El Debate destapó en septiembre el plan de ERC y Sánchez que amenaza con desmontar España
La hoja de ruta del Gobierno y el separatismo pasa por construir un poder judicial «favorable» y una consulta pactada que ya exige ERC sin pudor
Aunque para el español medio puede parecer que Pedro Sánchez improvisa con sus cesiones al separatismo en cada negociación, todo cuanto reclama ERC (desde derogar la sedición hasta el asalto al Constitucional) obedece a un plan perfectamente meditado.
Este periódico publicó el pasado 23 de septiembre que la hoja de ruta pasaba por un referéndum pactado con la Generalitat una vez eliminase la sedición y controlase con jueces afines el Tribunal Constitucional.
Dicho y hecho. Este lunes ERC se ha quitado la careta y exige ya un referéndum para independizar a Cataluña con solo un 55 % de síes. El plan de Sánchez y el separatismo ha ido quemando etapas en los últimos meses (casi semanas). Todo empezó con los indultos, que voltearon la sentencia impuesta por el Supremo a los autores del 1-O, condenados por sedición y malversación. Estos indultos, cabe recordar, los firmó en el verano de 2021 el entonces ministro de Justicia Juan Carlos Campo, hoy candidato al Constitucional propuesto por el PSOE.
A este primer peaje (hace apenas año y medio) le ha seguido en los últimos meses la derogación de la sedición y la reforma del delito de malversación pactada este lunes en el Congreso. Es decir, en cuestión de un mes han laminado los dos tipos penales que llevaron a prisión a los autores del 1-O. Como el indulto no les pareció suficiente, han vaciado de contenido los dos delitos que cometieron para trasladar el mensaje de que, en el fondo, no delinquieron.
A esta reforma del Código Penal, que desprotege al Estado ante una nueva intentona, le llega ahora el paso definitivo. Siguiendo lo publicado por este periódico el 26 de septiembre de este año, el próximo movimiento no es otro que un nuevo Estatut y un referéndum.
Ese día, María Jamardo y Ana Martín contaban que «un nuevo escenario» se había abierto. El plan pasaba ahora por «un nuevo Estatut bendecido por el Gobierno central y cuyo compromiso cerrado Esquerra exhibirá como su gran baza a las próximas elecciones catalanas», que serán como tantas otras en mayo de 2023. «Así las cosas –publicábamos– los de Oriol Junqueras se presentarían a los comicios como los guardianes del independentismo inteligente y pragmático frente a Carles Puigdemont».
Lejos de parecer un asalto improvisado a las instituciones, todo ha seguido un guion perfectamente pensado desde el separatismo y aceptado y promovido desde el propio Gobierno central, que ha ofrecido la unidad de España a cambio de los 13 votos de ERC.