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Ataque nuclear

Reproducción del estallido de una bomba nuclearKindelán

Invasión rusa de Ucrania

¿Con cuántas armas contarían Rusia y la OTAN si estallara una guerra nuclear?

Rusia y Estados Unidos se reparten el 90 % del arsenal nuclear mundial: los de Putin ganan en cabezas nucleares, pero los americanos tienen más armas preparadas para atacar

«Una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se puede librar». Este afirmación, sostenida en plena Guerra Fría por los entonces presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, alerta sobre las fatídicas consecuencias que tendría para el sur humano y el planeta Tierra el estallido de un conflicto de este calibre. Esta amenaza vuelve a hacerse tangible con el anuncio del presidente ruso, Vladimir Putin, de que este país pondrá sus armas nucleares en estado de alerta como respuesta a las sanciones de Occidente por la invasión rusa de Ucrania.

La Federación de Científicos Americanos (FAS) estima que el arsenal global de estas armas de destrucción masiva rozaría en 2022 las 12.700 cabezas nucleares, un 90 % de las cuales estaría en manos de Rusia y Estados Unidos. El inventario mundial de armas nucleares ha disminuido notablemente respecto a los años más tensos de la Guerra Fría –en 1986 llegó a ser de 70.374 ojivas, si bien la tendencia de caída se ha ido revirtiendo durante los últimos años.

Hasta nueve países tienen cabezas nucleares entre su armamento: Rusia y Estados Unidos rozan las 6.000 y 5.500 cabezas respectivamente, mientras que las cifras del resto de Estados resultan mucho más modestas: China tiene 350, Francia, 290; Reino Unido (225), Pakistán (165), India (160), Israel (90) y Corea del Norte solo 20.

El número de ojivas nucleares disponibles para ser utilizadas en misiles, aviones, barcos o submarinos es más reducido (9.440), ya que 3.220 se han retirado, aunque «todavía se encuentran relativamente intactas y a la espera de su desmantelamiento». Hasta 1.644 armas nucleares estadounidenses, 1.588 rusas, 280 francesas y 120 británicas se encuentran «en alerta máxima, listas para su uso con escasa antelación».

Aun así, hay que tener en cuenta que «el número exacto de armas nucleares en posesión de cada país es un secreto nacional muy bien guardado», por lo que las estimaciones se basan en información disponible públicamente, registros históricos y filtraciones. Pese a ello, los expertos apuntan a que Rusia, China, India, Corea del Norte, Pakistán y Reino Unido han aumentado sus reservas en los últimos años, mientras que las de Francia e Israel se han mantenido estables y las de Estados Unidos se han reducido.

Los estadounidenses llegaron a su tope de armamento disponible en 1967, cuando acumularon con 31.255 cabezas nucleares, mientras que la extinta Unión Soviética superó las 40.000 en 1986. En la década de los noventa, con el fin del enfrentamiento entre el bloque capitalista y el comunista, se produjo la mayor reducción de este inventario, pasando de 58.342 a 24.881 unidades en apenas una década.

Aunque el número de potencias que posee cabezas nucleares hoy día es reducido, muchos otros exploraron y finalmente descartaron su desarrollo durante la segunda mitad del siglo pasado. Entre ellos destacan países europeos como Suecia, Suiza o Italia, y del resto del mundo como Argelia, Brasil, Australia o Egipto.

Desde 1999, el único Estado que ha realizado pruebas nucleares ha sido Corea del Norte, con un total de nueve. En el transcurso de la Guerra Fría estas se dispararon hasta alcanzar el máximo de 178 intentos en 1962, coincidiendo con la crisis de los misiles de Cuba, que estuvo cerca de provocar un enfrentamiento nuclear a nivel mundial.

Los incidentes de Cuba y Palomares

Durante el conflicto, un submarino soviético B-59 provisto de torpedos con cabeza nuclear fue atacado por un destructor estadounidense cerca de la isla caribeña. El sumergible, que llevaba varios días sin poder contactar con Moscú y desconocía si había estallado la guerra, contaba con autorización para lanzar este armamento si había consenso entre los oficiales de la embarcación. El oficial Vasily Arkhipov salvó al mundo de un probable conflicto nuclear al convencer al capitán del submarino de que debían esperar a recibir órdenes del Kremlin.

Cuatro años más tarde, la maniobra fallida de repostaje de un bombardero estadounidense en el espacio aéreo español provocó la caída de cuatro bombas nucleares en la localidad almeriense de Palomares, dos de las cuales sufrieron explosiones convencionales y emitieron una radiación considerable.

Manuel Fraga se baña en las aguas de Palomares

Manuel Fraga y el embajador americano se bañan en la playa de Quitapellejos, en PalomaresEFE

El incidente dejó la fotografía para la historia del baño del ministro de Información y Turismo de Franco, Manuel Fraga, y del embajador americano en España en una playa de la localidad para desmentir los rumores sobre su peligrosidad y evitar que influyera negativamente en el incipiente turismo nacional.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, confirmó este miércoles que, en caso de que el conflicto de Ucrania desencadenara una Tercera Guerra Mundial, tendría un carácter destructivo e implicaría el uso de armas nucleares.

Sea cual sea el desenlace de la invasión, no debemos olvidar las consecuencias que traería una guerra nuclear. El economista Max Roser, fundador de la plataforma Our World in Data, alerta de que no solo «acabaría con la vida de millones de personas de inmediato», sino que también provocaría una «lluvia radiactiva» que se esparciría por zonas amplias del planeta y descensos de temperatura de entre 20 y 30 grados centígrados que derivarían en una hambruna mundial.

Destrucción generada en Hiroshima (Japón) por la bomba nuclear Little Boy, lanzada por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945

Destrucción generada en Hiroshima por la bomba nuclear Little Boy, lanzada por Estados Unidos sobre la población japonesa el 6 de agosto de 1945Gtres

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