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El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune

El presidente de Argelia, Abdelmadjid TebbouneAFP

Por el cambio de posición sobre el Sáhara

El Gobierno argelino llama a consultas a su embajador en Madrid

Tras las declaraciones del Gobierno español y su «cambio repentino» de posición sobre el Sahara

La decisión de Pedro Sánchez de reconcer de facto la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental comienza a generar reacciones de calado. Argelia acaba de llamar, hoy sábado, menos de 24 horas después de conocerse la noticia, a consultas a su embajador en Madrid. Lo hace «con efecto inmediato» tras las declaraciones de las máximas autoridades españolas y su «cambio repentino» de posición sobre el Sáhara, informa el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino.

El Ministerio de Exteriores de Argelia, cuyo presidente es Abdelmadjid Tebboune, reconoce haberse visto «muy sorprendido» por el apoyo de España al proyecto de anexión de Marruecos para el Sáhara. De ahí procede la decisión de llamar su embajador en Madrid «para consultas con efecto inmediato».

El giro de Pedro Sánchez, que desdice los últimos 50 años de política exterior española, supone una amenaza para las relaciones españolas con Argelia, país enemigo histórico de Marruecos y que acoge en el sur de su país a cientos de miles de refugiados saharauis.

La reacción de hoy del Gobierno argelino desdice así las declaraciones de Albares, que ayer mismo insistía en que Argelia «es un socio fiable». El ministro de exteriores de España iba incluso más allá y afirmaba que «en estos momentos de tanta inestabilidad en Europa, con una guerra ilegal, injusta e injustificada en Ucrania, precisamente esa relación estratégica entre Argelia y España, ese gaseoducto que nos une, puede poner todavía más en valor esa asociación». El ministro, sin embargo, no aclaró si Argelia había sido previamente informada. La reacción fulminante del ejecutivo argelino parece confirmar que no ha sido así.

Entreguismo máximo

La decisión de EE.UU., firmada al final de su mandato por Donald Trump y confirmada por Joe Biden, de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental forma parte de un proceso más amplio en el que el reino alauita está inmerso para afianzar así su posición como potencia regional y en el continente africano, y que pasa por un rearme frente a su archienemigo, Argelia.

Las consecuencia de esta actitud belicista y nacionalista de Marruecos supone una mayor amenaza para España, justo al otro lado del Estrecho de Gibraltar. Para afrontar dicha amenaza, también para tratar de congraciarse a toda costa con Washington, Pedro Sánchez, que no es convocado a los foros internacionales de peso debido a su gobierno con ministros comunistas, parece decidido a asumir una actitud entreguista hacia Marruecos y EE.UU.; una actitud que puede tener su envés en el empeoramiento de las relaciones con Argelia cuando la dependencia energética española es máxima debido a la guerra de Ucrania.

Recordemos que el país magrebí cerró a finales de octubre pasado el Gasoducto Magreb Europa, GME, que llevaba suministrando 25 años gas natural a España y Portugal. Lo hizo porque dicho gaseoducto pasaba precisamente a través de Marruecos.

Argelia garantizó entonces a España que cumplirá «los contratos firmados» y seguirá el aprovisionamiento de gas por dos vías: aumentando la capacidad del otro gasoducto que une a los dos países a través del Mediterráneo, Medgaz, y compensando el resto con buques metaneros, construidos para transportar gas licuado.

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