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El Rey presidió la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional el día que Rusia inició la invasión de UcraniaCasa Real

Guerra Rusia-Ucrania  La Estrategia de Seguridad Nacional ya advertía del expansionismo ruso

El documento, aprobado por el Gobierno a finales de 2021, destaca el esfuerzo de Rusia por lograr mayor liderazgo en la escena internacional

El investigador principal del Real Instituto Elcano, Félix Arteaga, explicaba en un artículo publicado en la página web del propio Instituto el 24 de enero que «las estrategias sólo deben revisarse si se producen cambios que lo justifiquen», en referencia a la situación pandémica que estamos viviendo en los últimos años. Pero añadía que esta revisión «también se justificaría por el deterioro del contexto geopolítico de los últimos años, una preocupación que ocupa el primer lugar de todos los documentos estratégicos en revisión».

Arteaga realizaba estas consideraciones a raíz de la aprobación de la Estrategia de Seguridad Nacional por parte del Gobierno a finales del año pasado. Lo cierto es que todo lo sucedido desde que el investigador del Real Instituto Elcano escribiera el artículo hasta ahora casi justificaría una nueva redacción, porque los cambios que se han producido en el mundo y en las relaciones internacionales han sido profundos.

Nuestro mundo nunca volverá a ser el mismoThomas L. Friedman

Un mes después del artículo de Arteaga, Rusia comenzaba la invasión de Ucrania y, como dijo el columnista del The New York Times Thomas L. Friedman, el 27 de febrero, «nuestro mundo nunca volverá a ser el mismo porque esta guerra no tiene ningún paralelo histórico».

Decía Félix Arteaga en su artículo que «la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 da cuenta de la contribución de Rusia y China a las tensiones geopolíticas globales, pero sitúa este contexto actual de confrontación en el mismo plano de igualdad que los contextos ecológico, digital y socioeconómico a mayor plazo».

La Estrategia de Seguridad Nacional menciona ocho veces la palabra «Rusia» en sus 114 páginas. La palabra «Ucrania» en ninguna ocasión. El documento sí que aprecia «la política expansionista de Rusia», aunque la dirige hacia «sus intervenciones en Siria y Libia y en su acercamiento a potencias con aspiraciones regionales como Turquía, India o Irán».

Prevalece la confrontación

El documento también señala que «las dinámicas de confrontación y competencia han prevalecido sobre las de negociación y acuerdo, lo que se ha traducido en un deterioro generalizado de las relaciones internacionales en todas sus facetas: comercial, tecnológica, diplomática o militar», algo que sí se ha visto en las semanas previas a la invasión del 24 de febrero. Y añade que «el declive democrático experimentado durante los últimos años contribuye a una mayor inestabilidad y dificulta la adopción de soluciones conjuntas».

Visto lo visto, la Estrategia de Seguridad Nacional señala que «en este panorama de tensión, Rusia se ha esforzado en los últimos años por lograr una posición de mayor liderazgo en la escena internacional, apostando por la multipolaridad, el reconocimiento a su «singularidad» y el reparto de áreas de influencia».

Finalmente, el documento menciona a Rusia para hablar del «orden nuclear». Considera que «el orden nuclear heredado de la guerra fría se ha visto erosionado con el desmantelamiento de varios de los acuerdos de control de armas que limitaban la carrera armamentística entre Estados Unidos y Rusia, como el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF). Sin embargo, Estados Unidos ha firmado un acuerdo con Rusia que renueva el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, conocido como New START», algo que se ha visto peligrosamente modificado por las amenazas rusas sobre la alerta nuclear.

Con todas estas señales de la geopolítica internacional, la Estrategia de Seguridad Nacional recomienda que «en este clima de creciente tensión internacional, donde determinados actores se rearman para fortalecer sus aspiraciones estratégicas, España requiere una capacidad de disuasión creíble y efectiva y una capacidad de defensa autónoma, frente a diferentes formas de agresión: desde las estrategias híbridas hasta el conflicto convencional. España debe, además, seguir siendo un socio comprometido y fiable de la Unión Europea, la OTAN, las Naciones Unidas y otros marcos multinacionales de seguridad y defensa».