La crisis del Partido Popular
Situación límite para Casado tras la protesta de Génova y su fallido ataque a Ayuso
El líder del PP afronta hoy una reunión de su dirección nacional marcada por la presión de los barones para que tome decisiones drásticas, la concentración masiva que ayer rodeó Génova y el oxígeno que la crisis ha dado a Pedro Sánchez
«Solo hay una cosa peor que no cerrar una crisis y es hacerlo mal». Así resumen desde el entorno de los barones el «sentir general» de los cargos y afiliados del partido. La presión sobre Pablo Casado ha mermado su liderazgo hasta tal punto que muchos han pedido su dimisión o, como mínimo, la cabeza del secretario general, Teodoro García Egea.
La situación es tal que todos la califican como de «no retorno». Lo saben en la cúpula, en las sedes autonómicas y en la calle. La puntilla final ha llegado, precisamente, en este ámbito, cuando alrededor de 4.000 personas han acudido este domingo a Génova a clamar por la dimisión de Casado y el encumbramiento de Ayuso.
Que el líder popular dimita es una de las reclamaciones que más fuerza ha tenido en las últimas horas. Fuerte ha sonado como posible sustituto el nombre del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Desde tierras gallegas prefieren no entrar en «elucubraciones». Ni lo desmienten, ni lo confirman. Y es que en estos cuatro días, las noticias han virado tantas veces que todo puede pasar. Lo que sí es cierto es que el líder gallego abogó por adelantar el congreso nacional del partido donde se elegiría un nuevo presidente – estaba programado para mediados de año – para evitar llegar a la convocatoria «con esta herida abierta».
Por su parte, Casado ha convocado este lunes una reunión de su Ejecutiva. Como no podía ser de otra manera, el cónclave versará sobre las ruinas sobre las que el partido tendrá ahora que intentar reconstruirse. En ese comité no están los barones. El presidente del PP estará rodeado del equipo que él mismo ha nombrado, por lo que no se espera un nivel de crítica interna equiparable al que crece fuera de ese círculo allegado a Casado y Egea. Hay expectación sobre el papel que adoptará en esa reunión el alcalde de Madrid. Algunos politólogos creen que podría plantear dejar su rol de portavoz de Génova.
Los barones del PP recalcan a El Debate que «el partido no son sus cuadros directivos». Con ello apuntan a que las decisiones deben tomarse para intentar salvar las siglas y no los cargos. Tal y como recuerdan, el 2023 trae consigo un periodo electoral y son los «candidatos los que serán perjudicados» a la hora de presentarse a las urnas.
Feijóo entra dentro de las posibilidades para presidir el partido en sustitución de Casado
En un intento de calmar las aguas, Casado convocó el pasado viernes a la presidenta de la Comunidad de Madrid a su despacho. Pero en Génova la conversación de los líderes no salió como debería y la reunión resultó «infructuosa». El tono de la dirección del PP redujo su beligerancia, pero fue tarde. Desde Sol aseguraron que las intenciones de paz de Casado pasaban por instar a Ayuso a enviar un comunicado en el que negase haber sido espiada por el partido. A cambio, cerrarían el expediente que le abrieron el día anterior.
Pero Génova desmiente que esto ocurriese y continuó con su estrategia de conciliación asegurando que la presentación de documentación de la presidenta les parecía suficiente para dar carpetazo a su expediente. Será la Comisión de Garantías de la formación la que lleve a cabo dicho cierre de manera oficial, tal y como se recoge en la normativa interna.
El pulso de la calle
Otro de los problemas es que, en esta lucha interna, la calle apoya a Ayuso. Así lo han demostrado este domingo cuando, a eso de las doce del mediodía, miles de personas dejaban de lado el aperitivo del domingo para plantarse en la sede del partido y mostrar su apoyo a la presidenta.
«La gente que había en Génova no eran votantes del PSOE, eran los nuestros», expresan preocupadas fuentes de la formación a este medio. Las pancartas podían leerse en la concentración lo dejaban claro: «Con Casado no vamos a ningún lado».
Unas 4.000 simpatizantes acudieron el domingo a Génova para mostrar su apoyo a Isabel Díaz Ayuso
La manifestación se convirtió en el alfiler cerca del globo en un ambiente ya de por sí al borde del estallido. Las explicaciones de la presidenta han convencido a los simpatizantes que no consideran que se hayan cometido irregularidades en la concesión de contratos, tal y como han alimentado desde la cúpula de su partido.
Escenarios
Génova vivirá este lunes otro de los momentos clave de esta guerra. La Ejecutiva convocada por Casado puede ser el punto de partida para la celebración de un congreso nacional. Existen varias posibles opciones como resultado de un encuentro que será tenso a todas luces.
Una de las posibilidades que se baraja, como mal menor, es que el partido decida que la siguiente dimisión sea la del secretario general, Teodoro García Egea, al que muchos apuntan como artífice de la actual situación con la presidenta. Génova salió en defensa del número dos de Casado este sábado para desmentir una información que le situaba, precisamente, como cabeza de la supuesta operación contra Ayuso.
La segunda opción sería la convocatoria de la Junta Directiva como órgano con potestad para la fijación de una fecha del congreso nacional que sería, en cualquier caso, dentro de un mes, tal y como establecen los estatutos del partido. Las opciones son amplias: Casado podría no presentarse y dejar campo libre a otros candidatos; podría haber uno de consenso, Feijóo; o disputar el partido contra la propia Ayuso u otros dirigentes que decidieran dar el paso.
Según los estatutos del partido
Los proAyuso necesitarían una mayoría
de 2/3 para forzar un congreso extraordinario en el PP
Otra opción es la dimisión de Casado como presidente del PP. En este caso, el partido quedaría descabezado en un momento de máxima inestabilidad. Y, por último, la que quizás sea la peor de todas: enrocarse y mantener su estrategia inicial: resistir y preparar una larga batalla, al menos hasta julio, fecha prevista del congreso ordinario.
La última posibilidad sería simplemente resistir a toda costa. Casado se mantendría en el puesto e intentaría aguantar, al menos hasta el congreso del próximo mes de julio.
La oposición aprovecha
La izquierda no ha querido dejar pasar la oportunidad de sacar provecho del socavón en el que se ha auto hundido el PP. El pasado viernes, el PSOE de Madrid presentó una denuncia ante la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, reclamando que se investigue el contrato de emergencia de la Comunidad de Madrid para compra de mascarillas vinculado al hermano de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.
Lo mismo ha hecho Más Madrid, que presentó otro escrito ante la misma, ya que entiende que podría haber «cohecho» y «tráfico de influencias» y auguran que es «la primera piedra» de un caso mayor de corrupción.
Aunque llegados a esta situación, la reacción de la oposición tiene poco peso al lado de las presiones que llegan desde dentro de su propio partido y que le hacen temer por la posible llegada del fin de su liderazgo al frente del Partido Popular.