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María José de Pazo

María José de PazoCedida por María José de Pazo

María José de Pazo, portavoz de las familias del 'Villa de Pitanxo'

«Sánchez nos dijo ‘haré lo posible y lo imposible’, y después no hizo nada»

«Las familias estamos convencidas de que se hará justicia tarde o temprano», manifiesta la portavoz del colectivo que ha trabajado «sin descanso» desde el hundimiento del buque hace un año

Fue en la madrugada del 15 de febrero cuando ese desencadenó la tragedia. El Villa de Pitanxo se hundió a 450 kilómetros de la isla de Terranova (Canadá). Murieron 21 de los 24 trabajadores que iban a borde. Entre los fallecidos, Francisco, de 69 años, padre de María José de Pazo, portavoz se los familiares de las víctimas.

En un primer momento trascendió la versión del naufragio realizada por el patrón, Juan Enrique Padín, apoyada por su sobrino, Eduardo Rial. El otro superviviente, Samuel Kwesi Koufie, ofreció un relato alternativo en sede judicial, tal y como reveló El Debate en exclusiva a comienzos de marzo. Esta es la versión que defienden los familiares de las víctimas, que se marcaron el objetivo de que se bajase a inspeccionar al pecio. Ha costado, pero lo han logrado. La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, ya ha publicado la licitación de esta operación de búsqueda, localización e inspección del pecio, por 3,6 millones de euros. Doce de los cuerpos de los marineros no se han recuperado.

–Acaba de asistir a un acto de homenaje a los tripulantes del Playa Menduíña Dos, el barco que rescató a los supervivientes y a los fallecidos...

––La idea partió de la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Pesca, y del Ayuntamiento de Marín. Por supuesto, las familias de las víctimas nos sumamos. Y, no podía ser de otra manera, también estaba allí el tercer superviviente, Samuel. Fue un acto muy sentido.

–La presión de las familias de las víctimas ha sido clave para que finalmente se vaya a inspeccionar el pecio, que está a mil metros de profundidad. ¿Cómo ha sido ese proceso?

–Pues hemos tenido mucha perseverancia y tesón. Mucho apoyo social. Y también el apoyo de muchas administraciones: Valedora do Pobo, Defensor del Pueblo, la Xunta de Galicia, la Junta de Andalucía, los ayuntamientos de residencia de todos los fallecidos. Lo que pasa es que hay competencias que son supramunicipales. Por eso fuimos al Congreso de los Diputados varias veces y tuvimos entrevistas con todos los partidos del espectro político que se quisieron sentar. Llamamos a todas las fuerzas y hubo quien no se quiso sentar.

–¿Quiénes no se quieren sentar?

–Por ejemplo, Yolanda Díaz no se quiso sentar con nosotros nunca. Es raro. Sobre todo porque es vicepresidenta del Gobierno, es la ministra de Trabajo, es gallega y está en el Congreso de los Diputados porque salió elegida por Pontevedra. Se lo pedimos muchísimas veces: a su gabinete, a su partido… Dijimos que nos trasladábamos a dónde ella dijera, el día que dijera… Cuando sabíamos que venía a Galicia le mandábamos mensajes a través de su gabinete diciendo si nos podía atender cinco minutos. Jamás lo hizo. Y ya cuando la prensa le preguntó insistentemente, en un acto en Vilagarcía de Arousa con mariscadoras, dijo que no era competencia suya la muerte de 21 marineros. Es que de verdad… Ya no por las familias, sino por la falta de respeto a 21 trabajadores.

–¿A qué cree que obedece esta actitud?

–Yo no me lo explico. Porque hay administraciones con las que nos hemos reunido que nos han hablado muy claro. Como la Valedora do Pobo o el Defensor del Pueblo. Nos decían: ‘Nosotros tenemos unas funciones y unas limitaciones de acción. Hay ciertas cosas que no podemos hacer, pero dentro de lo que podamos hacer vamos a hacerlo por el bien de las familias’. A don Ángel Gabilondo, que fue exquisito en el trato, le pedí como favor personal que llamase al presidente Sánchez y que le dijese que nos escuchase y que leyese los informes de los técnicos que decían que era legal y posible ir a Terranova. Nos dijo: ‘Yo lo voy a llamar, pero no sé qué hará’. Bueno, lo entendimos porque somos gente que tiene sentido común, pero lo de Yolanda Díaz no se entiende.

–No sabemos si se lo dijo, pero sí que Sánchez no les recibió.

–No, solo lo vimos cuando vino al aeropuerto de Santiago a recibir los cuerpos, que fue cuando nos dijo la famosa frase «haré lo posible y lo imposible», y después no hizo nada, no se materializó.

–¿Cómo se logró desbloquear la situación?

