El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, este sábado en un mitin en Bilbao
Otegi reconoce que la renuncia de los candidatos con condena por asesinato es una maniobra electoralista
Asegura que pretenden «afianzar mayorías suficientes» para «avanzar en el reconocimiento nacional»
No había muchas dudas de que la renuncia de los siete candidatos de Bildu condenados por asesinato que se presentaban en otros tantos municipios del País Vasco y Navarra no era más que una simple estrategia electoral. Este mediodía, el coordinador general de la formación abertzale, Arnaldo Otegi lo ha confirmado.
«EH Bildu considera que el presente ciclo electoral debe servir para crear y afianzar mayorías suficientes para encarar los grandes retos del país», ha afirmado Otegi en una comparecencia sin preguntas que ha tenido lugar este martes en San Sebastián.
Y a continuación ha pasado a enumerar esos «retos», entre los que ha destacado que «nuestro pueblo necesita avanzar en su reconocimiento nacional, en su capacidad de decidir su futuro, en su cohesión interterritorial». Es decir: independencia, autodeterminación y anexión de Navarra.
Guiño a los socios
Con este arranque de comparecencia, el líder abertzale, por cierto, también condenado en su momento por su actividad terrorista, ha explicado que la renuncia de los siete candidatos de Bildu que cuentan con condenas por asesinato se enmarca en el intento de «reafirmar nuestra voluntad de avanzar hacia el futuro y no generar zozobra en otros sectores que, desde la diversidad e incluso la discrepancia, están dispuestos a recorrer el camino para la construcción de la convivencia democrática», ha asegurado Otegi en referencia a los pactos que mantiene con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como con otras formaciones en numerosas administraciones.
Las listas de sangre de Bildu
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Como ya defendió el pasado sábado, Otegi ha tachado la polémica generada por la inclusión de 44 candidatos con condenas firmes por pertenencia a la organización terrorista ETA, siete por asesinato entre ellos, como «una nueva inaceptable campaña de acosos y derribo por parte de determinados sectores de la derecha española a los que se han sumado irresponsablemente otras fuerzas para crear un lodazal en el que chapotear por meros intereses políticos».
