Entrevista | Exsecretario de organización de Cs
Fran Hervías: «Votar hoy a Ciudadanos es apoyar a Sánchez; es uno más de la banda»
Este antiguo 'fontanero político' dispara numerosos dardos contra algunos de sus antiguos compañeros de filas y explica los porqués de la debacle de un partido que un día pudo gobernar España
Fran Hervías (Tossa de Mar, Gerona, 1983) se presenta en su cuenta de Twitter como «geógrafo» y «liberal», pero podría decir que es una de las personas que más sabe de Ciudadanos, donde ejerció de 'fontanero político' expandiendo la estructura del partido por toda España. Fue afiliado del partido naranja desde sus comienzos y secretario de Organización entre 2014 y 2020, lo que lo convierte en un testigo privilegiado del modesto nacimiento de un partido que en su punto álgido pudo gobernar España.
Hervías abandonó Cs en 2021 y fichó por el Partido Popular, donde trabajó a las órdenes de Teodoro García Egea hasta que el cisma surgido tras la pugna con Isabel Díaz Ayuso acabó con Pablo Casado fuera de la presidencia popular y con él fuera del partido. En los últimos tiempos se ha dedicado a escribir Ciudadanos. La historia jamás contada, un libro en el que trata de contar «la verdad» de Cs. Al menos la suya. Una verdad que es dura y escuece a muchos de sus antiguos compañeros de filas. Repasa con El Debate en un céntrico hotel de Madrid sobre estas y otras cuestiones políticas.
Un partido en descomposición
Goteo de bajas en Cs en medio del runrún de la salida de Arrimadas rumbo al PP
–La portada de su libro muestra un globo naranja que representa a Cs, con una chincheta a punto de hacerlo explotar. ¿Cuándo cree que se producirá ese reventón, si no se ha producido ya?
–Yo creo que el reventón se produce cuando Inés Arrimadas quiere quitar a Isabel Díaz Ayuso de presidenta de la Comunidad de Madrid y a Fernando López Miras de la Región de Murcia. Ahí es cuando Inés lo que hace es abrir varias vías de agua en el barco naranja y es cuando comienza a entrar agua hasta hundirlo. Yo a día de hoy me pregunto qué es lo que tiene Inés en contra del PP y qué tienen en contra de Díaz Ayuso o de López Miras para querer quitarlos de presidentes de sus comunidades autónomas, o en contra de José Luis Martínez-Almeida, que quería quitarlo de alcalde de Madrid.
Cuando Arrimadas se une a Sánchez y a Iglesias para quitar a Ayuso de Madrid y a López Miras de Murcia, es cuando realmente Cs se hunde
–Más o menos me ha contestado, pero si tuviera que señalar a un máximo culpable de la situación actual por la que pasa el partido, ¿a quién apuntaría con el dedo?
–Hubo muchos culpables. Yo cometí errores, lógicamente. Todos nos equivocamos, pero si hay un hito que origina la desaparición de Cs, ese es el de Inés Arrimadas y su equipo. No lo digo yo, lo dicen todos los sondeos. De hecho, nosotros en el equipo anterior de Albert Rivera, le dejamos a Inés un partido con diez diputados nacionales, con 1.700.000 votantes, que no está nada mal, 167 diputados autonómicos, 3.000 concejales, siete senadores y ocho eurodiputados con cuatro años por delante de legislatura. Casi nada. Y gobernando para 20 millones de españoles. No está nada mal. Si nosotros en cuatro años, del 2015 al 2019, conseguimos construir un partido así, ¿por qué Inés no iba a ser capaz de mejorar eso o, por lo menos, mantenerlo durante cuatro años más, que era lo que quedaba por delante?
Hay gente que vende sus valores por un plato de lentejas
Yo me fui al PP por convicción, cuando Arrimadas decide pactar con Sánchez y Podemos, no como muchos, que después fueron dando lecciones morales y resulta que siendo cargos de Cs, teniendo actas de Cs, siendo miembros de la Dirección de Cs, están trabajando para el PP.
–¿A quiénes se refiere?
–Me refiero a Juan Marín, por ejemplo, que los dos últimos años, estando en la misma dirección de Cs, estaba trabajando para el PP porque ya había cerrado que quería irse con ellos. Marín y todo su equipo. Yo lo dije en su día y me dijeron que estaba loco. Dije 'con el tiempo lo veréis'.
Son personas que no tienen vida más allá de la política. O les dan un cargo político o no tienen dónde trabajar, no tienen un sueldo que les pueda llegar a casa. Y yo lo entiendo y a nadie hay que quitarle un plato de comida, ¿no? Hay gente que vende sus valores por un plato de lentejas y yo lo puedo entender. A los que podemos tener vida más allá de la política tampoco nos pasa nada. Y como él ha habido más gente, que iban dando lecciones morales. En el fondo me da pena.
Arrimadas, de camino al PP
–Usted ha afirmado estos días que está convencido de que Arrimadas entregará su acta de diputada antes de las elecciones y se marchará al PP. ¿En qué se basa?
–Con Inés está pasando igual. Está abriendo su vías de negociación con el PP para repescarse. Ella ha pedido ir en las listas al Congreso por Cádiz. Veremos si se materializa esa lista por Cádiz o acaba en un puesto de Gobierno, pero esto se va a dar.
–¿De dónde le llega esa información para poder realizar una aseveración así?
–Se dice el pecado, pero no el pecador. Me sale de tres fuentes distintas. Viene de donde viene. Alguna me puede venir de Cs, pero yo cotejo después y me viene de ámbitos diferentes. A veces la gente es poco discreta.
