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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al nuevo líder del PP, Alberto Núñez FeijóoEFE

La crónica del Partido Popular

Los malabares de Feijóo para rebajar la «crispación política»: una de cal y otra de arena a Sánchez hasta las generales

El argumento es siempre el mismo: convertirse en un partido de Estado. Sin embargo, el tono del presidente del PP ha ido subiendo y bajando dependiendo de la ocasión

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, está convencido en que la política de enfrentamiento no lleva a ningún lado. Para evitarlo, debe hacer malabares: mientras tiende la mano al Gobierno, debe ejercer de oposición. Un posicionamiento que le ha llevado a dar una de cal y otra de arena a Pedro Sánchez durante las últimas semanas.

«Muchos simpatizantes no pueden entender cómo nos descalifican de esta forma y nosotros apoyemos algunas de sus medidas. Sin embargo, lo hemos hecho. No estamos apoyando al Gobierno sino al Estado». Feijóo resumía así sus intenciones con el Ejecutivo de Sánchez haciendo referencia a su decisión de apoyar la tramitación de la ley de Seguridad Nacional del Gobierno. «Hay que enfriar el nivel de crispación política», repite del presidente popular como uno de sus mantras.

Días antes Feijóo convocaba una rueda de prensa urgente en la que atacó duramente al Ejecutivo. El tono parecía distinto. «España no merece un Gobierno que haya hecho de la crisis un estado natural y que se esconda en cortinas de humo», declaró en una comparecencia en la que se presentó como la alternativa que los españoles necesitaban y agitaba la posibilidad de un adelanto electoral que Sánchez ya ha negado en varias ocasiones. Las palabras de Feijóo, que llegó a decir que el Ejecutivo se había «inmolado» se pronunciaron horas más tarde de que el propio presidente español llamase «mangantes» a los miembros de su formación.

Lo cierto es que las intenciones del ya expresidente gallego son llegar a acuerdos «de Estado» en los que ambos partidos puedan entenderse. Se presenta, así con un perfil presidenciable y capaz de ceder «en beneficio de España».

El intento fallido

Sin embargo, el primer intento del Partido Popular no fue recibido por los socialistas. Ni siquiera fue leído. Feijóo envió un documento de propuestas económicas elaborado junto a su vicesecretario Juan Bravo en el que evitó colocar las siglas del PP. «Es un plan para España y no es nuestro, sino que se lo facilitamos al Gobierno», aseguraron tras su envío. Las horas pasaron y el PP esperó hasta el último momento. «Estuvimos disponibles todo el fin de semana por si acaso», reconocieron desde su entorno. Pero el Ejecutivo despreció las ideas y nunca llamó al líder de la oposición a pesar de que necesitaba de sus votos para la aprobación del decreto ley sobre las medidas «anticrisis» de los precios. El decreto se aprobó con el apoyo de Bildu.

Pero en todo error hay una oportunidad y, tal y como informó El Debate, la estrategia del PP pasa por seguir ofreciendo negociaciones al PSOE. Quiere que sea éste el que tenga que elegir entre el apoyo de los populares o de partidos independentistas. «Ya no tendrá la excusa de que somos el partido del 'no a todo' como decía antes», afirman desde Génova. De esta manera pretende crear un desgaste paulatino en el que los españoles dejen de confiar en el presidente del Gobierno a favor del del PP.

Objetivo: electorado socialista

El presidente del PP quiere llegar a La Moncloa y quiere lograrlo a la primera. Acostumbrado a las mayorías absolutas, –en Galicia logró cuatro consecutivas– el líder de Génova pretende contar con el mayor apoyo en las urnas.

A pesar de que muchos votantes del PP decidieron depositar su confianza en Vox, las intenciones de recuperación de electores de Feijóo están en otro lado: el votante socialista.

La intención es que sean los votantes del centro los que, hastiados por la gestión de Sánchez, decidan probar suerte con un Feijóo alejado de lo que denomina «populismos».

Alberto Núñez Feijóo, a su llegada al desayuno informativo con El DebatePaula Argüelles

La decisión sobre el aborto

Esta semana, el PP se enfrenta a una nueva batalla. El Gobierno de Sánchez aprobará previsiblemente una nueva ley del aborto que permitirá a las niñas de 16 y 17 años interrumpir el embarazo sin el consentimiento de sus padres.

La formación de Feijóo apenas ha fijado posiciones. Sin embargo, el PP fue protagonista de una batalla legal para evitar que las menores puedan abortar sin consentimiento de sus progenitores. Fue hace doce años cuando los populares presentaron un recurso que lleva desde entonces pendiente en el Tribunal Constitucional. De aprobarse la nueva ley, la decisión del TC quedaría anulada al tratarse de un texto distinto.

El Partido Popular de Feijóo únicamente se ha pronunciado ante preguntas de los periodistas. «Ya saben cuál es la trazabilidad del Partido Popular y que nosotros pedíamos una mayoría de edad para ello», recordó el presidente de la formación en la rueda de prensa urgente convocada el pasado miércoles.

«Pedimos mayoría de edad de las mujeres para tomar esa decisión y esa ley está modificada por una ley posterior», afeó recordando que «hay un recurso pendiente del Constitucional por lo que la postura del PP tiene antecedentes». «Había un acuerdo en la ley de la interrupción del embarazo en España y el PSOE lo rompió», señaló en este sentido.

«El PP de la época presentó un recurso de inconstitucionalidad y cuando llegó al Gobierno exigió que las niñas de 16 y 17 años tuviesen mayoría de edad para tomar una decisión muy importante», finalizó.

Desde entonces, el PP ha preferido no pronunciarse sobre ello, incluso al ser preguntados por este medio. La formación de Feijóo considera que con esta aprobación el Gobierno pretende levantar el foco sobre la situación económica actual la cual el PP considera una prioridad absoluta por encima de otros asuntos.

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, junto al presidente del partido, Alberto Núñez FeijóoEFE/ Julio Muñoz

Y es que para Feijóo la cuenta atrás para las elecciones nacionales comenzó el 1 de abril cuando se convirtió en presidente del partido en el congreso de Sevilla. Donde, por cierto, el partido ya manifestó, en palabras de Cuca Gamarra, sus intenciones invitando a todas las «personas de izquierda, derecha y centro» a formar parte de los votantes del Partido Popular.