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Pedro Sánchez y los decretos

Lu Tolstova

Una semana intensa

Sánchez estrena el curso con su decretazo número 128, Bildu del brazo y ERC apaciguada

La convalidación –el jueves– del decreto ley sobre el ahorro energético servirá para medir la temperatura de la «mayoría Frankenstein» al inicio de un curso político de alto voltaje

Las vacaciones políticas y parlamentarias se acaban. El Gobierno, sus socios y la oposición tienen esta semana una triple cita que marcará el inicio de un curso de altísimo voltaje, puesto que en mayo Pedro Sánchez medirá fuerzas con Alberto Núñez Feijóo en las elecciones municipales y autonómicas.

El martes, el Ejecutivo de coalición celebrará su primer Consejo de Ministros de la temporada, mientras la inflación sigue sin dar tregua al Gobierno –tampoco a las empresas y familias– y en la Moncloa se preparan para un trimestre complicado en términos de empleo.

El miércoles, la Diputación Permanente del Congreso celebrará una sesión para decidir sobre las peticiones de comparecencia en comisión que el PP ha formulado para siete miembros del Gobierno: las tres vicepresidentas, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera; las ministras Margarita Robles, Raquel Sánchez y Carolina Darias y el ministro Félix Bolaños.

En el caso del titular de la Presidencia, el principal partido de la oposición quiere que explique los acuerdos alcanzados en la llamada «mesa de diálogo» que el Gobierno y ERC –en teoría la Generalitat, en la práctica solo Esquerra– celebraron el pasado 27 de julio. Una mesa que sirvió para pasar página tras la crisis política por el espionaje con Pegasus.

El día culmen de la semana será, no obstante, el jueves, cuando el Congreso celebrará un Pleno extraordinario para aprobar definitivamente la llamada Ley del solo sí es sí (que regresa desde el Senado) y convalidar tres decretos leyes. Entre ellos, el del ahorro energético, que Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Constitucional porque invade competencias autonómicas.

Con él serán ya 15 los decretazos de Sánchez convalidados en este 2022, al que aún le quedan más de cuatro meses de vida, y 85 en lo que va de legislatura (la Cámara Baja solo le ha tumbado uno, el de los remanentes de los ayuntamientos, en el verano de 2020). Y 128 decretos ley desde que el socialista ganó la moción de censura y se mudó a la Moncloa. Récord tras récord para el presidente que más ha usado esta modalidad legislativa, que la Constitución reserva a casos de «extraordinaria y urgente necesidad».

Sánchez lleva 15 decretos ley este año, 85 en esta legislatura y 128 desde que es presidente

La convalidación del polémico decreto ley para el ahorro y la eficiencia energética servirá para tomar la temperatura de la mayoría Frankestein, que el pasado curso tuvo serios altibajos. No se espera que este curso tenga menos, sino todo lo contrario, dada la proximidad de las elecciones de mayo.

En la Moncloa están convencidos de que el Pleno dará su visto bueno al decreto ley sin sobresaltos ni apreturas, a pesar de las críticas del PNV y de ERC a la falta de negociación previa a su aprobación por el Consejo de Ministros. Y a pesar, también, de que ningún partido ha querido adelantar el sentido de su voto.

Se da por descontado el voto favorable de los cinco diputados de Bildu, formación que en los últimos meses ha pasado de ser un socio preferente de Sánchez a uno indispensable, a tenor de los vaivenes de Esquerra y de los de Andoni Ortuzar. Los de Arnaldo Otegi fueron imprescindibles para la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, la Ley Audiovisual y la reforma laboral.

Con ERC nunca se sabe, aunque en julio votó por sorpresa a favor de la convalidación del segundo decreto anticrisis, tras haberse abstenido –en abril– en el primero. Y el PNV ya dio sobradas muestras de su malestar con Sánchez durante el debate sobre el estado de la nación, cuando su portavoz, Aitor Esteban, le espetó al presidente: «¿Qué va a hacer para mantenernos como socios? Porque lo de ‘no os lo podéis permitir, no tenéis alternativa a mí’ está muy visto. El que no puede permitírselo es usted».

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, y el ministro de Presidencia, Félix BolañosEuropa Press

En efecto, el líder del Ejecutivo no puede permitírselo. Tampoco quiere, porque ha descartado cualquier otra mayoría numérica que no pase por Unidas Podemos y sus socios parlamentarios habituales. Con ellos deberá negociar, en el arranque del curso, los Presupuestos de 2023 (el aumento del gasto militar es un punto de mucha fricción); el desbloqueo parlamentario de la Ley de Vivienda y de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana (para derogar lo que la izquierda llama la «ley mordaza»); y la creación de los dos impuestos temporales y extraordinarios a la banca y al sector energético que el PSOE y Unidas Podemos han presentado como proposición de ley (a través de sus grupos parlamentarios) y no como proyecto de ley (para ahorrarse su aprobación en Consejo de Ministros y agilizarlos). Justo antes de las vacaciones, el Ejecutivo aprobó el anteproyecto de la Ley de Información Clasificada, la que vendrá a sustituir a la actual Ley de Secretos Oficiales, pero a ésta aún le queda un larguísimo camino por delante.

Las últimas semanas del anterior curso fueron una montaña rusa de emociones para el PSOE, que pasó del llanto a la risa en un mes: de la estrepitosa derrota en las elecciones andaluzas y el ascenso imparable de Feijóo en las encuestas al éxito de la Cumbre de la OTAN y el gran papel de Sánchez –a decir de los suyos– en el debate sobre el estado de la nación.

Y, como remate, los cambios introducidos por Sánchez en el PSOE, con la salida de Adriana Lastra de la vicesecretaría general y la designación de la ministra Pilar Alegría como portavoz del partido y de Patxi López al frente del grupo parlamentario socialista. Con esos mimbres afronta el nuevo curso si, como aseguró desde La Palma la semana pasada, no tiene intención de hacer cambios también en su Gobierno.

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