Sánchez confía en arrasar en todas las votaciones del 'superjueves' para acallar el ruido

En política las apariencias importan, y Pedro Sánchez está decidido a acabar de una vez por todas con la imagen guerracivilista que ha dado su Gobierno en la última semana, desde que aparecieron las primeras goteras en la ley del 'solo sí es sí'.

El presidente del Gobierno pretende utilizar el superjueves para escenificar una fortaleza y unidad de la que en este momento su Ejecutivo carece, sumido como está en una de sus peores crisis; si no la peor. Así como también revitalizar su mayoría parlamentaria.

Ese día habrá doble pleno en el Congreso, y Sánchez ya tiene garantizadas todas las votaciones importantes por un margen amplio que no refleja el momento por el que atraviesa la coalición; pero que puede servir para ponerle algunos paños calientes.

Cera de 190 votos

A lo largo de la jornada, la Cámara Baja votará los Presupuestos de 2023; los impuestos temporales a la banca, las energéticas y las grandes fortunas; la toma en consideración de la derogación del delito de sedición; y el proyecto de Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible. Y en todos los casos el Gobierno lleva los números hechos para no encontrarse sorpresas. Si todo sale según lo previsto en La Moncloa, la coalición se acercará a los 190 votos en cada una de las cuatro votaciones.

En el caso de los Presupuestos Generales de 2023, los últimos de la legislatura, Sánchez espera sumar 189 votos a favor de los 350 de la Cámara. Este lunes se celebró la primera sesión del debate en pleno sobre las cuentas públicas, que durará hasta el jueves. Aunque ERC y Bildu evitaron adelantar su «sí», en ambos casos se da por hecho. Como también en el de los cuatro diputados del PDeCAT: «No tenemos cerrado aún un acuerdo, pero espero que sea de forma inminente», señaló su portavoz, Ferran Bel.

De momento ya han anunciado que votarán favorablemente el PNV, Más País, Compromís, Teruel Existe, Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria. Ello suma 166 escaños. Con los 13 de ERC, los cinco de Bildu, los cuatro del PDeCAT y el de la ex diputada de Unidas Podemos Meri Pita serían 189, procedentes de nueve partidos distintos. Sin contar con el PSOE y Unidas Podemos.

La diputada del PNV Idoia Sagastizabal se felicitó ayer de que Sánchez aceptara de tan buen grado la renovación de la ley quinquenal del cupo vasco, la condición sine qua non que habían puesto los de Aitor Esteban para respaldar las cuentas del año próximo. Pero no solo: el PNV ha conseguido que el Ejecutivo acepte más del 70 % de sus enmiendas parciales.

Antes, el martes, el miércoles y el jueves por la mañana, el Congreso votará los Presupuestos de cada ministerio. Cada votación cuenta, porque si una sola no saliera adelante automáticamente caerían las cuentas públicas de 2023 en su conjunto. No es un escenario que se contemple, aunque está por ver qué sucede con la votación sobre la ampliación del Presupuesto del Ministerio de Defensa: qué harán ERC y Bildu este martes.

El «cepillado» a los impuestos

Los impuestos temporales a la banca, las energéticas y las grandes fortunas –de aplicación a partir del 1 de enero– también contarán con un amplio respaldo de la mayoría de investidura en ese superjueves. De hecho, para convencer al PNV y al PDeCAT el Gobierno 'cepilló' la semana pasada el gravamen al sector energético, de manera que el impuesto no afecte a las empresas en las que el suministro sea a precio reglado. Y, además, solo contará su negocio en España, no el que desarrollen en el extranjero (Iberdrola desarrolla buena parte de su actividad en los mercados de Estados Unidos, Brasil y el Reino Unido).

En la proposición de ley a través de la que se articularán los nuevos impuestos, el PSOE y Unidas Podemos han dejado la puerta abierta a que sean definitivos si pasados dos años así se decide. Una concesión a ERC y Bildu para que se mantengan en el redil parlamentario.

Sánchez también podrá presumir de mayoría en la votación de la toma en consideración (el punto de partida de la tramitación parlamentaria) de la reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición. Que fue la exigencia de los de Oriol Junqueras para apoyar los Presupuestos de 2023 y ceder al Gobierno su hombro para lo que queda de la legislatura.

El PSOE ha forzado la celebración de un pleno extraordinario el jueves, después del de Presupuestos, para que se vote este punto sin más dilación. Y así tener aprobada la derogación del delito de sedición antes de que empiece la campaña de las municipales y autonómicas, para que penalice lo menos posible a los candidatos del PSOE.

Menos Junts per Catalunya, que es el partido de Carles Puigdemont, y la CUP, el resto de partidos independentistas y nacionalistas votarán a pies juntillas con el Gobierno.

Si se cumplen los pronósticos de La Moncloa, a última hora del jueves podrán presumir de amplia mayoría parlamentaria, como árboles que tapen el bosque. Otra cosa es lo que les dure: «La coalición está rota. Así de claro (…). La herida hoy es tan profunda que el Gobierno camina hacia un final trágico que puede llevarse por delante a toda la izquierda española en el siguiente ciclo electoral. Básicamente si la izquierda no resucita la coalición y la prestigia como expectativa positiva no tiene ninguna opción de ganar las próximas elecciones generales ni de reeditar una mayoría», advirtió este lunes en su artículo semanal de La Vanguardia el anterior jefe de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo.