Discurso de Navidad  El Rey alerta de la «erosión de las instituciones» y convoca a todos a un «ejercicio de responsabilidad»

El Rey ha convocado a todos, empezando por él mismo, a hacer un «ejercicio de responsabilidad» y «reflexionar de manera constructiva» sobre las «consecuencias» que puede tener ignorar la «erosión de las instituciones».

Ése ha sido el eje central del discurso de Navidad de Felipe VI, en un final de 2023 marcado por la crisis institucional provocada por el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y agravada tras la dimisión –en octubre– de su presidente, la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno y el PP y el cambio de mayorías en el Tribunal Constitucional que está a punto de forzar Pedro Sánchez a través de la modificación de las leyes orgánicas del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional.

Vestido con traje azul marino, camisa celeste y corbata granate con rayas cruzadas, y desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, Don Felipe ha empezado por alertar sobre tres riesgos que acechan a las democracias, también a la española: la «división», el «deterioro de la convivencia» y la «erosión de las instituciones», ha enumerado.

Más adelante ha hecho un llamamiento a «fortalecer nuestras instituciones», en clara alusión a lo sucedido con el Poder Judicial. «Unas instituciones sólidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos. Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud», ha señalado. En ese punto ha utilizado la primera persona del plural, implicándose a sí mismo en la tarea: «Éste es un propósito diario con el que las instituciones debemos estar siempre comprometidas».

Creo que, en estos momentos, todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad

Carga de profundidad

Acto seguido, el Rey ha lanzado la mayor carga de profundidad de su discurso, al señalar: «Creo que, en estos momentos, todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones».

La apelación del jefe del Estado a la responsabilidad de todos no ha podido ser más explícita. El Monarca ha asumido el papel de árbitro y moderador del «funcionamiento regular de las instituciones» que le confiere el artículo 56 de la Constitución, en un momento complicado para éstas.

Sobre la mesa había una fotografía enmarcada de la cena que ofrecieron los Reyes a las delegaciones de jefes de Estado y de Gobierno que asistieron a la Cumbre de la OTAN en Madrid, el pasado mes de junio. La sala estaba también adornada con un Misterio con el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María y San José, de la colección privada, y un árbol de Navidad.

Don Felipe también ha reivindicado la vigencia de los principios y fundamentos que alumbraron la Constitución hace 44 años, a pesar del tiempo transcurrido. «No podemos dar por hecho todo lo que hemos construido. Han pasado ya casi 45 años desde la aprobación de la Constitución y claro que han cambiado, y seguirán cambiando, muchas cosas», ha señalado. Para añadir a renglón seguido: «Pero el espíritu que la vio nacer, sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido. Son un valor único en nuestra historia constitucional y política que debemos proteger, porque son el lugar donde los españoles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias; el lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad».

Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder –no sin dificultades ni sacrificios– a todas las adversidades

Felipe VI se ha felicitado de que hoy en día los «valores constitucionales» estén «enraizados» en la sociedad española. «Y son por ello la referencia donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso. Y que nos garantiza una convivencia que, como he destacado a menudo, es nuestro mayor patrimonio», ha añadido.

La parte social

En la parte más social de su discurso, que en total ha durado 12 minutos y 25 segundos (contando los himnos), el monarca también se ha referido a la guerra en Ucrania y sus consecuencias, deteniéndose en la crisis energética y en la subida de los precios, especialmente de los alimentos. Felipe VI se ha acordado de las familias que no pueden encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina y que «necesitan el apoyo continuo de los poderes públicos», ha afirmado.

«Debemos tener confianza en nosotros mismos, como Nación», ha continuado. «Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder –no sin dificultades ni sacrificios– a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años».

Don Felipe también ha ratificado el compromiso de España con la Unión Europea, que según él quedará «reforzado» durante la próxima Presidencia de turno, que ostentará Pedro Sánchez en el segundo semestre de 2023. «Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad», ha destacado.

Unidad

Sus últimas palabras han sido para pedir unidad. «Los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino, nuestro futuro. Cuidando nuestra democracia; protegiendo la convivencia; fortaleciendo nuestras instituciones», ha señalado.

Y para desear «una muy feliz Navidad y Año Nuevo» a los españoles, junto a la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. También en las lenguas cooficiales: «Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas», ha concluido, antes de que volviera a sonar el Himno, jalonado con imágenes de varias actividades de la Familia Real en este año.