La crónica política
Sánchez no deja cabos sueltos en su plan de asalto: sabe que la UE mirará para otro lado
Su complicidad con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es su mejor baza contra los intentos del PP, Vox y Cs de acudir a instancias europeas en busca de auxilio
Puede que sea casualidad. O no. Mientras el viernes el PP, Vox y Ciudadanos pedían auxilio a la Comisión Europea ante la «deriva autoritaria» de Pedro Sánchez, el aludido posaba sonriente en Alicante junto a su presidenta, Ursula von der Leyen. La alemana se trasladó a la Ciudad de la Luz, sede de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE, para participar en la IX Cumbre Euromediterránea EU-MED9. Y permaneció ajena a la polémica suscitada por la maniobra de Sánchez para doblegar a los vocales conservadores del CGPJ y forzar el cambio de mayoría en el Tribunal Constitucional.
Jaque al Estado de Derecho
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Von der Leyen compareció ante la prensa a la derecha de Sánchez, en compañía también del presidente francés y del primer ministro portugués, Emmanuel Macron y António Costa. Comenzó su intervención con un «dear Pedro» y un agradecimiento por su hospitalidad, gestos a los que Sánchez respondió con la mejor de sus sonrisas. Todo lo demás fueron buenas palabras.
Para esa hora ya debía de tener en la mesa de su despacho una carta enviada por Vox a modo de SOS: «Utilicen todas las herramientas de que disponen para detener este gravísimo asalto a la democracia y al Estado de derecho por parte de un Gobierno que a todas luces está operando fuera de la ley y sin respetar los principios y valores fundamentales de la Unión». Misiva que el partido de Santiago Abascal también remitió a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, al de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, el socialista español Juan Fernando López Aguilar, y al comisario de Justicia.
No hay forma de detener a Sánchez
El presidente del Gobierno no ha dejado cabos sueltos antes de lanzarse en picado al tres por uno de la reforma del Código Penal y de las leyes orgánicas del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. No hay forma de detenerlo. Los recursos de inconstitucionalidad anunciados por la oposición los estudiará ya un TC con mayoría de izquierdas. Y, en paralelo, Sánchez está seguro de que la UE no moverá ficha en contra de la proposición de ley que el PSOE y Unidas Podemos tienen previsto aprobar en el pleno del Congreso el próximo jueves.
El viernes, tras conocer su hondo calado, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, llegó a presumir de que la UE si acaso «la aplaudirá». Los socialistas sostienen que lo único que hace el PP invocando constantemente a Bruselas es el «ridículo». Y que ni siquiera es verdad que en abril de 2021 Sánchez retirara la reforma para cambiar la mayoría de elección del CGPJ por las presiones de Europa, sino que aquello fue un «bulo» del PP.
Los populares reiteran que la Comisión Europea no puede mirar para otro lado, pero es más un deseo que una certeza
Desde la dirección popular insiste en que la UE no puede quedarse de brazos cruzados ante tal ataque al Estado de Derecho y la separación de poderes, como sostuvo el viernes la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra. Pero es más un deseo en voz alta que una convicción. Porque los antecedentes recientes son los que son.
Cuando hace apenas dos semanas el Gobierno eligió al exministro de Justicia Juan Carlos Campo como uno de sus dos candidatos al Constitucional, la respuesta del comisario europeo de Justicia ante las denuncias del PP fue cortante: «No es el único país en el que se da esta situación», señaló Didier Reynders, restando toda importancia al hecho de que Campo vaya a ser juez y parte y a que tenga que inhibirse al tratar los recursos presentados contra todas las leyes aprobadas cuando él era miembro del Consejo de Ministros. Acto seguido añadió: «Lo que pedimos en primer lugar es renovar el CGPJ, que permita que haya todas las designaciones en el Tribunal Constitucional». Y hasta ahí.
Esa misma semana, Alberto Núñez Feijóo viajó a Atenas para participar en una reunión a puerta cerrada de líderes del Partido Popular Europeo, en la que también estuvo Von der Leyen. El presidente del PP se quejó ante sus colegas de partido de la «crisis institucional» que vive España y prometió que su partido seguirá insistiendo en la independencia del poder judicial. No consta respuesta de la presidenta de la Comisión Europea.
Lo cierto es que Sánchez apuesta sobre seguro: desde que en julio de 2019 Von der Leyen fue designada presidenta de la Comisión Europea, el líder del Ejecutivo español entendió la importancia de convertir a la prima hermana de Angela Merkel en su gran aliada y valedora en Europa. Él y su Gobierno no han dudado en utilizar a la presidenta de la Comisión Europea como ariete contra Feijóo, como antes la usaron contra Pablo Casado, dado que ella pertenece a la familia del PP europeo. Con la consiguiente incomodidad para los populares.
La sintonía entre el presidente del Gobierno y la veterana política alemana es evidente. Y en el Gabinete de la Presidencia están encantados con ello. Consideran que el hecho de que Von der Leyen sea conservadora es un plus, puesto que demuestra de Sánchez es capaz de tejer alianzas más allá de afinidades políticas.
Pero en esta ocasión es más que eso. Es el gran salvoconducto para Sánchez y la mejor de sus bazas para neutralizar cualquier intento del PP, Vox y Ciudadanos de frenar sus planes de asalto al Poder Judicial en instancias europeas.