Patricia Guasp no es una líder. Entonces, complicado. No es mala persona o quiero pensar que no lo es
–¿Qué opinión le merece la nueva líder de Cs, Patricia Guasp?
–No es una líder. Patricia no es mala política. De hecho, yo la puse de número dos en Baleares. Es una persona que estaba en el PP y se viene a Cs. No voy a entrar en los motivos personales del porqué. Pero no es una persona con un liderazgo. Entonces, complicado. No es mala persona o quiero pensar que no lo es.
–Usted afirma en el libro que Arrimadas era capaz de realizar intervenciones brillantes defendiendo cosas que ni ella misma se creía. ¿Cree que esto lo notaban los electores y que incluso pudiera ser una percepción general del partido, de tener más fachada que fondo?
–Arrimadas ha sido una buena portavoz. Y digo que ha sido porque en el Parlamento de Cataluña no leía discursos y ahora la ves leyendo hasta para hacer una pregunta parlamentaria. Está con sus cartulinas. Ha perdido fuelle, aunque el otro día, cuando la moción de censura, hizo una buena intervención, pro después acabó apoyando a Sánchez y votó junto a Bildu, Esquerra y PNV.
Arrimadas se creyó que era una buena estratega y no se dio cuenta de que ella era una buena portavoz y que los buenos estrategas ya no estaban
Sabía hacer discursos muy buenos y cuando se decía la estrategia los entendía a la perfección, pero eso no quita que ella hiciese discursos en cosas que momentos antes o días antes se oponía. Después conseguías convencerla y te hacía un discurso, permíteme la expresión, acojonante. Pero esa Inés ha desaparecido. Se rodeó de un mal equipo. Además se creyó que era una buena estratega y no se dio cuenta de que ella era una buena portavoz y que los buenos estrategas ya no estaban. Ganamos las elecciones con la foto de ella y Albert en todos lados. Tres años después, yendo en las fotos con Carlos Carrizosa, pasamos de 36 diputados a seis. Me da mucha pena. Al fin y al cabo la descubrí yo.
–Las encuestas le dan sobre un 2 % de intención de voto a Cs si se convocaran ahora unas elecciones generales. ¿Qué cree que haría el partido si le tocase decantar un Gobierno de PSOE y sus actuales socios o del PP con Vox?
–Ese es el problema de Cs. Hoy en día votar a Cs es como jugar a la ruleta rusa. No sabes lo que va a pasar. Cuando tú ahora dices 'voy a votar a Cs', ¿quién te dice a ti que no es nuevamente para votar a Sánchez y a Podemos o a Yolanda Díaz? Es que si algo ha caracterizado al Cs de Inés Arrimadas es ir en contra del PP y de apoyar el Gobierno de Sánchez y Podemos. Por tanto votar hoy a Cs es apoyar a Sánchez; es uno más de la banda. Por eso algunos nos fuimos, precisamente.
Estoy contento y feliz viendo al PP actual porque está ejecutando la estrategia que algunos queríamos que se hiciese
–Inmediatamente después de dejar Cs, se marchó al PP, que entonces lideraba Pablo Casado y su mano derecha, Teodoro García Egea. ¿Cómo ve al PP actual respecto al que había cuando recaló usted?
–Yo me voy al PP a trabajar sin ningún cargo político. Me fui a trabajar allí porque yo quiero ganar a Sánchez y estoy contento y feliz viendo al PP actual porque está ejecutando la estrategia que algunos queríamos que se hiciese, esa reunificación del centro derecha. Estoy contento porque al final lo que lo que algunos dijimos que se tenía que hacer, lo que algunos trabajamos durante ese año en Génova, parece ser que no ha caído en saco roto.
–En un hipotético futuro Gobierno del PP, éste necesitará a Vox para gobernar, según auguran las encuestas. ¿Cómo cree que funcionaría ese Ejecutivo?
–Yo espero que haya un Gobierno de PP y Vox, en el que haya un entendimiento, aunque, lógicamente, hay cosas que a mí me separan de Vox. También otras me separan del PP. No hay ningún partido político que tú estés 100 % conforme con lo que dice. Pero lo mejor que le puede pasar a España a día de hoy es que haya un Gobierno de PP y Vox que deshaga todas las leyes ideológicas que ha hecho Sánchez con Podemos y los comunistas y que lleve a cabo parte de las reformas que España necesita. Y yo estoy convencido que a donde no llegaría el PP, Vox va a forzar que se haga y donde no llegaría Vox, el PP va a presionar también.
El futuro de Cataluña
–¿Cree que tarde o temprano volverá a estallar una nueva ofensiva independentista en Cataluña?
–Sí, sin duda. Ha pasado siempre y la historia está llena de claros ejemplos de ello. El nacionalismo, el separatismo, siempre quiere más. Nunca van a estar contentos. De hecho, ellos mismos lo dicen, que lo volverán a hacer. Y ahora, además, con un Gobierno chollo en el que si eres delincuente dando golpes de Estado te sale gratis, te dejan libre, lo volverán a hacer, sin ninguna duda.
Por eso es importante que haya una voz constitucionalista fuerte en las diferentes instituciones de Cataluña y que haya un Gobierno en Madrid que no sea cómplice de los separatistas. Un Gobierno que haga prevalecer a los españoles y a España por encima de los intereses propios con tal de alargar un par de años más su estancia en la Moncloa, que es lo que ha hecho Sánchez.