Barómetro de encuestas
Sánchez recorta distancia a Feijóo con toda su munición de gasto público: ¿Remontada o suflé?
Toda la carne que el presidente ha puesto en el asador en los dos últimos meses parece que empieza a movilizar a su electorado, hasta ahora inapetente. Aun así, el popular le saca 6,6 puntos
El abrazo que se dieron la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra María Jesús Montero al término de la votación del jueves en el Congreso fue muy elocuente. El pleno acababa de rechazar las siete enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales de 2023 y la titular de Hacienda estaba pletórica. Afónica, pero pletórica.
Avanza hacia su aprobación
El Gobierno supera siete enmiendas a la totalidad de los Presupuestos sin apuros: 186 votos
A la salida del hemiciclo, una diputada andaluza del PSOE repitió a media voz aquello que los socialistas han convertido en su ley de vida: «Semana a semana vamos ganando todas las votaciones». Cabalgan, dicen.
Esta vez, el trofeo no es menor: el Ejecutivo de coalición tiene garantizadas las cuentas públicas del año próximo, al coste que sea. Y estas saben especialmente bien a los socialistas, puesto que el año pasado se especuló mucho con que las de 2022 serían las últimas y que en 2023, al ser año electoral, el presidente se vería abocado a prorrogarlas.
Después de un mal inicio de curso para Sánchez, que se vio arrastrado por Juanma Moreno a una batalla fiscal en torno al IRPF de la que desertaron barones como Ximo Puig y Emiliano García-Page, en la Moncloa y Ferraz van viendo luz.
Toda la carne que el presidente ha puesto en el asador en los dos últimos meses parece que empieza a movilizar al electorado socialista, hasta ahora inapetente. A lo que se suma un ligero retroceso en el crecimiento de Alberto Núñez Feijóo, que desde marzo había sido continuado.
Así lo indica el agregado de encuestas que realiza periódicamente El Debate con los 13 sondeos publicados en la prensa a lo largo del mes de octubre, excluyendo el CIS por su marcado sesgo de izquierdas.
La media de encuestas otorga a Sánchez un crecimiento de medio punto en octubre, del 24,62 % al 25,19 % en intención de voto. Lo que, sumado a las dos décimas que retrocede Feijóo, del 32,06 % al 31,85 %, acorta la distancia entre ambos siete décimas en solo un mes. No obstante, el líder de la oposición sigue sacándole al presidente 6,6 puntos.
Por el contrario, Unidas Podemos se mantiene impertérrito en el 10,58 % de porcentaje de voto, a pesar de los bolos de Yolanda Díaz por España con su plataforma, Sumar. Y Vox sube tres centésimas, hasta el 14,65 %.
En los cuarteles generales de Ferraz y Génova tienen la misma percepción que traslada la media de encuestas de este periódico. Los socialistas aseguran que ha empezado la remontada y que hay mucho partido por delante.
Los populares, por su parte, no se dice preocupados. Aunque reconocen que es imposible mantener el ritmo de crecimiento que venían registrando desde marzo. En aquel mes, cuando tocaron fondo en medio de su crisis interna, los sondeos les daban de media un 22,69 % de intención de voto. A finales de septiembre llegaron a subir casi 10 puntos, aunque ahora hayan bajado algo.
Lo cierto es que el PP no ha vuelto a marcar la agenda desde que el presidente andaluz cambió el paso al presidente del Gobierno al anunciar la eliminación del impuesto de Patrimonio y, sobre todo, la deflactación del tramo autonómico del IRPF. El BOE y los Presupuestos siguen siendo dos armas poderosísimas para el socialismo.
A mayores, al PSOE le ha caído del cielo el regalo de la dimitida primera ministra británica, Liz Truss, con cuya reforma fiscal en el Reino Unido se identificó el PP en un primer momento. Para después desmarcarse.
¿Es verdad que Sánchez ha iniciado la remontada, o la cierta movilización que reflejan las últimas encuestas es el efecto pasajero de la munición de gasto público que ha desplegado en las últimas semanas? En este tiempo, el Consejo de Ministros ha aprobado unos Presupuestos de 2023 con récord de gasto social –266.719 millones de euros–; ha confirmado la subida de todas las pensiones conforme al IPC, también las máximas; ha extendido a todo el año 2023 la gratuidad de los abonos de Cercanías y Media Distancia de Renfe.
También ha aprobado un nuevo decreto ley dotado con 3.000 millones de euros para extender los bonos sociales energéticos a más beneficiarios y aplicar una tarifa de último recurso a los edificios con caldera comunitaria; ha vendido como un éxito el corredor de energía verde entre Barcelona y Marsella bajo el mar, aun cuando el MidCat –su apuesta inicial– estaba empezado y éste que se sacó de la manga Emmanuel Macron es, de momento, un castillo en el aire.
A mayores, se ha guardado 13.000 millones de euros al margen de los Presupuestos para ir soltando a medida que haya que ir prorrogando algunas medidas de los sucesivos paquetes anticrisis, que en su mayoría vencen el 31 de diciembre. Como la rebaja del IVA del gas y de la electricidad al 5 % y los 20 céntimos de bonificación por litro de carburante.
Durante el debate presupuestario de esta semana, Cuca Gamarra preguntó insistentemente a la ministra de Hacienda cuáles de esas medidas extenderá el Gobierno al primer trimestre de 2023, pero Montero no quiso contestar. El Ejecutivo se reserva el factor sorpresa.
Y la inflación, el matagigantes capaz de acabar con gobiernos de todo signo, lleva tres meses consecutivos de bajada (cayó al 7,3 % en octubre), lo que está dando un respiro a Sánchez. Al menos sobre el papel, porque la inflación subyacente, la de la cesta de la compra, sigue subiendo. Y ésa es de la que entienden las familias, los autónomos y las pequeñas y medianas empresas.