Ayuso Superstar en Valladolid: todos quieren una foto con la presidenta

Pise por donde pise hay una cámara y un simpatizante buscando una foto con ella. Pero el fenómeno Ayuso no se limita a las fronteras de Madrid, sino que ha servido, además, para infundir fuerza a la campaña de Castilla y León. Así quedó demostrado este martes en Valladolid y lo hizo anteriormente en Burgos y Segovia.

La presidenta de la Comunidad de Madrid camina casi como una estrella del rock. No son sus andares, sino el efecto que provoca. Algunos defienden que es su «carisma» y otros lo vinculan a su «juventud» y «cercanía». En cualquier caso, Ayuso se ha convertido en un fenómeno de masas que el Partido Popular no está dispuesto a desaprovechar.

El PP como el resto de los partidos, se encuentra en la recta final de su campaña. Apenas cinco días para intentar aumentar los escaños que, tal y como reflejan encuestas como la de El Debate, les colocan como ganadores, eso sí, sin mayoría absoluta. Mientras Vox continúa ganando peso, la formación de Casado da el sprint final para aunar el voto de la derecha y no depender de las exigencias del partido de Abascal.

La formación necesita que los castellanoleoneses se movilicen. Que voten y revaliden el puesto de Mañueco al frente del gobierno regional. Es precisamente eso lo que ha conseguido Ayuso este martes: movilizar. La presidenta madrileña tomó la palabra en tercer puesto, primero lo hicieron el presidente del partido en Valladolid, Conrado Íscar y después el propio Mañueco. Pero para Ayuso se ha reservado el discurso más amplio. Las palabras de la presidenta iban encaminadas a destacar los parecidos entre ambos gobiernos y la similitud de sus políticas.

Pero al finalizar el mitin ha dado comienzo uno nuevo. Los afiliados se han arremolinado para conseguir cruzar pareceres con la presidenta. Había 350 entradas y no ha quedado ninguna. Esto le supo a poco Ayuso que no quería dejar pasar la oportunidad de pasear su éxito por la capital provincial.

Las previsiones se han cumplido y ha ocurrido lo de siempre. Pisotones, cámaras, flases y un revoloteo incesante alrededor de la presidenta de la Comunidad de Madrid. A su llegada a la caseta del PP situada en la calle Santiago, el ajetreo ha atraído a los viandantes que preguntaban a los periodistas que «quién había allí». Y la que estaba era Ayuso. Entre el curioseo y la admiración, los trabajadores se asomaban a las puertas de sus comercios y los simpatizantes se asomaban a las ventanas. «¡Presidenta, presidenta!», han exclamado algunos de los presentes que, por un fallo técnico, han escuchado un discurso a medias. A pesar de que el micrófono emitía un volumen no mucho más alto que el de una televisión, los vallisoletanos no han abandonado la calle con la esperanza de conseguir la ansiada foto de la que muchos, se han quedado con las ganas. «Se la ve que vale para esto», ha asegurado una mujer que se ha acercado a la zona. «Es la que manda. Es un monstruo», ha expresado con admiración otro hombre. «Esta mujer lo arrasa todo. Ojalá estuviese aquí en Castilla y León», ha opinado otro de los preguntados por este medio.

Fuentes cercanas a la presidenta aseguran que «allí donde va todo el mundo quiere hablar con ella». «En Segovia fue espectacular como la gente, en un día de diario, salía a saludarla» añaden. Sin embargo, desde Sol quieren restar importancia a la presencia de Ayuso en la campaña de Mañueco y aseguran que «todos los políticos pretenden movilizar al electorado» y que la actuación de la presidenta forma parte de la normalidad.

Y bien es cierto que las campañas electorales son un continuo vaivén de líderes, pero es innegable que el PP quiere aprovechar el tirón de la presidenta para afianzarse en Castilla y León. Las riñas internas entre Génova y Sol parecen cosa del pasado o, al menos, han quedado apartadas para un momento más oportuno. Difícil será, eso sí, ponderar la influencia de la alta participación de Ayuso en el resultado del próximo domingo.

Desde el equipo de la líder madrileña no descartan que aparezca nuevamente en los últimos días. «Estamos a disposición del partido», aseguran. A fin de cuentas, el PP quiere continuar con los 35 años de gobierno en la región y Ayuso parece no cansarse nunca de colgar el cartel de «aforo completo».