabras de Pablo Casado– preocupan a la oposición, como han denunciado el PP, Vox y Ciudadanos. Pero más tratándose de un Gobierno que tiene activa una misteriosa Comisión Permanente contra la Desinformación desde el 30 de octubre de 2020.
Es un órgano que se vino en llamar «Ministerio de la Verdad», formado únicamente por miembros del Gobierno y que monitoriza medios y redes sociales con el argumento de proteger la seguridad del Estado frente a agentes internos o externos que supongan una amenaza. «Prevenir, detectar riesgos y neutralizarlos», es su lema. Y que está presidido por el director del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de Pedro Sánchez, el general Miguel Ángel Ballesteros.
La oposición ha intentado en varias ocasiones y por distintas vías, incluido el Portal de Transparencia, desentrañar los misterios de un órgano que Sánchez y su entonces jefe de Gabinete, Iván Redondo, se empeñaron en crear. Según el presidente, sin fines partidistas ni afán de censura previa. Solo para «apoyar la toma de decisiones de la Secretaría de Estado de Comunicación en materia de lucha contra la desinformación mediante el análisis, estudio y propuesta de iniciativas tanto en el ámbito nacional, europeo e internacional». Entre otras tareas.
El Debate ha podido conocer algunos entresijos de la composición y funcionamiento de esta Comisión en la que, además del director del Departamento de Seguridad Nacional, están representados los Ministerios de Presidencia, Interior, Defensa, Asuntos Exteriores y Asuntos Económicos y Transformación Digital. Todos ellos en manos del PSOE, ninguno de Unidas Podemos.
Desde su creación, y hasta ahora, sus miembros se han reunido en al menos cuatro ocasiones. Se declaran muy preocupados por la «polarización» y sostienen que hay «actores estatales» que la alimentan y favorecen, sin entrar en detalle.
Normalmente ni Sánchez ni sus vicepresidentas y ministros son tan contenidos: ellos sí culpan constantemente al PP y a Vox –sobre todo– de esa polarización. Y por extensión a los medios de centro derecha. «España no se merece a esta derecha furibunda», le espetó el presidente a Casado en su último cara a cara en el Congreso.
En concreto, en ese sanedrín hay un miembro de la Secretaría de Estado de Comunicación; uno –al menos– del Centro Nacional de Inteligencia (CNI); uno del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad de Interior; también un representante de la Dirección General de Comunicación, Diplomacia Pública y Redes de Asuntos Exteriores; y uno de la Secretaría de Estado de Transformación Digital e Inteligencia Artificial de Asuntos Económicos. Junto con policías, guardias civiles y, si así lo considera el general Ballesteros, otros expertos del ámbito público o privado.
Los nombres, un misterio
En 14 meses, La Moncloa nunca ha dado los nombres de los miembros de su «Ministerio de la Verdad» escudándose en que son todos funcionarios y van cambiando las personas de unas reuniones a otras. Un argumento similar al que empleó con el famoso comité de expertos de la desescalada tras el primer estado de alarma, en la primavera de 2020.
Tampoco informa de sus trabajos, ni antes ni durante ni tampoco después. Pero uno de ellos, según ha sabido este periódico, fue desactivar el bulo de que el voto por correo en las pasadas elecciones madrileñas estaba manipulado. Acusaron a cuentas vinculadas a Vox.
Cuando se constituyó esta Comisión Permanente contra la Desinformación, las principales asociaciones de prensa y medios de comunicación criticaron que únicamente estuviera formado por altos cargos y funcionarios del Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos y no por profesionales de la comunicación.
En la Comisión Permanente hay solo altos cargos y funcionarios del Gobierno
El general Ballesteros ha limado asperezas y desconfianzas creando un grupo de análisis y debate con expertos de la sociedad civil. Pero de carácter informal. Ahí sí están representadas algunas asociaciones de periodismo y los llamados verificadores.
Son 26 miembros, se han dividido en cinco grupos de trabajo y tienen entre sus cometidos hacer propuestas para una futura estrategia nacional de lucha contra la desinformación. También revisar la legislación actual por si hiciera falta afinar.
El PP, Vox y Ciudadanos han acusado en no pocas ocasiones al presidente del Gobierno de ser él, en sí mismo, una fábrica de fake news. Como que no metería a Pablo Iglesias en su Gobierno, que no pactaría con Bildu, que no indultaría a los cabecillas del referéndum ilegal o que España lideraba el ranking de test de antígenos, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins que nunca existió.