–Pues con mucha perseverancia, como he dicho antes. Y con mucho criterio. Nosotros desde el primer momento fuimos con el aval de los técnicos. Hicimos un dossier, pagado por las familias, en el que se hablaba de opciones de bajar al barco, en el que se concluía que técnicamente era viable. Después salieron a la palestra muchos técnicos y empresas que se dedican a esto diciendo que era habitual. En cuanto a la perseverancia, estuvimos llamando a las puertas oportunas todos los días. Sin descanso. Desde que nos enteramos de aquellas fatídicas noticias, no ha habido un solo día de descanso.

–¿Qué puerta institucional queda por abrir?

–A mí me gustaría que las familias fuéramos a la Agencia Europea de Seguridad Marítima, a Lisboa. Otro de los objetivos es que la muerte de estos 21 pueda dejar un legado de mejora para toda la familia de mejora. Para eso, hay que estudiar a fondo este caso, se saquen conclusiones y se mejore. Como pasó con lo de Spanair. Tú ahora coges un avión y hay unos protocolos que antes de ese accidente, de la presión ejercida por las familias de las víctimas, no había. Gracias a la lucha de esas familias, esas muertes de Spanair redundaron en algo positivo para toda la sociedad española. Ya que no van a volver, queremos que nuestros 21 dejen algún legado.

–Los robots descenderán en verano, 17 meses después de haberse ido a pique el pesquero de Marín. ¿Demasiado tarde?

–No es un escenario estático. Allí hay muchas corrientes y evidentemente no es lo mismo haber ido en el mes siete de 2022 que en el mes nueve de 2023. Pero los técnicos no se aventuran qué van a encontrar, pero lo que sí dicen es que es factible bajar, y que este tipo de operaciones se realizan de manera habitual por empresas especializadas.

–¿Se supone que se recabará una información fundamental para aclarar el hundimiento?

–No sé si fundamental. Ojalá. No lo sabemos. Pero lo que no se puede hacer es descartar esa posibilidad de recabar más información. En cualquier ámbito de investigación no se puede descartar cualquier la obtención de algún dato que aporte luz a las lagunas y nos permita acercarnos más a la verdad sobre las causas de la muerte de 21 personas.

Concentración de los familiares de las víctimas, el pasado domingo en Marín (Pontevedra)

Concentración de los familiares de las víctimas, el pasado domingo en Marín (Pontevedra)Cedida por María José de Pazo

–Fue El Debate el primero que publicó la versión de Samuel. A estas alturas, ¿ustedes creen que los hechos se desarrollaron cómo él los ha contado?

–Yo puedo hablar por mí, y como portavoz de las familias. No puedo hablar por Samuel. Solo te digo que la hipótesis de Samuel es la que dan por cierta todos los técnicos que han hablado. Y son técnicos ajenos a las familias y ajenos a Samuel. Además, la mayoría de gente experimentada que ha salido en los medios, en Barcelona, en Oviedo, en…, gente que nada tiene que ver con la causa, todos han dado por certera la hipótesis de Samuel.

–El Debate también publicó en primer lugar que las condiciones de trabajo a bordo eran terribles, según el propio Samuel.

–Solo les faltaba la bola, como en las galeras.

–¿Su padre le contó a usted en alguna ocasión que las condiciones laborales eran tan malas?

–No, no los dijo. Era la primera vez que iba con ese patrón. Yo me quedé muy mal cuando otras familias nos empezaron a contar cómo lo habían vivido sus familiares. Tenían mensajes de teléfono guardados muy reveladores. Queda como consuelo el hecho de que entre la marinería se llevaban bien. El ambiente entre ellos era de camaradería.

–¿La armadora ha tenido algún gesto con las familias a lo largo de estos meses?

–Sí, maltrato. Yo jamás he conocido a alguien que tuviese este comportamiento tan miserable. Que haya 21 fallecimientos y que no llames a las familias para darles la noticia. ¿Tú conoces a alguna empresa, aunque sea de lo peor, que se mueran 21 personas y no llamen a nadie? Y que sean las familias, que se enteraron a las cuatro de la madrugada, las que llamen a la armadora y esta diga «ah, ya te enteraste». Y que conocían la identidad de los tres supervivientes y solo dijeron dos, y durante días ocultaron a las familias la identidad de ese tercer superviviente. A algunas familias les llegaron a decir que ese tercer superviviente estaba en un hospital, lo que era mentira. Ellos sabían que era Samuel pero lo ocultaron. ¿Tú sabes qué angustia es esa para las familias?

–¿Hay alguna fecha estimada para el juicio?

–No, no, no. Las cosas de palacio van muy despacio. Pero hay que pensar que hemos avanzado. Tenemos un juez instructor, que antes no teníamos. Tenemos que tener paciencia. Las familias estamos convencidas de que se hará justicia tarde o temprano. Por último, quiero agradecer la gran labor de la Guardia Civil y de las fuerzas de seguridad porque han trabajado mucho, mucho, mucho.

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