El Gobierno niega el referéndum con la misma seguridad con la que Sánchez negó los indultos

La portavoz del Gobierno negó este martes que vaya a celebrarse en Cataluña un referéndum de autodeterminación con la misma seguridad con la que el presidente negó en el pasado que fuera a pactar con Pablo Iglesias o a indultar a los condenados del 1-O; o con la misma seguridad con la que Pedro Sánchez prometió hace tres años volver a tipificar el delito de referéndum ilegal y traer de vuelta a Carles Puigdemont para que rindiera cuentas ante la Justicia española. Porque la Fiscalía General del Estado, presumía entonces, dependía de él.

Valga como ejemplo que el 14 de octubre de 2019, tras conocerse la sentencia del procés, el entonces presidente en funciones compareció en la Moncloa y dijo solemne: «Esta sentencia pone fin a un proceso judicial que se ha desarrollado -y me gustaría, además subrayarlo- con plenas garantías y a su transparencia, y como corresponde en un Estado Social y Democrático de Derecho el acatamiento de la misma significa su cumplimiento. Reitero, significa su íntegro cumplimiento».

El paso al frente dado por ERC en las últimas horas, retomando su proyecto de un nuevo referéndum justo después de pactar con Sánchez la derogación de la sedición y la rebaja de la malversación, ha puesto a los socialistas en una situación comprometida. Porque la credibilidad del Ejecutivo está en mínimos, dados sus antecedentes, y cuanto más lo niegan más factible parece.

Isabel Rodríguez reiteró desde la Moncloa lo que horas antes ya había afirmado el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en respuesta a varias preguntas formuladas por los periodistas: «La agenda política de Esquerra es la suya. Su agenda es contraria a la Constitución y por tanto no se va a celebrar en nuestro país ningún referéndum», señaló la portavoz. «Un referéndum de autodeterminación es inconstitucional y no se va a celebrar en nuestro país porque lo prohíbe la Constitución», añadió después.

Sin embargo, no sería ésa la fórmula elegida, como viene contando El Debate desde que el pasado 23 de septiembre este periódico publicara una información titulada: Sánchez quiere tomar el Constitucional para que permita una nueva consulta en Cataluña.

Un referéndum de autodeterminación no será la fórmula, porque para ello Sánchez tendría que impulsar una reforma agravada de la Constitución, al afectar al Título preliminar (artículo 1.2, «la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado» y artículo 2, «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas»). Por tanto, eso supondría disolver las Cortes, convocar elecciones y que el Congreso y el Senado aprobaran la reforma por mayoría de dos tercios. Imposible con la oposición del PP.

«Recuperar la concordia»

La portavoz del Ejecutivo insistió en el argumentario que se han aprendido los ministros y altos cargos del PSOE para cabalgar sus muchas contradicciones de estos días: «El objetivo del Gobierno es recuperar la concordia, la convivencia, no volver más a la Cataluña del 2017, dar oportunidades a la Cataluña del 2022. Para ello estamos poniendo y trabajando en los márgenes que nos permiten las normas», aseguró. «Estamos tomando decisiones en ese sentido, el tiempo nos está dando la razón. No queremos volver a la Cataluña de 2017».

Rodríguez también afirmó categórica que desde que Pedro Sánchez es presidente «en Cataluña se cumple la ley, se cumple la Constitución». Ello obviando por completo la sentencia del 25 % del castellano en las aulas, incumplida sistemáticamente por la Generalitat de Cataluña, con la connivencia del Gobierno central.

Desde la Generalitat, este martes su portavoz le recordó a Sánchez que antes de fin de año está pendiente la convocatoria de una nueva mesa de diálogo entre ambos gobiernos (la última reunión fue en julio). Patricia Plaja aclaró al presidente que los republicanos están donde estaban, antes y después de la reforma del Código Penal: «Amnistía y autodeterminación», resumió.