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Imagen de archivo de un hacker - TREND MICROTrend Micro / Europa Press

Pegasus, el programa que lo mismo sirve para atacar al Gobierno que para escribir una novela

Ni el CNI ni el Departamento de Seguridad Nacional mencionaron expresamente en sus informes la existencia de Pegasus

Desde que el programa de espionaje Pegasus fuera creado en 2016 por una empresa israelí, no ha dejado de saltar polémica tras polémica. Como si fuera el primer dispositivo que realiza espionaje...

Sin embargo, los ecos de este programa no llegaron a España hasta 2020, cuando una investigación periodística destapó que el teléfono del entonces presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, hoy consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat catalana, había sido infectado por Pegasus. Bueno, de hecho, el del entonces presidente del Parlamento catalán, el de algún dirigente independentista más. ¿Se puede considerar el primer ataque con Pegasus al independentismo catalán?

El expresidente del Parlament y conseller de Empresa de la Generalitat, Roger TorrentDavid Zorrakino / Foto de archivo de Europa Press

De momento, el caso está en manos de la Justicia, en el Juzgado número 32 de Barcelona, que todavía no ha terminado la instrucción. Pero, más allá de si Torrent fue objeto o no de un robo de datos, el ex presidente del Parlament trató de rentabilizar el ciberespionaje con la publicación de una novela sobre el caso: Pegasus: L'Estat que ens espia.

Victimismo nacionalista

Aunque aquel primer caso alimentó el victimismo del nacionalismo, lo cierto es que aquel julio de 2020 se descubrió que los teléfonos espiados fueron al menos 1.400 personas de todo el mundo incluido, por ejemplo, el entonces presidente y fundador de Amazon, Jeff Bezos. Un 'agujero' en el sistema de seguridad de Whatsapp permitió que el programa entrara en cientos de teléfonos.

En los dos últimos años no han dejado de saltar nuevos escándalos a costa de Pegasus. De hecho, el grupo de periodistas Forbidden Stories y Amnistía Internacional tienen una lista con, al menos, 50.000 personas que en los últimos años habrían sido objeto, según estas organizaciones, de ciberespionaje. Entre estas personas figuran un buen puñado de mandatarios políticos como la expresidenta alemana, Ángela Merkel, o el primer ministro británico, Boris Johnson. También es cierto que en pocas ocasiones los gobiernos han confirmado el espionaje.

Las alertas sobre el uso del programa Pegasus llegó hasta la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, que llamó la atención sobre él en julio de 2021. «Las revelaciones sobre el aparente uso generalizado del software Pegasus para espiar a periodistas, defensores de los derechos humanos, políticos y otras personas en una variedad de países son extremadamente alarmantes y parecen confirmar algunos de los peores temores sobre el posible uso indebido de la tecnología de vigilancia para socavar ilegalmente derechos humanos de las personas», advirtió la chilena.

Ni en Centro Criptológico Nacional ni el Departamento de Seguridad Nacional mencionan el programa entre sus ciberamenazas

Sin embargo, llama la atención que el Centro Criptológico Nacional, dependiente del Centro Nacional de Inteligencia, no menciona ni una sola vez la palabra Pegasus en su Aproximación al Marco de Gobernanza de la Ciberseguridad, un documento publicado en enero de 2022 que marca cómo protegerse de las ciberamenazas. Pero no solo el CNI pareció ignorar el tema. El Departamento de Seguridad Nacional también calla este programa en las 114 páginas de su Estrategia de Seguridad Nacional 2021.

Infografía sobre el programa de espionaje PegasusKindelán

'Catalangate'

Para quien no pasó desapercibido fue para Citizen Lab, el laboratorio interdisciplinar ubicado en la Universidad de Toronto que, a mediados del mes de abril destapó, a través de uno de sus trabajadores, que hasta 65 independentistas catalanes y alguno vasco habían sido espiados entre 2017 y 2021.

El escándalo ya estaba servido. Incluso ya tenía nombre: 'Catalangate'. Y comenzaba a hacer daño al Gobierno de Pedro Sánchez. Incluso el propio presidente tuvo que suspender un viaje previsto a Moldavia para sumar su voto en el Congreso de los Diputados para sacar adelante el Real Decreto de medidas contra la crisis surgida a raíz de la guerra de Ucrania.

La presión se trasladó hacia el CNI y hacia el Ministerio de Defensa. Y alcanzó tal cota que el Gobierno tuvo que salir a contrarrestar las presiones catalanas. Aunque fuera festivo en más de media España. Aunque no provocara más que la humillación del propio Gobierno por haber sido incapaz de controlar Pegasus.