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Irene Montero y Fernando Grande-Marlaska este jueves en un acto en el Senado

Irene Montero y Fernando Grande-Marlaska, este jueves, en un acto en el SenadoEFE

El rodillo del Gobierno

Irene Montero y el PSOE vetaron 127 enmiendas que el PP presentó a la ley para evitar el desastre

La ministra de Igualdad y los socialistas no solo no escucharon las advertencias del CGPJ y del Consejo de Estado, sino que menospreciaron las mejoras propuestas por los populares en las Cortes

La ministra de Igualdad está cada vez más acorralada, a medida que aumenta el goteo de revisiones de pena a la baja provocado por la Ley de garantía integral de la libertad sexual. La situación es tan kafkiana que uno de los miembros de «La Manada», el caso que dio origen a esta ley, podría ser el siguiente beneficiado.

En vista de que Irene Montero no tiene la más mínima intención de dimitir, el PP ha pedido a Pedro Sánchez que la cese. El partido de Alberto Núñez Feijóo se sabe el más legitimado para exigir responsabilidades, puesto que intentó hasta el último momento evitar el desastre en el Congreso, y después en el Senado.

Ciudadanos votó a favor de la Ley del solo sí es sí, a pesar de que ahora Inés Arrimadas se lleva las manos a la cabeza y solicita su corrección urgente. Y Vox interpuso una enmienda a la totalidad del proyecto de ley de devolución (es decir, sin texto alternativo) al comienzo del trámite parlamentario, pero después renunció a presentar enmiendas parciales en ambas cámaras. Que es ahí donde el Gobierno puede acceder a algunas correcciones sugeridas por los grupos.

Sin embargo, el PP trató de corregir la Ley del solo sí es sí hasta que sonó la bocina de su aprobación, aunque con nulo éxito. La ministra Montero y el PSOE rechazaron en total 127 enmiendas parciales presentadas por los populares en el Congreso y el Senado. Una detrás de otra: 69 en la Cámara Baja y 58 en la Cámara Alta.

En el Congreso

En el Congreso, el PP registró 78 enmiendas. Socialistas y morados vetaron 69 de ellas, en las que los populares advertían del roto que estaba a punto de hacérsele al Código Penal, citando los informes críticos de los órganos consultivos del Estado. «La modificación del Código Penal plateada en el proyecto de ley carece de seguridad jurídica, como así han indicado informes preceptivos, ni resultan convenientemente recogidas las razones de oportunidad. Contiene preceptos muy deficientes desde el punto de vista técnico legislativo y, lo que es más grave, numerosas vulneraciones de derechos y libertades fundamentales protegidos y garantizados por la Constitución Española», alertaba el grupo comandado por Cuca Gamarra en la enmienda número 284, que acabaría siendo rechazada en el pleno del Congreso con los votos en contra del PSOE, Unidas Podemos, ERC, Más País, Compromís, el BNG, Junts per Catalunya, Ciudadanos, el PNV, Bildu, la CUP y Coalición Canaria. Como tantas otras.

La titular de Igualdad solo accedió a incorporar nueve enmiendas del PP, las que eran minucias, cuestiones mínimas. Como cambiar la redacción de un artículo que hablaba de «mejorar la investigación y la producción de datos sobre todas las formas de violencia sexual» para añadir dos palabras: «la investigación, la recolección, la recopilación y la producción de datos sobre todas las formas de violencia sexual». Hasta ahí llegó la flexibilidad de Irene Montero.

La portavoz del PP en la Comisión de Igualdad, Marta González, lamentó la poca disposición del Gobierno a entrar en las grandes cuestiones de una ley tan importante con el PP. «Se han aceptado algunas de nuestras enmiendas, pero todas ellas de escasa entidad, tengo que decir», se quejó la popular el día en que la Comisión aprobó el informe de la ponencia de la Ley del solo sí es sí (el texto enviado por el Gobierno al Congreso con las enmiendas pactadas con los grupos.

Entre las enmiendas que el PP trató de introducir en la ley antes de que acabara publicara en el BOE y ya fuera demasiado tarde –como lo es ahora– figuraba una destinada a aumentar las penas mínimas, el principal foco del caos actual. Los populares proponían castigar con penas de prisión de cinco a 10 años las agresiones que recoge el artículo 178, frente a la horquilla de dos a ocho años de la ley definitiva (en vigor desde el pasado 7 de octubre). Y con penas de prisión de 12 a 15 años las agresiones del artículo 179, frente a los entre siete y 15 años de la ley definitiva.

La enmienda 285 del PP a la Ley del solo sí es sí, que fue rechazada

La enmienda 285 del PP a la Ley del solo sí es sí, que fue rechazadaEl Debate

Ese artículo ya publicado en el BOE, dentro de la ley definitiva

Ese artículo ya publicado en el BOE, dentro de la ley definitiva

En el Senado

No hubo forma, y en el Senado el rodillo de los socialistas y sus socios fue aún más implacable. No aceptaron ni una sola de las 58 enmiendas presentadas por el grupo parlamentario popular en la Cámara Alta. El día de su debate en pleno, la senadora popular María Adelaida Pedrosa supo bien predecir lo que iba a pasar: «Señorías del PSOE, no tengo ninguna esperanza de que ustedes vayan a apoyar nuestras enmiendas ni todo lo que hemos hecho en el grupo popular, puesto que, viendo lo que pasó la semana pasada en la ponencia, que no nos dejaron ni exponer nuestras enmiendas ni valorar la de otros grupos políticos, segura estoy de que no van ni a intentarlo». No se equivocó en nada.

Tras pasar por el Senado, el proyecto de ley volvió al Congreso para su aprobación definitiva el 25 de agosto. Irónicamente, ese día la portavoz de Igualdad del PSOE, Laura Berja, se acordó en la tribuna de la víctima de La Manada: «Ella decía que esta ley no es su ley, que esta ley es de absolutamente todas las mujeres. ¡Cuánta verdad tienes, compañera! ¡Cuánta verdad!», se felicitó la socialista. Ahora, uno de sus agresores puede ser el siguiente en beneficiarse del desaguisado.

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