Page recibe a Sánchez como presidente pero lo evita en un mitin del PSOE
El presidente de Castilla-La Mancha sí recibió al líder del Ejecutivo previamente a nivel institucional, pero ha evitado asistir con él a un mitin del partido
Pese a los esfuerzos de Ferraz y la Moncloa de presentar a Pedro Sánchez como un líder de prestigio internacional no está de todo claro que su imagen traiga beneficios electorales en según que lugares.
El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha acompañado este lunes por la mañana al presidente del Gobierno en su visita a una empresa aeronáutica a las 11:30 horas, pero no ha hecho lo propio en un acto de partido en el que Sánchez interviene una hora más tarde.
Este evento del PSOE no es, además, uno cualquiera, sino que es en el que la formación da a conocer las propuestas programáticas de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. A Sánchez le arropa en el acto que se celebra en el Palacio de Congresos de Albacete el alcalde de la ciudad, Emilio Sáez, como máxima autoridad del partido en la región.
Llama la atención también que la agenda de Page está desierta hasta mucho tiempo después. En concreto hasta las 16:30 horas, cuando visitará las obras de la sede de la futura Escuela Oficial de Idiomas en Talavera de la Reina, en Toledo.
Es cierto que el trayecto en coche entre Albacete y la ciudad toledana es de aproximadamente tres horas y cuarto, aunque no es menos cierto que si el presidente del Gobierno puede estar en ambos lugares, también podría estarlo el líder regional, quien, asimismo, podría visitar esas obras cualquier otro día.
El factor Falcón
La diferencia está en que Sánchez cubrirá esos 334 kilómetros en el Falcon, empleando nuevamente la táctica de agendar para el mismo día actos oficiales como presidente y otros como secretario general de los socialistas para poder emplear esta aeronave destinada a ser usada en el desempeño de su labor presidencial.
La imposibilidad –o no– de Page de llegar a tiempo a un evento tan importante para su partido, cuando además él es el propio secretario general del Partido Socialista de Castilla-La Mancha (PSCM-PSOE), no esconde que el presidente autonómico no es el fan número uno de Sánchez.
A Page siempre se le ha situado dentro de ese reducidísimo grupo de barones díscolos dentro del PSOE que, de vez en cuando, alzan la voz contra la labor de su jefe de filas y presidente del Gobierno, a quien ha lanzado varias críticas, más o menos veladas, a lo largo de los últimos años.
La incomodidad de Page
No le agradan a Page algunas de las políticas de Sánchez tanto a nivel de partido como de Gobierno. Entre las primeras, hace algo menos de un año, criticaba, por ejemplo, que aunque él fuera el líder de los socialistas en Castilla-La Mancha, eso «ya no significa nada en el PSOE, porque solo hay uno para toda España». «Los demás estamos aquí de monaguillos», incidía.
A nivel de su labor presidencial, tampoco le gusta un pelo al líder castellano-manchego –al igual que al aragonés, Javier Lambán, otro de los díscolos– los tratos del jefe del Ejecutivo con los independentistas, que ha criticado de forma más o menos directa en multitud de ocasiones. «Duele que a algunos los podamos llamar socios», apuntaba Page en referencia a EH-Bildu el pasado verano.