Así se ha blindado Madrid: «Nunca había visto tanta seguridad en la Castellana»

Madrid se ha blindado ante la llegada de las diferentes delegaciones de la OTAN. Uno de sus puntos calientes es el Paseo de la Castellana, este ha permanecido cortado durante todo el día y permanecerá hasta el día 30 de junio. Solamente están habilitados los carriles laterales (subida y bajada).

Las calles perpendiculares se asemejaban a las Termópilas, cientos de coches se apelotonaban para discurrir por el único carril de bajada. Pitidos de coche, gestos de los agentes de movilidad, caras de cansancio de los conductores hartos de la espera... se podían ver en la intersección entre la calle José Abascal y el Paseo de la Castellana.

Por el centro del paseo, que rara vez los madrileños ven sin ningún coche, solo circulaban vehículos oficiales, de la benemérita, de la Policía Nacional y Municipal. «Nunca había visto tanta seguridad por la Castellana», confesaba uno de los viandantes que paseaba perplejo ante el cinturón policial que se ha desplegado por el paseo.

Todos los cuerpos policiales has desfilado por La Castellana, Policía canina, subsuelo... En media hora se han movilizados tres vehículos dirección hacia el ayuntamiento, Policía Nacional, Municipal, Guardia Civil… los únicos que han faltado a la cita han sido los militares que únicamente salen cuando se activa un escenario 5 antiterrorista.

Los terrazas de los restaurantes situados en este enclave estaban medio llenas a la hora de la sobremesa, el cierre de La Castellana solo ha afectado a los vehículos, los locales siguen con su jornada laboral, atendiendo a los clientes.

Sobre las 17:30, ha sido un constante ir y venir de vehículos con los cristales tintados y furgones policiales que les escoltaban Castellana abajo, identificar a los protagonistas que iban dentro era tarea imposible.

Para reforzar el blindaje de La Castellana, en cada paso de cebra había una pareja de agentes de la Policía Municipal que gestionaban el tránsito de gente.

Según transcurría la tarde los vehículos empezaban a subir por La Castellana. El protocolo que mantenía era muy similar, tres coches de seguridad encabezaban el pelotón y a continuación los vehículos correspondientes a cada delegación, por último cerraba el anillo de seguridad un vehículo de la benemérita.

¿Cuáles son los puntos con mayor seguridad?

La palma se la han llevado los hoteles. Alrededor de ellos se ha creado un fuerte dispositivo de seguridad, con hasta un anillo de vigilancia y al menos tres furgones de la Policía Nacional. Los agentes se repartían por binomios y hablaban entre ellos ante la espera de las delegaciones.

El fuerte inexpugnable americano llama la atención, el hotel Intercontinental es la excepción al resto de lugares de hospedaje. Si lo normal es tener un anillo de seguridad, los estadounidenses tienen tres. Un furgón policial corta la entrada y salida de la carretera próxima al hotel y una hilera de furgonetas cubren el recorrido desde el edificio de La Caixa hasta la entrada principal.

Y si con eso fuese poco, hasta 12 agentes con fusiles de asalto custodian la entrada, además de la seguridad privada. En cuanto a los vehículos llamaba la atención el hummer de la Policía Nacional, acompañado de tres furgones policiales.

El 'show' a la llegada de Biden

Cerca de las 19:00 de la tarde, un conjunto de sirenas irrumpía la tranquilidad que se respiraba por el Paseo de la Castellana. Tal despliegue solo podía ser de una comitiva, la estadounidense.

El séquito de Biden se compone de ocho coches de Policía, entre los que llama la atención las dos 'Bestias' (una es un señuelo) y un furgón típico americano, 14 coches oficiales y un minibús. Tal despliegue ha generado la curiosidad y la expectación de los viandantes que paseaban en ese momento por la Castellana.

Ante la mirada inquietante de los madrileños, por motivos de seguridad, han movilizado todos los vehículos al lado opuesto de los espectadores.

Agentes de la Policía Nacional daban indicaciones a los conductores de los vehículos y escoltaban los coches mientras iban bajando sus pasajeros. «Viva la Policía Nacional», gritaba la gente que contemplaba el despliegue americano.

Durante todo el recorrido no se han dejado ver agentes de seguridad sobre los tejados, ya que el «objetivo es que los transeúntes no les vean, pero sí ellos a los ciudadanos», ha confesado un exboina verde (Grupo de Operaciones Especiales del Ejército) con el que ha podido hablar El Debate. Aunque a la llegada del presidente americano, se han podido ver dos agente en la azotea del hotel Intercontinental.