Rodrigo Alonso: «Hay que salir a la calle y gritar contra este Gobierno para que se produzca un cambio»

Rodrigo Alonso, secretario general del sindicato Solidaridad, recibe a El Debate en la sede de la organización para explicar, entre otras cosas, los motivos por los que anima a asistir a la concentración que organizan junto a Vox, por tercer año consecutivo, este lunes 1 de mayo a las 12:00 horas en la Plaza de Chamberí (Madrid) en defensa del trabajador. También, y como portavoz adjunto de Vox en el Parlamento de Andalucía, habla sobre la polémica generada en torno a Doñana o las expectativas del partido a un mes del 28-M.

-Aseguran que nunca ha habido tantos motivos para salir a las calles. ¿Por qué acudir a la manifestación este 1 de mayo?

-Ante las constantes subidas de impuestos, la mayor subida de la luz de la historia, la subida del gas, de la cesta de la compra, de los combustibles, la prohibición de las libertades...yo creo que ya más motivos no hacen falta para salir a la calle. La gente suele criticar la labor del Gobierno y hacer una crítica a la situación de empobrecimiento generalizado que está viviendo, pero lo hace en su casa o en un bar. Nosotros lo que le pedimos es que hay que salir a la calle, hay que gritar de una vez por todas contra este Gobierno para que se produzca un cambio.

-¿Con qué expectativas van? ¿Cree que la sociedad se ha cansado de protestar de forma masiva?

-La sociedad se ha cansado de protestar de forma masiva porque se ha dado cuenta de que, aunque proteste, el resultado siempre es el mismo. Pero como nosotros no damos ninguna batalla por perdida, creemos que es sumamente necesario animar a toda la gente a que ese grito en contra del Gobierno y de estas políticas lo saquen a la calle, que no se lo guarden. Queremos que en el sindicato Solidaridad vean una herramienta para poder trasladar esas inquietudes a la calle e intentar cambiar esta situación.

Ahora han salido publicado datos de la OCDE, que dicen que el poder adquisitivo en España es el que más ha perdido. Es una situación de total desesperación. Un Gobierno que solamente se dedica a vanagloriarse y a presumir de políticas de políticas sociales y que suponen un escudo social para el conjunto de los trabajadores y de los ciudadanos...la realidad es que el dinero cada vez cunde menos.

Llegar a fin de mes ya es una odisea y llenar la cesta de la compra se convierte en un asunto casi hipotecario. Ante esta situación de precarización, de empobrecimiento, de servicios sociales cada vez más precarios, ¿qué más motivos necesita la gente para salir a la calle cuando ya están viendo que le están metiendo la mano en el bolsillo?

-Pedro Sánchez ha pedido a la patronal que se siente a negociar con los sindicatos una subida de los salarios reales. ¿Qué opina al respecto?

-¿Para qué se van a sentar los sindicatos y la CEOE? Son los que llevan negociando convenios tradicionalmente. Estamos viviendo la consecuencia de cada una de las causas que se han ido produciendo a lo largo de estos últimos años. Por supuesto que hay que subir los salarios, pero ¿el Estado qué va a hacer? Porque ante una subida del salario mínimo interprofesional, ante cualquier subida salarial, aumentan las cotizaciones sociales. Eso no se traduce en dinero neto en el bolsillo del trabajador, se traduce principalmente en una mayor recaudación por parte del Estado y en una mayor desaparición de puestos de trabajo.

El nivel de miseria al que nos puede llevar este Gobierno es difícil de cuantificar

Aparte de ir marcando récord histórico de recaudación, ¿qué va a hacer el Estado? Podría hacer una cosa, deflactar el IRPF ante la tensión inflacionista que estamos viviendo. Eso sí sería una buena medida para el conjunto de los trabajadores. Pero que se sienten sindicatos y patronal no va a servir para absolutamente nada si el Gobierno, que es el que más gana, no pone de su parte. No existe una varita mágica para arreglar esto. Debe existir una voluntad política y un cambio estructural. Tanto sindicatos como patronal y el Gobierno, hacen seguidismo de la Agenda 2030, y esta y todos sus postulados es lo que nos ha llevado a esta situación.

-¿Qué consecuencias podría tener que continuase una legislatura más el Gobierno actual para los trabajadores?

-La mera pregunta ya me asusta. ¿Qué consecuencias podría tener? No se sabe. ¿Se puede caer más bajo? Claro que se puede. ¿Se puede empobrecer aún más a la población? Por supuesto. Tenemos casos como Venezuela o Argentina, casos cercanos, y cercanos en el tiempo. Existe siempre una excusa en la que se dice que la Unión Europea nos sirve de escudo, pero es que, aún teniendo ese escudo, nuestros salarios cada vez cunden menos, el poder adquisitivo cada vez es menor, la precariedad va en aumento, el paro estructural sigue ahí...O ponemos freno a estas políticas de locura que están empobreciendo al conjunto de la población, o cuatro años más de este Gobierno…La miseria gestionada bien te dura toda la vida. El nivel de miseria al que nos puede llevar este Gobierno es difícil de cuantificar.

-Hablaba de la necesidad de un cambio estructural. ¿Cuáles serían las medidas más urgentes para mejorar las condiciones de los trabajadores?

-La primera, alejarnos del fanatismo climático de la Agenda 2030. Destruimos las centrales de producción energética mediante carbón en España y luego las abren en Marruecos y les terminamos comprando la energía a ellos. ¿Por qué? ¿Allí no contamina y aquí sí? La consecuencia es que nuestra industria se destruye, los trabajadores se van al paro, y mientras, vemos cómo en otros países sí se siguen construyendo ese tipo de centrales. Tenemos que apostar por una política industrial energética que refuerce la soberanía energética de España, y disminuir a la mínima expresión nuestra dependencia energética del exterior. Y esto se hace apostando por políticas que verdaderamente provoquen la reindustrialización de España.

