Crónica política
Feijóo se convierte, en cien días, en la primera preocupación de Sánchez
Hasta las encuestas más cercanas al PSOE le colocan por debajo del Partido Popular. El suelo de Ferraz se ha convertido en arenas movedizas en los últimos días
Ni la inflación, ni el paro, ni siquiera el estado de su coalición. Si hay algo que ahora perturba el sueño del presidente, Pedro Sánchez, es la subida del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, en las encuestas. Incluso el CIS de Tezanos, que se había convertido en el ‘espejito mágico’ donde el presidente se miraba para autoconvencerse de su buen Gobierno, trajo, esta vez, malas noticias. El PP superó en intención de voto, por primera vez, al PSOE. Este sábado, durante su intervención en el comité electoral, Sánchez puso a su partido en zafarrancho de combate ante las citas electorales del próximo año. A continuación, colocó a Feijóo en su punto de mira y reprochó al PP su «bloqueo político».
Apenas unos días después de que el CIS hiciese pública su última encuesta, el suelo de Ferraz se convirtió en arenas movedizas. Adriana Lastra fue la primera en abandonar –por su embarazo o por invitación–su puesto orgánico en el partido. Las siguientes salidas fueron las del portavoz de la formación en el Congreso, Héctor Gómez, y el del partido, Felipe Sicilia.
Mientras, en Génova los comentarios giran en torno a una misma opinión: «El problema es el propio Sánchez. Juanma Moreno no ganó las elecciones en Andalucía por culpa de Sicilia», afirman fuentes de la formación a El Debate. Los populares creen que el problema del presidente no debe ser Feijóo, sino sus propias decisiones políticas. «No se puede estar acercándose a Bildu e implantando medidas económicas erróneas y luego tener aprobar las propuestas del PP como propias», añaden en referencia a la bajada del IVA y las ayudas directas que los de Feijóo propusieron al Gobierno antes de que éste las aprobase.
Según el entorno del presidente del PP, Sánchez ha ido «perdiendo confianza de su propio partido» y esa ha sido la razón que le ha llevado a «meter ministros de su Gobierno en el PSOE». «Su partido no cree en él», añaden.
Desde el PSOE el clima de inestabilidad es obvio. No es la primera vez que Sánchez acomete cambios profundos en sus equipos. Solo hay algo que nunca cambia: su figura.
El ‘robo’ de Feijóo
La entrada de Feijóo en el panorama nacional ha colocado a Sánchez contra las cuerdas. Su rival tiene experiencia y ha elegido una estrategia distinta al anterior presidente del PP, Pablo Casado.
El centrismo del expresidente gallego ha mermado el voto socialista, aunque desde la formación popular consideran que el aumento en las encuestas llega también desde parte de los votantes de Ciudadanos e, incluso, de Vox.
En cualquier caso, el mensaje de Feijóo ha calado hondo. Lo primero es la economía y el resto, ya se verá. De esta manera, el PP ha ido recogiendo militancia de otros partidos que coinciden en que la prioridad está en la crisis de precios y sus consecuencias. El presidente del PP resumía este sábado la situación con las siguientes palabras: «Es evidente que lo que falla en el Gobierno y en el PSOE es Pedro Sánchez», quien con los últimos cambios en la dirección socialista» ha vuelto a demostrar que solo le importa él».
Virajes continuos
El presidente ha acometido muchos cambios, y no todos han sido en su equipo. También se apreció un viraje claro en el debate del estado sobre la nación donde el presidente sorprendió a los presentes con unas medidas que entraban de lleno en el territorio de Podemos.
A pesar de que el jefe del Ejecutivo salió relativamente airoso de los tres plenos que componen el debate, la felicidad duró poco. Si bien el acercamiento a los morados dulcificó la relación con los socios de coalición, la decisión de Sánchez le alejó de sus votantes más moderados, que miran de reojo a Feijóo para los próximos comicios.
El duelo entre líderes será largo y Sánchez continuará aplicando su «Manual de resistencia» para rebajar el calado del mensaje del presidente del PP que, en apenas cien días, le ha arrebatado las encuestas y ha puesto en jaque la poca estabilidad de su Gobierno.