Los actos de apoyo a etarras se disparan por la división entre los abertzales
Sólo en los siete primeros meses de 2022 se han multiplicado por cuatro los actos de este tipo
Cada vez es más evidente la división surgida en el seno de la izquierda abertzale con la forma en que se está tratando el fin del terrorismo por parte de Bildu, la organización heredera de la histórica Herri Batasuna. Esta división se observa en la forma que cada sector trata de imponer sus postulados. Pero también se puede comprobar en el tratamiento que dan a los presos terroristas. Y esta división ha hecho multiplicar los actos o acciones de homenaje o de ensalzamiento de los terroristas.
Según datos del Observatorio de Radicalización del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, en los siete primeros meses de este año 2022 se han multiplicado por cuatro los «actos públicos de culto al terrorista», que es como Covite denomina a los ‘ongi etorri’, homenajes a etarras muertos, pintadas y pancartas, manifestaciones y actos festivos de ensalzamiento. De los 83 que se registraron entre enero y julio de 2021 se ha pasado a 339 en los siete primeros meses de 2022.
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La mayoría de estos actos, 120, han sido manifestaciones. Otros 118 son pintadas o pancartas. Covite ha registrado 39 iniciativas en favor de presos de la banda, 37 fiestas populares y 24 homenajes a reclusos de la banda fallecidos. Por territorios, Vizcaya es la provincia donde más actos han tenido lugar, 133 exactamente. Le sigue Guipúzcoa con 111, Navarra con 35 y Álava con 30. Más allá de nuestras fronteras, la mayoría en Francia, se han registrado 23 actos en favor de la banda terrorista.
Visibilidad en las fiestas patronales
La cuestión es que la división de la izquierda abertzale y la necesidad de cada sector de posicionarse, de buscar su sitio y marcar su territorio ha hecho que se multipliquen los actos de ensalzamiento de los etarras.
Y esta división se está observando perfectamente en las fiestas patronales que se desarrollan en los pueblos del País Vasco y Navarra a lo largo de todo el verano. Así, como viene siendo habitual, la plataforma Sare, muy cercana a Bildu, se dedica a convocar manifestaciones en torno a las fiestas de cada localidad. Las más importantes se darán en las tres capitales vascas, empezando por las fiestas de Vitoria, que se iniciaron el jueves y cuya manifestación se celebró el día 3 miércoles. Le seguirán en San Sebastián el día 20 y en Bilbao, el 26 de agosto.
El pasado día 30, los más radicales, los de Jardun, irrumpieron en la localidad de Echarri Aranaz (Navarra) para pedir la ‘Amnistía total’ de los presos. Encapuchados, enmascarados, al más puro estilo de antaño. Las fiestas de esta localidad concluyeron el viernes con la ‘celebración’ del Inutillen Eguna, ‘Día del Inútil’, donde se representó el ‘Tiro al Fatxa’, un acto en el que arrojan todo tipo de objetos a una pancarta en la que representarán las instituciones del Estado.
Finalmente, grupos cercanos a GKS también protagonizarán sus propios actos. Así, tal y como adelantó El Debate, se están haciendo con la fiesta contra la Guardia Civil que se celebra en Alsasua en septiembre, imprimiéndole un carácter de lucha de la clase obrera y otro tipo de consignas clasistas.
Esta división, cada vez más marcada, cada vez con más ganas de marcar espacio social y territorial no hace presagiar una disminución de actos de enaltecimiento del terrorismo. Más bien al contrario.
Quién es quién
- Por un lado está Bildu, que ha tomado una estrategia más institucional desde que entraron en las instituciones y se han convertido en socios tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como del Gobierno de Navarra de María Chivite.
- Por otro lado, está Jardun, una organización que trata de reunir a los grupos más radicales que, abiertamente, apuestan por el regreso de la violencia. Jardún, donde se integra el Movimiento Pro Amnistía y contra la represión, pide la amnistía de los etarras que permanecen en prisión. Acusan a Bildu de haberse plegado al poder y traicionar los principios que llevó a ETA a tomar las armas.
- Y, por otro lado, está Gazte Koordinadora Sozialista (coordinadora juvenil socialista), GKS, más enfrentada a las juventudes de Bildu que a la propia coalición. En este caso, tienen una ideología más comunista al más puro estilo de los años 70 donde imperaba la lucha de clases, el marxismo y otros conceptos comunistas con unos toques de nacionalismo abertzale.