Cara a cara
Casado se desahogó con sus barones y prometió no entrometerse: «¿Me merezco esto?»
La reunión que mantuvo este miércoles con los presidentes regionales del PP sirvió para liberar las tensiones acumuladas durante los últimos siete días. El aún líder reconoció errores
Directo | Pablo Casado se despide en la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP
«Más que tensa, fue una reunión intensa. Y emotiva». Así define uno de los presentes el encuentro que Pablo Casado mantuvo este miércoles con los presidentes regionales del PP. Por primera vez después de muchas conversaciones de teléfono cruzadas durante los siete días previos, el aún presidente del partido se veía las caras con sus barones. Esos que considera artífices del golpe que ha acabado con su liderazgo.
Durante su intervención, según las fuentes consultadas por El Debate, Casado se desahogó y llegó a preguntar a sus interlocutores: «¿Me merezco esto?, ¿Me merezco que me dimita el comité de dirección, la dirección del grupo parlamentario y lo vuestro?».
También defendió su inocencia, como viene haciendo desde que el pasado viernes dio una entrevista en COPE. Aunque sí entonó el mea culpa, después de días en los que habrá reflexionado mucho: «No he hecho nada malo. Tal vez haya hecho algo mal», sostuvo.
Y prometió ante los pesos pesados del PP que durante estas semanas no va a entrometerse en las decisiones del partido, sino que se centrará en redactar su discurso de despedida del 2 de abril. En este punto recordó a Mariano Rajoy en junio de 2018.
Los primeros nombres de Feijóo
El aún líder de los populares se había reunido antes, a solas, con Alberto Núñez Feijóo. En ese encuentro, el presidente gallego puso encima de la mesa dos nombres. El de la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, como coordinadora general del partido hasta la celebración del congreso extraordinario de los días 2 y 3 de abril; y el de Esteban González Pons como presidente del comité organizador de ese cónclave. Pons es actualmente vicepresidente del Partido Popular Europeo en la Eurocámara y persona de confianza de Feijóo.
Después se incorporaron el resto. El ya dimitido Teodoro García Egea no estuvo, y aun así a él fueron dirigidos muchos de los reproches. Ocupó su lugar la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, la única integrante del comité de dirección que se ha mantenido fiel a Casado hasta el final junto con el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos.
Escuchó y luego habló
La primera sorpresa de los presentes fue que Casado decidió escuchar antes de hablar. Prefirió que ellos empezaran. Estaba dispuesto a facilitar su sucesión, pero tenía algo claro: no quería dimitir, sino llegar al congreso extraordinario como presidente y hacer allí un último discurso. Ésa era su línea roja.
Abrió el turno el extremeño, José Antonio Monago, que estuvo muy duro en su planteamiento inicial. Él sí pidió al líder del PP que dimitiera ya mismo. Pero nadie más lo hizo. Porque el objetivo principal de la reunión era salir de Génova 13 con un acuerdo en torno a la salida digna de Casado y la futura entronización de Feijóo por aclamación.
Este último no hizo sangre, pero sí le dijo al aún presidente que la situación del PP tenía un culpable material: García Egea; y un responsable: el propio Casado. También sostuvo que él no quería salir de allí como presidente in pectore del PP, sino que quería gestionar él mismo sus tiempos. Tiene que atar todos los cabos en Galicia.
En sus intervenciones a puerta cerrada, absolutamente todos los presidentes regionales del partido convinieron en que el presidente gallego era el mejor candidato posible. De hecho, el único. También Casado estuvo de acuerdo.
Isabel Díaz Ayuso no estaba convocada porque no preside el PP de Madrid. En su lugar acudió Pío García Escudero, el responsable de la gestora que desde hace casi cuatro años pilota el partido. Éste dijo una frase en defensa de Casado y de su interés por permanecer en la Presidencia hasta el congreso extraordinario: «Quien ha sido elegido en un congreso tiene que irse en un congreso».
Cuatro horas de reunión
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Ese cónclave se celebrará casi con total probabilidad en Andalucía, así lo quieren los presidentes regionales. No obstante, el andaluz Juanma Moreno lanzó una advertencia: su es un congreso de unidad, él será el anfitrión encantado. Si no, no. Sin embargo, descartada una candidatura alternativa no parece que vaya a haber mayores tensiones.
Las filtraciones que salían de la sala en tiempo real enrarecieron el ambiente. Hasta el punto de que los presentes acordaron dejar a un lado sus teléfonos. Aunque hubo uno que no lo hizo.
No es verdad que los presidentes regionales del PP obligaran a poner por escrito a Casado que se marchará en el congreso extraordinario. Los presentes propusieron algún tipo de comunicado consensuado que firmaran todos, pero no para acorralar al líder del partido sino para que no hubiera ningún malentendido.
Al final se optó por un comunicado al que dieron su aprobación todos de viva voz y no por escrito. Uno que ya es historia reciente del partido, y en el que no se hace mención a Feijóo, como él quería. Porque el presidente gallego ya es quien manda en el PP.