Tenemos que apostar por una política industrial que refuerce la soberanía energética de España

España, en el peor de los casos, emite a la atmósfera el 0,8% de las emisiones mundiales de CO2. En nombre de ese 0,8%, vamos a prohibir que se comercialicen vehículos con motores de combustión a partir de 2035. En nombre de ese fanatismo climático estamos imponiendo cada vez más trabas burocráticas al pequeño empresario, al autónomo, al propio trabajador; vemos cómo las facturas de la luz vienen subidas cada vez con más impuestos regulatorios. Todo lo que somos lo estamos destruyendo por un 0,8 % de CO2.

-Usted defiende que Solidaridad tiene una forma diferente de hacer sindicalismo. ¿En qué se diferencia?

-En primer lugar, porque no participamos de la lucha de clases. Para nosotros el empresario no es malo por el mero hecho de ser empresario, ni el trabajador es bueno por el mero hecho de serlo. El sindicalismo tiene que ser una herramienta de intermediación que acerque las posturas entre el empresario y el trabajador para que tanto uno como otro salgan ganando. Otra cuestión que creemos que es fundamental y que nos diferencia mucho del sindicalismo de clase, UGT y CC.OO.. Salir a la calle para ellos es protestar cuando tienen que reclamar al político que no es de su cuerda. Nosotros pensamos totalmente lo contrario. Hay que salir a la calle en defensa de los trabajadores.

-¿Han perdido estos sindicatos la legitimidad para defender a los trabajadores?

-Estos sindicatos perdieron la legitimidad de defensa de los trabajadores hace muchísimo tiempo, desde que se convirtieron en macroestructuras, cobran ingentes cantidades, millonarias, de subvenciones públicas y toda su acción la hacen en beneficio propio. Están rodeados de casos de corrupción. En Andalucía, 47 millones de euros que deberían haber sido destinados para que los parados encontrasen un trabajo, se los apropiaron para su propia estructura. En UGT Madrid, están denunciados por un desvío de fondos del FOGASA.

Se van a Cataluña y se manifiestan en contra del 25 % del español en las aulas. Se van al País Vasco y se manifiestan a favor del acercamiento de presos de ETA. Es decir, UGT y CC.OO. se han convertido en el auténtico enemigo de la clase trabajadora. Y esto la gente lo sabe, por eso existe tanta apatía por el sindicalismo, y por eso nosotros queremos crear una nueva corriente, hablar del sindicalismo en positivo, un sindicalismo en el que el trabajador vea una herramienta útil.

-Tras concurrir a sus primeros cien procesos electorales, Solidaridad ya ha superado a CC.OO. en porcentaje de delegados sindicales. ¿Qué objetivos tiene?

-Seguir creciendo y seguir obteniendo tanto afiliación como delegados sindicales. Somos un sindicato que solamente se financia con las cuotas de los afiliados, no recibimos subvenciones públicas, y seguir obteniendo delegados sindicales nos va a permitir poder participar en las mesas de negociación colectiva. Que en las 100 primeras elecciones en número de delegados superemos a CC.OO. y estemos un poquito por debajo de UGT nos parece un logro sin precedentes y algo que no esperábamos obtener de una manera tan rápida.

-Como portavoz adjunto de Vox en el Parlamento de Andalucía. ¿Cuál es la posición del partido respecto a la polémica que se ha generado estos días en torno al proyecto de ley de regadíos y Doñana?

-La postura de Vox es clara: el agua hay que llevarla a donde falta, sea como sea. Sobre lo que está ocurriendo en el entorno de Doñana, al respecto de esta proposición de ley, hay mucha demagogia, mucha falacia y mucha falta de información. En ningún momento se ha hablado de esquilmar el acuífero de Doñana.

La culpa de que se esté secando la tiene fundamentalmente el Gobierno de España, porque todas las infraestructuras hídricas que debía haber hecho para que se mantuviese el acuífero superficial no las ha realizado. Lo que se pretende hacer con el plan de regadíos de la Corona Norte es regularizar una situación que ya se está produciendo, y es que los regantes, los agricultores, están en una situación de alegalidad, pero ya están utilizando el agua.

Este Gobierno se lleva el agua a Marruecos y la sequía la dejan España. Es el que más presas ha destruido en el año 2021 de toda Europa. Es enemigo a ultranza de cualquier bienestar en el conjunto de la nación. Con una buena distribución del agua no estaríamos hablando de un entorno de sequía como del que se está hablando ahora mismo. Si se hubiesen hecho los deberes,...no solamente el PSOE, también el PP. El agua hay que llevarla desde donde sobra hacia donde falta. Hay que apartar los intereses partidistas y regionalistas y debe imperar la solidaridad entre las regiones.

Votar al PSOE en un municipio es votar a Pedro Sánchez en las generales

-¿Qué expectativas tiene Vox en los municipios andaluces a ante el 28-M?

-Yo creo que son buenas. Salimos a ganar. El resultado dependerá de la ciudadanía, pero la verdad es que salimos con mucho entusiasmo. Estamos plenamente convencidos de que vamos a mejorar los resultados de las últimas elecciones. Una vez que se celebren, habrá que decidir qué decisiones se toman. Por nuestra parte, mano tendida al PP, y ahora depende de él si quiere abrazarse al PSOE o no. Nuestra voluntad es cambiar las políticas del Gobierno socialista y comunista, y empieza por los municipios. Votar al PSOE en un municipio es votar a Pedro Sánchez en las generales, y eso hay que tenerlo muy en cuenta.